El tiopentato de sodio fue el principal fármaco utilizado en las inyecciones letales en Estados Unidos hasta que en 2011, su fabricante en el país, Hospira, dejó de proveerlo presionado por los países europeos en los que la compañía tiene sede y por los opositores a la pena de muerte. EFE/Archivo

Texas y Arizona se suman así a Nebraska, otro estado que trató infructuosamente de importar tiopentato de sodio de la India este verano.

El tiopentato de sodio fue el principal fármaco utilizado en las inyecciones letales en Estados Unidos hasta que en 2011, su fabricante en el país, Hospira, dejó de proveerlo presionado por los países europeos en los que la compañía tiene sede y por los opositores a la pena de muerte.

Desde entonces, los estados han experimentado el uso de otros fármacos menos fiables o difíciles de obtener, como el midazolam y el pentobarbital, respectivamente.

Presumiblemente por eso, Texas y Arizona trataron de obtener tiopentato de sodio en la India, aunque la Agencia estadounidense de Alimentos y Medicamentos (FDA, en inglés) nunca autorizó la importación de este fármaco para ser usado en inyecciones letales, según aclararon hoy.

Según se ha sabido, el Departamento de Correcciones de Arizona pagó 27.000 dólares por un cargamento de ese fármaco que la FDA requisó a finales de julio en el aeropuerto de Phoenix.

El cargamento para el Departamento de Justicia Criminal de Texas, por su parte, está decomisado en el aeropuerto de Houston.

Texas ha ejecutado a 530 presos en las últimas cuatro décadas y tiene a otros 250 en el corredor de la muerte, mientras que Arizona ha hecho lo propio con 37 y otros 125 esperan su turno en el estado del Gran Cañón.