Un agente de policía vigila la entrada de la embajada de Turquía en Moscú. EFE

El primer ministro ruso, Dmitri Medvédev, afirmó hoy que las relación con Turquía han sufrido un "daño difícil de reparar" debido al derribo ayer por las Fuerzas Aéreas turcas de un bombardero ruso Su-24 que cumplía misiones antiterroristas en territorio de Siria.
"Han sido socavadas las relaciones de buena vecindad entre Rusia y Turquía, incluido los campos económico y humanitario.

Es un daño difícil de reparar", dijo el jefe del Gobierno en la ciudad de Yekaterimburgo, citado por medios locales.
Medvédev calificó de "insensatas" y "criminales" las acciones de la autoridades turcas, que han conducido a un "peligroso agravamiento de las relaciones entre Rusia y la OTAN, que no puede justificarse con ningún tipo de intereses, incluso con la defensa de las fronteras estatales".
Agregó que Turquía ha demostrado que, de hecho, defiende a los terroristas del Estado Islámico (EI).
"Ello no sorprende, si se toman en cuenta los datos acerca de los intereses financieros directos de algunos altos cargos de Turquía vinculados a los suministros de derivados de crudo producidos en refinerías controladas por el EI", dijo el jefe del Gobierno.
Señaló que una consecuencia directa del derribo del Su-24 "podría ser la renuncia a una serie de importantes proyectos conjuntos y la pérdida de las posiciones que tienen las compañías turcas en el mercado ruso".