El secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerr. EFE/Archivo

El secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, condenó hoy el "costo terrible" de la violencia contra las mujeres y dijo que se trata de una causa "profundamente personal" para él, al recordar su trabajo como fiscal en Boston en la década de 1970.
"Todos y cada uno de nosotros puede hacer algo para poner fin a la violencia de género", sostuvo Kerry en un comunicado con motivo del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
Esa violencia, que afecta a una de cada tres habitantes del mundo, según reiteró hoy la ONU, la sufren millones de mujeres en zonas en conflicto y en áreas con presencia de extremistas, pero también en sus casas, tanto en países pobres como ricos.
"Demasiados casos" siguen ocurriendo, de acuerdo con Kerry, quien puso ejemplos como el de "la esposa golpeada por su marido en Papúa Nueva Guinea, la estudiante universitaria asaltada sexualmente en un campus de Estados Unidos, las mujeres violadas por soldados del Gobierno en la República Democrática del Congo".
Esta causa "es profundamente personal para mí.

Cuando era fiscal a las afueras de Boston en la década de 1970, trabajé para poner a personas tras las rejas por violaciones y asalto sexual", relató Kerry.
El secretario de Estado sostuvo, además, que para las mujeres mayores, discapacitadas, transexuales o residentes en comunidades marginadas la realidad de la violencia "es aún peor".
Estados Unidos se ha comprometido a hacer frente a la violencia de género "mediante el fortalecimiento del Estado de derecho, tendiendo una mano a las supervivientes y trabajando para cambiar actitudes anticuadas acerca de las mujeres y las niñas", afirmó Kerry.