La conferencia —que terminará hasta el 11 de diciembre— reunirá a 152 jefes de Estado y de gobierno, a 40 mil representantes de gobierno y de la sociedad civil, así como a 3 mil periodistas, con lo cual se convierte en una plataforma mediática potencial para los grupos fundamentalistas.
En un intento por contener los riesgos, las autoridades galas prohibieron todas las manifestaciones en París mientras dure la cumbre, medida que no fue acatada este domingo por todos, lo que generó enfrentamientos con la policía, que usó gases lacrimógenos y macanas para dispersar a los miles que salieron a las calles parisinas bajo los lemas “Policía en todas partes, justicia en ninguna parte” y “Estado represivo”, pese a la prohibición.
El saldo fue de más de 200 detenidos.