REFLEXIÓN DOMINICAL

Antonio Fernández

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Gracia y perfección, virtud y bondad

…”He aquí que un leproso se aproximó, se prosternó delante de Él y le dijo: Señor, sí Tú quieres puedes limpiarme”… (Mt 8, 2)
domingo, 24 de enero de 2016
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La convicción del fiel cristiano es comprender, que todo bien de su alma está en la doctrina revelada por Cristo Nuestro Señor; ¿Que conmueve, anima y decide a las almas a encontrar la fe? Es la creencia de que todo bien viene de Dios por intermedio de su amado Hijo, enviado por Él a salvar las almas del pecado, cumpliendo el deseo de su amado Padre inflamado de amor por las ellas, Jesús cumple su voluntad, pero cuando la conciencia del pecador afirma está realidad dice a su oído;…Todo bien que recibes viene de Dios, esfuérzate porque prevalezca en ti… Atendiendo con fe, fervor y devoción la palabra de Cristo, se vencerán las tormentas y persecuciones con que la incredulidad tienta y turba la mente, el alma vacila, cierra sus oídos, negando la entrada al corazón y entendimiento de la Bienaventuranza evangélica, que no es otra cosa, sino la aspiración y anhelo de salvación de Jesús, quien dijo;…”Yo y Él somos una sola cosa”…Es de fe creer, aceptar y asimilar, vencer la turbación y confusión con que el tentador tratará de sembrar en el corazón: la negación y el empeño del incrédulo en desorientar.

San Agustín, pone al descubierto la consecuencia ingrata de la incredulidad de Israel, que ha continuado en ellos y en la humanidad a través de los siglos.

El Obispo de Hipona afirma;…” Les dice claramente que es Jesús Hijo de Dios, por consiguiente el Cristo según habían preguntado, pero en lugar de creer intentan apedrearlo”… La pérfida soberbia orgullosa, rebaja la dignidad humana ante Dios su Creador, cuando este domina el alma y corazón del pecador.

¿Por qué la palabra de Jesús depositada por la fe en el alma, se convierte en impura, corrompida y perversa? La incredulidad es la cizaña que siembra la duda de todo sentimiento de amor a Dios y al prójimo, induce a rechazar lo más caro y sagrado: Cristo Nuestro Señor, que dice conocer y no conoce.

Todos sabemos que cuando vivimos en el error, no puede decir “no lo sabia” cuando se vive en el error que debilita y agota hasta apagar el deseo del corazón en su relación con Dios.

Desde que la palabra de Dios por Jesús, no cala ni profundiza los sentidos, es porque el alma y la mente esta turbada, el entendimiento confundido y la voluntad apática y conformista, esta conducta no tiene ninguna diferencia a la de aquellos infelices que quisieron apedrear a su Mesías, porque si nosotros que conocemos su doctrina y mandamientos, no seguimos el bien que recibimos de ellos, ofendiendo al Señor, estamos igual que ellos, solo que no pasaron de su intento, y nosotros con nuestra conducta, si procedemos con mas furia a lanzar pedradas fulminantes al Cuerpo de Cristo.

Es apremiante e imperioso recapacitar: el mundo esta en el poso al que ha sido llevado por una humanidad pagana y atea, todos tenemos un deber cierto ante Dios, y por lo tanto es reaccionar como enseña Jesús, dejando la vida hedonista, echarla al cesto de la basura y reaccionar como el que se esta ahogando, que grita desesperado ¡Auxilio! ¡Sálvame! y viene Jesús a tomarlo de su mano y lo lleva a la playa, al recuperarse respira una nueva vida que se le ha concedido; esto es lo que debe buscar la humanidad; una vida nueva en el Señor, romper de tajo con el pasado pecaminoso y arrepentirse de corazón, podrá, si así lo quiere y desea, recuperar la vida de la gracia, la perfección del alma, la virtud de la fe y la bondad de Jesús será suya.

El Hijo (Cristo) no esta solo para defender y sostener el tesoro de las almas a el confiadas, Dios permanecerá en Él, fue enviado a redimir, por eso es guardar en el corazón, como María nos ha enseñado, que su Santísimo Hijo, derramo por nuestras almas su preciosísima sangre, sostenido por el Padre, con quien vive en unidad de un mismo espíritu inseparable y eterno por todos los siglos.

Jesús cumpliendo su profética palabra, convertida en oración sublime a su amado Padre, será también para en nosotros camino al Señor, su doctrina y mandamiento, cuando con fervor dijo;…”Para que el mundo crea que Tú eres quien me enviaste”…
La enseñanza de Jesús, deja el pingue sabor que deleita la gracia y perfección, la virtud y bondad del Señor y Maestro cuando;…”Felipe le dijo: Señor, muéstranos al Padre, y esto nos basta.

Respondióle Jesús: Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, ¿y tú no me habéis conocido, Felipe? El que me ha visto, ha visto a mi Padre.

¿Cómo puedes decir: Muéstranos al Padre? ¿No creéis que Yo estoy en el Padre y el Padre en Mí?”…Comprendamos: El Padre es la meta, Jesús el camino de verdad, para en esta vida alcanzar los méritos de llegar hasta Él.

No es de dudar, que la fe de Felipe estuviera en los límites de la soberbia, mas la pregunta misericordiosa de Jesús la expulso de él.

Ahora ¿Qué vería Tomás cuando el Señor le mostro las llagas de sus manos y de su costado? Jesús le concedió la gracia de ver lo suficiente, para que al momento viniera el arrepentimiento, apreciado por Jesús en su corazón cuando Tomás elevó su alma;…”Señor Mío y Dios Mío”… La obra evangélica de Jesús, a través de su peregrinación por el mundo, fue impartir la Cátedra de la fe, cuya materia es creer: Jesús es el Hijo de Dios vivo hecho hombre, que vino por anuencia de su amado Padre, a salvar la humanidad del pecado.
La Sagrada Familia nos enseña, que como fue en ella, sucede también en toda familia, vivieron las adversidades, peligros, angustias e incomprensiones del mundo; María y José se alimentaron espiritualmente en el gozo espiritual de las virtudes de Jesús, que los fortalecieron mas en torno al Niño Jesús; ello debiera ser ejemplo en la familia: imitar la fe y perseverancia, de la sagrada Familia en la gracia y excelencia, virtud y bondad, manantiales de fe que Jesús deposita en tierra fértil, esto es, el corazón de sus amados padres en una continua perfección de sus almas.

Como consecuencia de las vivencias divinas al lado del Señor, María en las bodas de Caná muestra la esencia de su fe en Jesús, animada de su maternal amor por las almas agobiadas, mueve el corazón de su Hijo a obrar el milagro con el que iniciará su vida publica, al paso de la misma, nos dio Jesús el momento de ilustrarnos en el amor que profesa a su madre, a la que glorifica cuando dijo;…”Y dichosa la que creyó, porque tendrá cumplimiento lo que se le dijo de parte del Señor”…El entendimiento e inteligencia aprecia, que el común denominador de nuestra salvación, esta en la fe, el mundo debe afanarse por cimentarla en su corazón y dejar el efímero mundo hedonista y material.
Para no dejar duda de la misión que el Padre encomendó a su Hijo Jesús.

Apreciemos su valor espiritual, al obrar la curación del leproso. Teniendo en consideración que la lepra es una enfermedad crónica, caracterizada por lesiones de la piel, ulceras y manchas, aparte el olor que causa nauseas, con este antecedente, no veamos este hecho como noticia de su momento, sino que ahondando en el mismo, encontrar el valor divino y espiritual del alma que puede obtener por sí misma, cuando se ha alejado del Señor.

Estamos frente a un leproso que dejando las reglas de los sacerdotes del templo que en Israel, habían establecido contra los leprosos, para no contagiar al pueblo de este mal, se mantenian a distancia, habitando en la miseria de las cuevas en condiciones inhumanas.

Este leproso que nos refiere el evangelio, actuó movido por una fe ardorosa y encendida que el mismo lo va demostrar por lo que sucedió; esta en él guardada celosamente, quizás desde que tuvo conocimiento de Jesús, que sin duda valoro lo que escucho de otros y entendió la razón de su enfermedad como la misión redentora de Jesús en este mundo.

Dice el evangelista;…” Cuando bajó (Jesús) de la montaña, le fueron siguiendo grandes muchedumbres”…La omnipotencia de Jesús como Dios, ha preparado su Cátedra de fe en dos obras para que el entendimiento dcl cristiano de los tiempos aprecie el valor de su divinidad y el conocimiento profundo de su misericordia en bien de las almas.

Expone el evangelista;…” Y he aquí que un leproso se aproximó, se prosternó delante de Él y le dijo: ¡Señor, si Tú quieres, puedes limpiarme!"…
Repasemos las palabras del evangelio; El Leproso vino ante Jesús y se arrodillo, motivado por su fe, adora a Jesús como Dios, lo que muestra su corazón en ese momento es su alma atribulada por los males que pesaban en él, le había hecho reconocer, la causa de ello era su pecado, la mancha de su mísera flaqueza lo tenia en esta enfermedad enquistada en él, y sabe, que solo Jesús, puede aliviar el pesar de su alma, porque solo Él puede dar el perdón, el leproso obro, como cuando vamos a confesarnos, ahí llevamos la lepra del pecado y de rodillas, con humildad imitamos a este infeliz, y así como se reza la oración del “Yo pecador” al confesar los pecados para poner el alma en gracia de una buena confesión, así el leproso, obra de forma semejante, brota la suplica del perdón deseado cuando dijo;…”¡Señor, si Tú quieres, puedes limpiarme! Esto resumimos a dos letras que abarcan la salvación del pecador: fe.

A pronunciado la oración de perfecta excelencia, en la que encontramos dos manantiales espirituales; la confesión de la virtud de Cristo, unida al vigor de la confianza amorosa del Señor;…” Y Él tendiéndole su mano, lo tocó y le dijo: Quiero queda limpio, y al punto fue sanado de su lepra.

Dijole entonces Jesús: Mira, no lo digas a nadie, sino ve a mostrarte al sacerdote y presenta la ofrenda prescrita por Moisés, para que les sirva de testimonio”…Jesús sano a este infeliz leproso al tender su mano, y al tocarlo dio la absolución divina;…” ¡Quiero queda limpio!...Por su voluntad divina, deja el alma limpia por la confesión, el sacramento obra el deseo de Dios; dejarnos limpios de pecado.

Queda la enseñanza de Jesús comprendida en la humanidad.
Continua el Señor su labor evangelizadora, antes consideremos tres aspectos importantes que nos llevarán al discernimiento y entendimiento de lo que Jesús va a mostrarnos.

Son por así decir variantes de la virtud de la caridad, hoy tan desvirtuada por la conducta humana, abandonada al gusto del mundo, hace “caridad” por conveniencia y quedar bien, me vean y digan: “Da”…La benevolencia, consiste en querer y desear el bien para otro y no para mí, no desear mal al prójimo, sea quien sea; la concordia, conformidad entre hermanos e hijos de Dios; Beneficencia al que se quiere sin lastimar, Virtudes a desplegar por quien aprendiendo del Señor perfecciona su alma.


Continuando con Jesús, dice el evangelista;…” Cuando hubo entrado en Cafarnaúm, se le aproximó un Centurión y le suplicó”…Avisado por los suyos, indagaría el arribo de Jesús a la ciudad, por lo que se aprecia salió a su encuentro; la presentación del Centurión quien poseía el mando de cien soldados romanos, era ya un símbolo del poder, en muchos de prepotencia, pero este Centurión es otra cosa, al ver a Jesús se acerca a Él con respeto, acatamiento y sumisión, viendo en Jesús a Dios, como superior, le dice;…”Señor”…Y Pide no para él, sino para su criado;…” Diciendo: Señor, mi criado esta en casa, postrado paralítico, y sufre terriblemente”…El Centurión era hombre de guerra, su condición en el ordene de su vida eran por lo que se ve, un hombre bueno, busca a Jesús porque esta convencido de su poder taumatúrgico, esto viene de que el Centurión tiene fe en Jesús, en efecto; ha dado al Señor un diagnostico de la grave situación de su criado, Jesús ve mas en el corazón del Centurión, por eso sin mayor preámbulo;…” Y Él le dijo: Yo iré y le sanaré”…Dios manifiesta su misericordia, y sin mas explicación, dijo;…”Yo iré”…Es cuando el Centurión del que no sabemos su nombre, muestra esa gran fe que Cristo Nuestro Señor nos ha puesto de ejemplo, en un hombre que por el orgullo de su imperio dominador sobre Israel, no necesita acercarse a pedir por uno de los suyos, muestra a Jesús humildad ejemplar, única y para más, modelo de caridad.


Respetuoso de la divinidad de Jesús, muestra su indignidad de acercar al Señor a su lejana casa, sabiendo como son las actos de mando entre su ejercito, y acostumbrado a que se obre sin estar presente, sino obedeciendo sus ordenes, así lo aplica a Jesús, conociendo de Él su divinidad;…Dice en su mente; Tú Mí Señor, siendo Dios todo lo puedes, mucho mas que él como hombre de mando…Dice el evangelio;…” Pero el Centurión replicó diciendo: Señor, yo no soy digno de que estés bajo mi techo, mas solamente dilo con una palabra y quedará sano mi criado”…Me permito recordar; Ha dicho este Centurión a Jesús, lo que nosotros no hemos entendido; …Señor ¿Por qué tienes que ir a mi casa, desde luego que si es tu voluntad serás bien recibido, porque mi casa es tuya? ¡Yo creo en ti! Por eso he venido a buscarte; ¡Tú eres el Hijo de Dios! Me inclino ante ti hoy que te he conocido, sabes bien que estas aquí en mi corazón; nunca te he buscado como hoy, porque no se debe molestar al Señor con cosas sin valor, por eso espere encontrarte para que siendo Tu excelencia la virtud de la caridad, te ruego ayudes a mi criado sanándolo de su mal.

¡Señor! ¡Tú eres Dios, y como tal no tienes por que ir hasta mi casa! Tu palabra es obra, tu palabra es hecho, porque solo Dios puede hacerlo, por ello te pido;…”Dilo con una palabra”…Esto y mas fue en el corazón del centurión romano, y todavía para cimentar sus razones dijo a Jesús;…” Porque también yo, que soy un subordinado, tengo soldados a mis ordenes, y digo a esté: Ve y él va; a aquel: Ven, y viene; y a mi criado; haz esto, y lo hace”…Es creer, que conforme Jesús escucha al Centurión, el gozo de su corazón iba en aumento, pero había un pesar que no lo dejo en silencio cuando dijo;…” Jesús se admiró al oírlo, y dijo a los que le seguían: En verdad, os digo, en ninguno de Israel he hallado tanta fe”…Vio Jesús en el Centurión un hombre de virtud y bondad, y proclamó una sentencia que se ha cumplido para bien de las almas de santidad, justas y buenas de los siglos;…” Os digo pues: Muchos llegarán del Oriente y el Occidente y se reclinarán a la mesa con Abrahán, Isaac y Jacob en el reino de los cielos”…Refiriéndose a su pueblo, que vino a salvar del pecado profetizo;…” Mientras que los hijos del reino serán echados a las tinieblas; allá será el llanto y el rechinar de dientes”…Respetuoso el Centurión escucho la sentencia y espero, así debemos ser, pacientes a la misericordia divina en nuestras necesidades espirituales y temporales;…” Y dijo Jesús al Centurión: Anda: como creíste, se te cumpla.

Y el criado en esa misma hora fue sanado”…+
hefelira@yahoo.com

 

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