REFLEXIÓN DOMINICAL

Antonio Fernández

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Jesús predice su muerte y aviva la fe

…”Y después que le hayan azotado, le matarán. Y al tercer día resucitará. …¿ Que quieres que te haga? Dijo (el ciego) Señor, que vea”… (Lc. 18, 33 y 41)
domingo, 7 de febrero de 2016
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La inefable grandeza de Dios, divina y sublime, quedo para siempre revelada a todos los tiempos, cuando el ángel anuncia a María;…”He aquí que vas a concebir en tu seno, y darás a luz un hijo”…Por obra y gracia del Espíritu Santo.

Continuando el mensajero del Señor dijo;…”Porque no hay nada imposible para Dios”…Y así ante la humanidad que cree y su fe esta consolidada, la redención de la humanidad quedo realizada en María Virgen.

Mas adelante, ya en la vida publica de Jesús, por voz del divino Maestro, da a conocer la revelación del poder de Dios sobre lo Creado, cuando escuchando su palabra, quienes le rodeaban dijeron;…” ¿Quién podrá salvarse? Respondió: Las cosas imposibles para los hombres, posibles para Dios son”…Pero antes, es importante penetrar la conciencia humana, sobre lo que se entiende del morir y no morir.

De las almas que Dios llama diario a su presencia, podemos decir, que en su inmensa mayoría, van obligados por las circunstancias propias de una enfermedad de graves dolencias, irreversible, incurable o desahuciado, de ello es considerar que quien en condiciones insanables de su enfermedad o adicción, tiene anunciado un corto tiempo de vida, está a tiempo de poner en orden de salvación su alma.

Ahora bien, de poder preguntar a todas esas personas; ¿Quieres morir? Su contestación inmediata: ¡No! Justificarían infinidad de razones para no morir y las respuestas seria un catalogo inmenso.

A estas agreguemos, las almas que mueren de forma imprevista, sorpresiva, súbita y violenta, sea infarto, accidente, caída, bala perdida o disparo inesperado, donde no hay un instante para arrepentirse, y se les preguntará unas horas antes; ¿Quieres morir? En el acto dirían ¡No! ¿Por qué? ¡Si estoy en buenas condiciones de vida! Conclusión: Nadie quiere morir.

El enfermo de gravedad, su mismo estado gravitico le hace ver la realidad, y su fe lo dispondrá por la gracia a la voluntad de Dios; en los que van a morir esta pregunta les parece ilógica y dicen; ¿Como voy a pensar en la muerte? “Estoy en la flor de mi vida” “No tengo enfermedades” “Tengo los mejores bienes que he podido adquirir y voy a mas” “adentrados en la vorágine de los negocios del mundo en que están inmersos, la muerte llegará horas mas tarde, y no tendrán oportunidad del arrepentimiento.

Solo el sentenciado a muerte sabe que en realidad va a morir, y no quiere morir. Cuando por su conducta el pecador ha perdido la fe y la gracia, también pierde la esperanza eterna, porque no esta preparado para morir.

Ahondando en la verdadera razón, de no querer morir, no esta en el temor de Dios, sino en el temor de perder la vida perversa o pervertida que se ha llevado; en el temor de perder la vida del mundo; perder los placeres, el disfrute del que ha hecho un mandato; el temor de no querer morir lo invade, porque perderá el reconocimiento humano de las realizaciones materiales, perderá la autoridad del poder, dinero, propiedades, riqueza, vida voluptuosa, amoral, viciosa y lujuriosa, esto y mucho mas teme el ser humano perder al morir ¡No hay miedo a perder el alma.

Jesucristo Nuestro Señor, vino al mundo a salvarnos del pecado, se vistió de nuestra imperfección humana, e hizo suyos los sufrimientos, padecimientos y tribulaciones que viven las almas agobiadas por sus pecados, esto es, a lo que vino padecer, y no como el ser humano que desde la cuna, los padres lo preparan para que disfrute la vida hedonista del mundo.

Cristo al nacer, vino a sufrir y padecer los desprecios humanos, a ser negada su divinidad de Hijo de Dios, a pesar de dar a conocer su doctrina y mandamientos en todas formas y maneras, vino a morir en muerte dolorosa y afrentosa de Cruz, único camino de salvación para las almas.

Jesús pagó por adelantado todos los pecados que la humanidad a cometido y cometerá, con una sola moneda; su preciosísima sangre.

Jesús nació en pobreza, vivió en ella y murió en ella; su palabra encendió la pasión en las almas pecadoras al arrepentimiento, pero la respuesta en los malos corazones fue odio contra la verdad eterna y salvación, así el incrédulo ha definido por si mismo su destino final.

Jesús sano a muchos de sus males, de esos, muchos se queda con el alivio del cuerpo, porque en nada les importo su alma, haciendo caso omiso de salvarla.
Jesús manifestó al mundo, venir a cumplir la voluntad de su amado Padre, obra la misión de salvación de las almas, al preparar el camino de salvación, acude no a quedar para siempre su persona, su espíritu de misericordia se quedo para toda la eternidad.

Jesús vino a morir por todas las almas, y dio la señal del término de su misión, a la que anhelaba llegar y llegó para bien nuestro; Jesús ha puesto en aviso a sus discípulos de la aproximación de su muerte, con todo detalle y realidad.

Jesús como Dios anuncio en tres ocasiones su muerte, lo que para muchos pone a temblar, o es motivo de molestia, miedo o cobardía, para Jesús significaba la hora de su triunfo redimiendo la humanidad, su muerte será causa de nuestra salvación.

Jesús como hombre, no solo temía ir a la muerte, sino que avanza hacia ella con disposición alegre, va a sufrirla para cumplir la voluntad de su Padre, de donde dijo Jesús;…”Un bautismo tengo para bautizarme, ¡Y estaré en angustias hasta que no sea cumplido!”…El bautismo a que Jesús se refiere, es al bautismo de su sangre derramada por nosotros en su Pasión, Crucifixión y muerte.

Para ello, se dispone preparar el alma y el corazón de sus discípulos, desde tiempo, para que no se dijeran desconocedores, ni tampoco la sorpresa los descontrolará e hiciera que perdieran el amor a su Maestro o dejar de lado su enseñanza.

Anuncia su muerte en tres ocasiones. Después de la confesión de Pedro, Jesús anuncia su Pasión;…”Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que Él debía ir a Jerusalén y sufrir mucho de parte de los ancianos, de los sumos sacerdotes y de los escribas, y ser condenado a muerte y resucitar al tercer día”…La declaración de Jesús, fue un golpe, como de un choque, entendida su palabra en el sentido de separación, los discípulos no ignoran el odio del sanedrín contra su Señor, pero Jesús al anunciar su muerte en condiciones que no lo merece, trastoca su pensamiento y los entristece, es posible, que ya no hablaran de ello entre si, y guardaron silencio, su esperanza era que no sucediera, y se hacen como los que no escucharon, siguiendo a su lado sin preguntar nada sobre ello.

Mas el Señor no quiere dejar las cosas como ellos lo entienden, vuelve a la carga por segunda ocasión después de la Transfiguración al anunciar su muerte;…”Y yendo juntos a Galilea, Jesús les dijo: El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo han de morir, y al tercer día resucitará”…Reaparece la sensación de tristeza anterior y una mayor angustia en sus discípulos, ahora si toman en cuenta la palabra de su Maestro, bien sabían que toda predicción del Señor se convierte en realidad.

Jesús es tenaz al anunciar su muerte, porque ve que la fe es poca en ellos y no entienden que la muerte de su Maestro en las condiciones en que se las explica, es el triunfo por el que Cristo redimirá la humanidad, ellos fijaban su ser que Jesús tomaría el control político de Israel, y lo seguirían hasta el final, idea equivocada.

Se acerca el tiempo de su Pasión, Jesús se dispone a una tercera comunicación a los Doce Apóstoles, con el fin de instruirlos, es su deseo, que llegado el momento no fueran escandalizarse por lo que verían v dejarse llevar por los comentarios de las turbas, y aprovecha la soledad con sus discípulos, la voz pausada y clara de Jesús se deja sentir;…” Tomando consigo a los Doce les dijo: He aquí que subimos a Jerusalén, y todo lo que ha sido escrito por los profetas se va a cumplir para el Hijo del hombre”…Es de pensar lo que fueron las palabras de su Maestro en su alma y en el corazón, comprenden, que en lo dicho por Él no hay marcha atrás; conciben, piensan y disciernen que así sucederá, lo que les ha dado a conocer, porque esta ordenado por Dios desde siglos, pero una cosa es deducirlo y otra hacerse a la realidad, predomina en ellos la pena y el dolor de la próxima separación, ha calado en su persona y mas porque no entienden la razón de porque va a padecer tanta afrenta, pues su Señor es bueno y no ha cometido de pecado.

Continua Jesús;…” Él será entregado a los gentiles, se burlarán de Él, lo ultrajarán, escupirán sobre Él”…Se agudiza la pena en los discípulos, entienden, que el Señor va por su voluntad a la muerte, los ha prevenido, para que cuando conozcan todo esto, no se turbe su alma y corazón, y no dejar lugar a duda en ellos dijo;…” Y después de haberlo azotado, lo matarán, y al tercer día resucitará”…La Pasión de Jesús esta a unos días de realizarse, la claridad de los hechos son mas reales, lo tiene mas descontrolados, escuchan a Jesús animado explicarles, así lo hace para dejar grabado en ellos su disposición, donde ellos participaran como lo ha sido dispuesto por Dios.

Preocupados por las glorias terrenas de un reino mesiánico, no entienden lo que Jesús les dice, y mas que al tercer día resucitará, dice el evangelista;…” Pero ellos no entendieron ninguna de estas cosas; este asunto estaba escondido para ellos, y no conocieron de qué hablaba”…En los discípulos iba creciendo la fe en Jesús poco a poco comprendían la misión de su Maestro, pero nosotros que por la revelación conocemos y tenemos todo a nuestro favor para solicitar con fe, fervor y confianza en Cristo su clemencia.

Escuchar la palabra de Jesús en el corazón es acto de fe, pero el punto está en verdad poseerla, de otra forma su voz estará en nosotros confundida con el ruido ensordecedor del mundo.

Aprender de corazón a escuchar a Cristo es obra de su misericordia y bondad, se podrá, si la gracia ilumina a desentrañar esos ruidos e identificar la voz divina del Señor, donde nos invita a escuchar los anuncios de su Pasión, y entrar con la buena disposición que desea al tiempo de cuaresma; al tiempo de penitencia y de sacrificios; al tiempo de oración y de reconocer en la pasión de Jesús la obra que redimió a la humanidad del pecado, adentrarse en ella es vivir cada momento de su dolor, pena y angustia, es ver el rechazo y desprecio del pueblo que vino a salvar, y que después de su muerte, continua ese desprecio a su divinidad y doctrina, por eso, en este próximo tiempo de cuaresma, el demonio arrecia que las almas tengamos presente la diversión que se avecina y se olviden de la Pasión de su Redentor.

¿Será difícil al cristiano evadir los atractivos del mundo que desvirtúan la santidad de la Santa Cuaresma? Esta evasión propuesta y lograda, evitará ofender a Jesús, y frenará las inminentes caídas a la perdición, que el cristiano lucha por estar a la vista de Jesús su Pasión, Crucifixión y muerte, a estar al lado del ángel que con su presencia conforta a Jesús en la oración del huerto.

Pero quien no quiere evadir los atractivos del mundo, sino aferrarse a ellos, es de comprender que su lugar esta al lado de esos infelices, a los que Jesús da a conocer a sus discípulos cuando dijo;…”Que será escupido”… Te pregunto; ¿Tú también tendrás las agallas para hacerlo? …”Abofeteado”… ¿Serás tú también quien lo va a golpear con tus puños crispados, tratando de derribar al suelo al Hijo de Dios, y burlarte de Él? …”Injuriado”… ¿Tú serás el que con tus pecados difamarás su divinidad, le calumniaras e insultaras, porque amoroso te pide hagas tuya su Pasión y te salves? …”Lo azotarán”… ¿Estarás al lado del soldado a arrebatarle el látigo de su mano, y mostrando la fuerza de tu pecado, darás sobre la divina espalda llagada de Jesús, tú latigazo más cruel que el del romano? Nos dice Jesús por palabra de San Juan Crisóstomo;…”Voy voluntariamente a la muerte y, cuando me veáis suspendido en la Cruz, guardaos de pensar que yo no sea mas que un hombre, porque si está en la naturaleza del hombre morir, no está en su naturaleza querer caminar por sí mismo a la muerte”….
Dice el evangelista;…” Cuando iba aproximándose a Jericó, un ciego estaba sentado al borde del camino, y mendigaba”…Imaginemos este ciego, al que nadie toma en cuenta, despreciado de su ceguera.

¿Cuántas cosas escucharía a diario? Por lo que Jesús nos muestra de él, es posible que desde tiempo escucho lo que se hablaba de Jesús: ser el Hijo de Dios, que cautivo su corazón, viéndose inútil de ir a buscarlo, lo buscaba en el mejor lugar: su corazón.

Jesús como Dios conoce todos los corazones y sus pensamientos, los ve frente a Él estando a grandes distancias, observa la oración y suplicas, la fe y confianza, creer que Jesús es el Hijo de Dios, el ciego termino creyendo, por ello es de aceptar, que Jesús fue a él, a buscarlo para obrar por su fe su prodigioso milagro.

Dice el evangelista;…” Oyendo que pasaba mucha gente, preguntó que era eso”…Acostumbrado al paso y ajetreo de la gente, se le hizo extraño el tropel de muchas personas, dice el evangelista;….” Le dijeron: Jesús, el Nazareno pasa”…El nombre de Jesús fue detonante, al instante despertó en él la fe viva guardada en su corazón, que espera este momento;…” Y clamó diciendo: ¡Jesús, Hijo de David, apiádate de mí!”…El ciego glorifica a Jesús, quien escucha con gozo la claridad de la oración, y deja que continué para que la muchedumbre conociendo la aclamación, alguien continuara el clamoreo a su dignidad divina, pero la razón de no hacerlo, es la de ayer, hoy y siempre; la muchedumbre no creía que Jesús es;…” ¡Hijo de David!”...Y menos el valor de salvación que el ciego les esta diciendo;…” ¡Apiádate de mí!”…
La incomodidad del clamor del ciego, no es bien vista por los del sanedrín que iban al acecho de Jesús, estos azuzan a la gente para que lo callen, pero su clamor es con mas fuerza;…” Los que iban delante, lo reprendían para que se callase, pero él gritaba todavía mucho más: ¡Hijo de David, apiádate de mí!”…La multitud a centrado su mirada en Jesús y el ciego, lo que el Señor quiere, serán testigos de su prodigio;…” Jesús se detuvo y ordenó que se lo trajesen, y cuando él se hubo acercado, le preguntó”…El corazón del ciego esta inflamado de fe y amor, su clamor es una bella oración que se eleva al cielo y es motivo de gozo, entonces la voz amorosa y paternal del Hijo de David, concede no la vista física, por favor, comprendamos, concede al ciego la vista de Dios, es el deseo del alma del ciego, por ello Jesús cuando le pregunto;…” ¿Qué deseas que te haga? Dijo: ¡Señor, que vea! Y Jesús le dijo: Recíbela, tu fe te ha salvado.

Y en seguida vio, y lo acompañó glorificándolo a Dios. Y todo el pueblo, al ver esto, alabó a Dios”…Sea este tiempo de Cuaresma, valorar el sentido espiritual de Jesús cuando predice su muerte y estar siempre preparados a su llamado, y sea la divisa de su amor; avivar la fe.
hefelira@yahoo.com

 

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