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Se impone el ''seasonlees''

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Diseño de Aurelia Gil en la última edición de la pasarela madrileña TRESemmé MFSHOW otoño-invierno 2017.
No sabemos si es cosa del cambio climático, pero la pasarela cada vez está menos asociada a una estación, lo que los americanos llaman "seasonlees".
martes, 16 de febrero de 2016
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"De la pasarela al armario", es la nueva filosofía de Burberry, firma que ha desvelado que presentará dos veces al año una colección atemporal que podrá comprarse desde el momento que se vea sobre la pasarela.

El nuevo proyecto de esta mítica casa va a incluir una colección en la que se mezclarán prendas de hombre y de mujer y que no estará asociada a ninguna estación.

"Los cambios que estamos haciendo nos permitirán construir una conexión más estrecha entre la experiencia que creamos en nuestros desfiles y ese momento en el que la gente puede físicamente explorar las colecciones", ha explicado Christopher Bailey, director creativo de la casa.

Ahora, la moda habla de conceptos nuevos como "compra directa" o "sin temporada", términos que obligan a los diseñadores a presentar colecciones atemporales y que inmediatamente se puedan adquirir.

Una idea que, además de implicar nuevos hábitos de consumo y una nueva forma de vestirse a base de capas con prendas superpuestas, también va a suponer un cambio en la industria textil.

"Un cambio que se viene pidiendo desde hace tiempo", explica el periodista experto en moda Rafa Muñoz, quien intuye que "el calendario de moda habitual y su desfiles tienen fecha de caducidad".

COMIENZAN LOS CAMBIOS

Poco a poco empiezan los cambios. Las colecciones son cada vez más atemporales y el frío o el calor se combate con el número de prendas superpuestas.

Así, en la última edición de la pasarela madrileña TRESemmé MFSHOW otoño-invierno 2017 se han visto prendas atemporales como los de la firma Highly Preppy, que inspirándose en las tribus del norte de América, presentó una colección "casual" divertida y colorista, en la que los detalles de pedrería, con galones y botones dorados fueron el hilo conductor en cazadoras, chaquetas y pantalones vaqueros.

Ligera y colorista fue la colección de David Christian, que hace un guiño a la cultura de los indios sioux cuando propone vestidos vaporosos largos y cortos, así como faldas midi y pantalones de pata de elefante, ideados para cualquier estación.

Como novedad incluye seis estilismos para niñas, idénticos a los de adulto, "por si alguna mamá quiere vestir igual que ella a su hija", cuentan Paloma Chacón y María Roca, madre e hija que forman el tándem creativo de la firma.

Atrevida y también atemporal fue la colección de Madrubb, firma compuesta por José María Fernández y Vanesa Carrasco, un matrimonio que trabaja toda su colección en látex, un tejido que adquiere connotaciones más románticas gracias a los primorosos bordados artesanales.

"Formo parte de la tercera generación de bordadores, toda mi familia se dedica a bordar", desvela José María Fernández, quien también da delicadas y mimosas puntadas para los grandes de la moda como Dior, Givenchy, Balenciaga o Pertegaz.

VESTIDOS, PIEZA BÁSICA

Contenidas son las propuestas de Aurelia Gil, que juega con la cultura de Oriente y Occidente hasta construir una colección moderna y práctica con toques románticos y decadentes en la que los vestidos camiseros son protagonistas principales.

Sobresalió un inmaculado vestido de gasa, de manga larga, muy vaporoso, teñido en azul pavo real y realzado con bordados que representan la arquitectura balinesa.

Con paños y lanas lisas, coloreadas en blanco, mostaza, fresa y marrón, Juanjo Gómez construyó piezas con reminiscencias retro con gruesas cremalleras y grandes bolsillos que se codeaban con otras más etéreas de organza y gasa adornadas con lentejuelas.

Siluetas ceñidas, patrones desestructurados, tejidos con mucha presencia y telas adamascadas marcaron la colección de Juan Brea, creador de la firma Brea, que se decanta por faldas lánguidas con distintos largos y cortes asimétricos.

El Londres más bohemio y multicultural de los años 70 sirvió de inspiración a Charo Azcona que propuso prendas folk arropadas con volantes y encajes.

Carmen Martín

Efe-Reportajes.

 

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