REFLEXIÓN DOMINICAL

Antonio Fernández

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Escuchadle a él

…”Este es Mí Hijo el amado, en quien me complazco: Escuchadlo a Él”… (Mt 17, 5)
domingo, 21 de febrero de 2016
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Animando a la fe y confianza en Cristo salvador de la humanidad, Isaías profetiza;…”Buscad al Señor mientras se le pueda hallar”…En ello encontrara todo hijo de Dios el destino de su salvación, su profecía es el grito fuerte del llamado de Dios, que accede a los sentidos del cuerpo, y de ahí pasa a los sentidos del alma; memoria, entendimiento y voluntad, trascendiendo a los actos de palabra, obra y pensamiento, afianza el corazón al sentimiento de amor filial a Dios, a fin de que no se pierda en la vanidad y vanagloria del mundo, sino que cada vez se afirme y aumente al sentido de orientación espiritual, como faro de luz que guía a la razón final de todo cristiano bautizado en su paso por este mundo, pide el profeta: constancia y perseverancia primordial en el Señor.

No es buscar como quien quiere localizar heredades, beneficios o caudales, esos son asuntos del y para el mundo. Dijo el profeta;…”Buscad al Señor”…Significa modificar la vida, dejar al mundo de lado, arraigar a Dios en el centro de todos los ordenes de la vida, siendo primordial el orden espiritual y moral, será Cristo Hijo de Dios inspiración del alma y corazón a la frecuencia de sacramentos.


La profecía de Isaías, invita ir en pos de Dios Padre, deseo perene que viva y no muera, sino que se mantenga en el alma, porque mientras el ser humano posea existencia de vida terrena, será tiempo de oportunidad y salvación, tiempo de buscar y ganar por el arrepentimiento la bondad misericordiosa de Dios.

Isaías, profetiza ir adonde esta la vía deseable;…”Invocadle mientras esta cerca”…Es de fe creer que Dios siempre esta cerca del pecador para socorrerlo, al que jamás abandonara y menos se alejara de él cuando se empeña en acercarse a permanecer al lado de su Señor.

Cristo Nuestro Señor, ve en cada alma su fe, lealtad y nobleza y la conducta se refleja en obras que concilia su corazón al corazón de Jesús.

El acercamiento será mas continuo, porque fortalecido en el amor a Dios y al prójimo, conservará en su interior la palabra del Padre, que revelo de su Hijo en el Jordán al ser Bautizado por Juan diciendo;…”Escuchadlo a Él”…Para que no exista entre Cristo y el mundo un abismo malo y nocivo, sino que Él sea, puente espiritual y de salvación, entre Dios y el pecador.

Vemos a Cristo soportar las humillaciones en su Pasión, se convierten en acicate a nuestra actitud timorata e indecisa, turbada y apática para justificar con razones infundadas, no seguir ni cumplir su doctrina y mandamientos, ello nos lleva a persistir en que nuestra deslealtad e infidelidad, esta en cada pecado con el que se ofende su divinidad a cada instante, no se valora detenerse porque se va en caída libre, pues Cristo, Hijo de Dios, antes de todos los tiempos acepto por amor a su Padre y a las almas, padecer por nosotros todos los pecados que se han cometido y continuaran haciendo, aunque nuestra incredulidad hace pensar que parece ilógico, imaginable e irreal que desde antes de nacer todo ser humano, Jesús pagó con su preciosísima sangre derramada desde su circuncisión, Pasión, crucifixión y muerte, por lo que todavía no hacíamos, y los que en este mundo se comete, donde el pecador cae una y otra vez.
Jesús vino al mundo en la mas extrema pobreza, en ella vivió y en ella murió por nuestra salvación; su peregrinación por el mundo tolero y soporto la injusticia, ofensa, ultraje, odio, negación a su divinidad e improperios, con la que sus enemigos encendieron la pasión del pueblo que vino a salvar del pecado y este iracundo fue contra sus Mesías salvador, todo lo vivió Jesús por nuestra salvación; repasando en nuestra mente los latrocinios contra Dios clavado en la Cruz, vemos cuando con fuerza fue sumida la corona de espinas en su divina cabeza, como su espalda llagada y amoratada recibió los latigazos, viéndolo humillado le dijo Pilato;…” ¿Eres Tú el rey de los judíos?”…Veamos la gran diferencia.

Su primera venida al mundo ingrato, fue no solo de la gente de ese momento, sino de las generaciones que se han sucedido una tras otra a través de los siglos, ha siso en su inmensa mayoría negar, humillar y ofender, que comparado a lo que sus discípulos; Pedro, Santiago y Juan conocieron a en el monte Tabor, al transfigurarse a su vista y sentidos, Jesús se ha presentado a ellos como es en la gloria eterna, apreciaron la grandeza de su Maestro que les era desconocida, vieron el resplandor de su magnificencia, que quedaron conmovidos e impresionados de su realeza y majestad, así es como vendrá en su segunda venida.
Jesús se dirigía a Jerusalén para la última Pascua, que iniciará con el cordero representativo, y terminara con el sacrificio del Cordero de Dios que quita los pecados del mundo: Cristo Nuestro Señor.

Quiso Jesús antes de que sus discípulos vivieran la prueba de su Pasión, darles un último testimonio para que resguardados por Él, perseverar contra la tentación.

Va a revelarles como es Jesús en la gloria de forma visible. Vamos a vivir en este tiempo de cuaresma el contraste de la obra de Dios en la agonía de Getsemaní, que en Jesús, va a la profundidad del dolor y agobio humano; siendo la Transfiguración prenda segura de su gloria.

Dice San León sobre la transfiguración de Jesús;…”El fin principal de la Transfiguración era desenterrar del alma de los discípulos el escandalo de la Cruz”…Dice el evangelio;…” Jesús tomó a Pedro, Santiago y Juan, y los llevo aparte, sobre un alto monte”…Ahí conocerán acerca de su Pasión, Jesús los ha llevado para ser testigos de su divinidad, y que es imprescindible e imperioso que Cristo padeciese antes de entrar en la gloria, este proceder de Jesús lo comprenden los que le han acompañado, pero el mundo no lo entiende así, muchos dicen;… Sí Dios nos ama tanto, porque nos envía al mundo a sufrir, entonces no nos ama…Esto es justificación sin sentido, es la salida para justificar la vida promiscua que muchos de los que esto afirman, llevan en todos los ordenes de su vida, por eso no tienen paz ni tranquilidad del alma, aunque se ven tranquilos y pacientes a la vista, su interior esta en ebullición.


Cristo vino a padecer por todo hijo de Dios. Dispuso su voluntad a que sus discípulos aceptaran lo que se negaban a creer: que su Señor será tratado como los criminales de su tiempo; morir crucificado en la cruz, lo sufrió por amor a ellos y las almas, buscando la anhelada y realizada redención antes de entrar en la gloria.

Conforme lo anunciado por los profetas, que los discípulos en ese momento desconocían las profecías. Jesús lo predico para inflamar sus corazones atribulados, que a su interior aprecia desfallecidos, así mira nuestro interior, por eso cuando por el ayuno y oración acudimos a su clemencia, Él obra en bien nuestro.

Bueno es comprender que el pecador arrepentido, busca el acercamiento al Señor, no físico, sino espiritual, cultiva en su alma y corazón la santidad que ira en aumento, y de acuerdo a su disposición, contrición y penitencia, volverá a retomar el camino al Señor, así inspiró Jesús a sus discípulos para fortalecerlos en la fe.
Teniendo a Pedro, el príncipe a quien prometió las llaves del cielo, Santiago, el primer mártir y Juan, el Apóstol virgen, dice el evangelista;…” Y se transfiguró delante de ellos: resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz”…Ha obrado delante de ellos, lo han visto por primera ocasión transformado, Jesús quiso ser visto por con toda claridad, para que no creyeran fuera otro y a la vez ser testigos de la visión celestial, dieran a su tiempo testimonio de ello.

El lugar donde Jesús llevo a sus discípulos era un monte, que puede ser el Tabor o el Hermón, ahí, la oscuridad es total, ni un destello de luz, solo se escucha el paso del viento y la oración de Jesús, que en silencio los discípulos repiten, fue notorio el cambio, cuando en medio de esa oscuridad surge una luz blanca en el cuerpo de Jesús que cada vez fue mas intensa.

Para comprender este momento del Señor, escuchemos la enseñanza de san Remigio;…”En ello nos enseña, que es preciso a todos aquellos que desean contemplar a Dios, se abandonen de los bajos placeres de la tierra y levanten el corazón a lo alto, empujado por el amor de las cosas celestiales; y que la gloria de la divina claridad no se goza en el valle profundo de la tierra, sino que es necesario buscarla en el reino de la felicidad, que es el cielo”…Jesús lleva aparte a sus discípulos, para que comprendamos los cristianos de todos los tiempos, la necesidad que tiene cada alma de la absoluta y total separación de los males del mundo, en que ha caído, lo que se vive a placer, son esos los males una pantalla de engaños, por eso es esencial la separación del mal del mundo, como de los seres humanos malos, solo así se podrá emprender con éxito el camino de la bienaventuranza, virtud y perfección.

Jesús, los ha apartado para mostrarles por unos momentos, el brillo de su gloria escondida a la vista de los mortales;…” Y he ahí que se les aparecieron Moisés y Elías, que hablaban con Él”…No esperaban el momento lo que verán sus ojos, dos personajes desconocidos, asistidos por el Espíritu Santo los identifican; Moisés tiene la representatividad de la Ley que preparó al pueblo de Dios, en lo que se refiere a la venida de Jesús, Elías esta ante su Señor, con la representatividad de los profetas; ambos rinden acatamiento y obediencia, Moisés como legislador, Elías como vigilante de la gloria de Dios.
Dice san Lucas, la conversación de los tres describen sobre su salida de este mundo, que había de cumplirse en Jerusalén, de su Pasión, muerte, resurrección y la ascensión del Señor, repasan las profecías.

Cuando llego el momento en que Moisés y Elías se separaban haciendo ademán de despedirse, era en los discípulos un momento de belleza celestial que deseaban no se terminara;…” Entonces, Pedro habló y dijo a Jesús: Señor, bueno es que nos quedemos aquí.

Si quieres, levantaré aquí tres tiendas, una para Ti, una para Moisés, y otra para Elías”…Impetuoso y ardiente, interviene con afecto y ternura ante aquella revelación, su intención es buena, intentaba conservarla, motiva a Pedro un sano ímpetu de alargar la maravilla que esta ante su vista, es el gozo que de esa visión recibe su alma, pero también siente Pedro miedo a la majestad gloriosa de los tres personajes, como refiere el evangelista;….No sabiendo lo que decía, pues estaban atónitos (asombrados) de miedo”…
Se suscita una acción nueva e inesperada, que el impetuoso Pedro se queda con las palabras…” No había terminado de hablar cuando una nube luminosa vino a cubrirlos, y una voz se hizo oír desde la nube que dijo: Este es mi Hijo, el Amado, en quien me complazco; escuchadlo a Él”…La nube cubrió a todos, quedan fuera de la vista de los discípulos, el resplandor de la nube es el expresivo de la gloria de Dios que se manifiesta.

Es la revelación del más grande de los misterios: el infinito amor del Padre del Unigénito, donde mora su felicidad sin limites, reza la oración;…Y por el cual, con el cual y en el cual recibe por toda la eternidad su gloria;…” Y los discípulos, al oírla, se prosternaron, rostro en tierra, poseídos de temor grande”… Con el rostro al suelo dominado por el miedo estaban aterrados.

Han escuchado los discípulos con claridad el mandato del Padre que lleva a la comprensión: Jesús es el Hijo de Dios vivo hecho hombre; el Mesías anunciado desde siglos; el Redentor de la humanidad; Su palabra es vida y salvación eterna, enviado por Dios Padre a salvar las almas del pecado.

Preguntemos; ¿Podríamos resistir la revelación sobre natural sí Dios lo consintiera? No la podemos resistir, porque no tenemos merecimientos para ello, eso es para almas justas, de santidad, buenas, no pensemos ni insistamos que Dios nos manifieste su grandeza como fue en Pedro, Santiago y Juan.

Lo que debe ser causa y motivo es la perfección del alma, tarea diaria, en la que hay que estar en esfuerzo continuo. Así pues, mientras estaban postrados, dio fin la manifestación de la divinidad, era necesario alejarlos del miedo, ahuyentar su temor y fortalecer sus miembros, porque la manifestación del Señor, desequilibra la vitalidad.

Se acerca a ellos su Maestro, y recuperan el valor con su presencia, dice el evangelista;…” Mas Jesús se aproximo a ellos, los tocó y les dijo: Levantaos, no tengan miedo”…Con delicada ternura, suavidad y amor los toca, su voz es luz en medio de las tinieblas de una noche borrascosa, los ha tocado para que se cercioren que la palabra de su Maestro conforta en el temor, al decir ;…”Levantaos, no tengan miedo”…Actitud paternal de Jesús, como quisiéramos escucharla al padecer los agobiantes momentos de turbación del alma para alentarnos a dejar los caminos pedregosos de la vida, que no sean ilusorias intenciones estacionadas en la mente y voluntad, actitud del puritano e indeciso.

Jesús habla al corazón de fe, al que le ama y no se aparta de Él, ese cristiano si escucha la voz de Jesús en su corazón, no hace ostentación de ello, guarda en su interior lo que del Señor recibe, sus actos giran alrededor de Dios, aprendamos; sus discípulos reciben bienes y gracias, bienes de ser escogidos por el Señor para vivir este momento celestial, y gracias, porque Jesús ve que sus corazones están tristes por su partida y hace todo lo posible para que su partida no los pierda del camino preparado para ellos, sino que su Transfiguración los apasione, fortalezca en la fe y guardado en su corazón eleven su alma a mas al Señor;.

…” Y ellos, alzando los ojos, no vieron a nadie mas que ha Jesús solo”...El hecho terminado, vuelven a su estado normal. Dice San Jerónimo;…”Porque estaban tendidos en el suelo y no podían levantarse, por esto se acerca con clemencia para que, tocándoles, se ahuyente su temor y se vigoricen sus miembros; y lo que hace con el gesto lo dice también de palabra; No temáis”…Tenemos el bien a nuestro alcance; confiar en la palabra de Jesús es escuchadle; si nos hacemos indignos de su ayuda, es porque dejamos de lado el deseo de su amado Padre que nos pide:…”Escuchadle a Él”…Cuando rendidos de cansancio por los males y contrariedades del mundo;….

“Escuchadle a Él”…Sí por nuestra pequeñez, la grandeza de las cosas que nos rodean, turban el corazón al incurrir en pecado;…”Escuchadle a Él”…Jesús vendrá, y nos tocará con su gracia, ¿Como obtenerla? Por la frecuencia de los sacramentos.

No quiere el Señor que nos sintamos asustados o desalentados, nuestra miseria recibe un bendito fuetazo en la conciencia para animar al pecador recurra a su misericordia y amparo.

…” Y cuando bajaban de la montaña, les mandó Jesús diciendo: No habléis a nadie de esta visión, hasta que el Hijo del hombre haya resucitado de entre los muertos”…
hefelira@yahoo.com

 

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