El hallazgo de un teléfono celular fue clave en las investigaciones de la Policía Ministerial para lograr la identificación de peligrosos asaltantes armados que mantenían asolados a negocios y comercios.
El teléfono había sido hurtado al propietario del automóvil Lincoln que fue robado de manera violenta en el sector de la colonia Aztlán.
Es mismo vehículo fue utilizado para cometer el atraco armado a la negociación "Entre Aroma y Café", según consta en la declaración de testigos.
El teléfono quedó en poder de una joven mujer que, junto con otra, anduvo en el Lincoln con los hampones el día de los hechos y presenció los atracos mientras que ellas permanecían en la unidad motriz.
Haciendo uso de la tecnología se obtuvo una fotografía tipo "selfie" que una de las jovencitas se tomó y fue así como iniciaron las primeras indagatorias.