REFLEXIÓN DOMINICAL

Antonio Fernández

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Aclamemos a Cristo triunfante

…” Y turbas que precedían y las que seguían, clamaban diciendo: ¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!”... (Mt 21, 9) CONFIRMAR,
domingo, 20 de marzo de 2016
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La gloriosa y jubilosa exaltación mesiánica;…” ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!”…Es la única expresión que el pueblo judío manifestó en el Domingo de Ramos, por un solo día en la vida terrena de Jesús, Hijo de Dios vivo, en que el pueblo judío lo aclamó ser el Cristo príncipe.

Dice San Beda;…”Jesús consciente en ser llamado Rey, pero no es para exigir impuestos, formar ejércitos y luchar visiblemente contra sus enemigos, sino porque es el Rey de los corazones, y quiere conducir al cielo a los que creen y esperan de Él y lo aman”…Jesús ha sido, es y será hasta toda la eternidad, objeto de amor para las almas buenas y fieles a su deseo y voluntad; pero es lamentable que las almas alejadas de Dios, dice San Agustín acerca de los que han contraído malos hábitos;…”Que la misma costumbre no los deja ver lo mal que obran”…Cierren su corazón por un odio inexplicable, la razón de esa caída esta en escuchar mas la voz de la tentación diabólica, y cerrar los oídos, corazón y todo su ser a la palabra misericordiosa de Dios.

Buena es entonces la pregunta para este tiempo de Semana Santa, donde el furor demoniaco despliega su fuerza de perdición al mundo; ¿Yo, con quien estoy? La fe del fiel cristiano viene de la obra de Redención de Jesús, al que expresa su pena y dolor, por los padecimientos que vamos a rememorar de nuestro Redentor en su Pasión, crucifixión y muerte en la Cruz, por ello, estemos con Él el domingo de Ramos, donde fue glorificado por su pueblo, que movido por una motivación incipiente, sea en nosotros ir a Él, pero con fe viva a vivir su gozo y su tristeza; gozo de escuchar las aclamaciones de las muchedumbres, y tristeza en Él Señor, porque conoce que a los cinco días, esas voces que hoy lo aclaman, serán voces de escarnio injusto contra su divinidad, por eso hoy, como hijos de Dios, vayamos a su lado acompañarlo, y acercándonos a su corazón, con palabras sinceras decirle:...¡Señor! Me esforzare para que mi disposición hacia ti no sea de palabra, sino de obra; que mis palabras sean para ti consuelo en tu agonía, y veas en mi el fruto de tu redención, por ello me esforzare a que mí alabanza te acompañe en ese caminar de tu Pasión Santísima y vivas lo que guarda mi corazón para ti, amador de las almas; ¡Sí! ¡Aclamemos a Cristo en el cielo, en la tierra y en todo lugar! ¡Aclamemos a Cristo en nuestro corazón! ¡Aclamemos a Cristo en el prójimo, en el pecador arrepentido, en el desvalido, en el aborrecido y despreciado, el que esta en agonía, y los que morirán sin agonía! ¡Aclamemos a Cristo en el corazón de los niños! A los que seria un bien espiritual imitar su inocencia.

¡Aclamemos a Cristo y a María al pie de la Cruz! Cuando dirigiéndose a Ella le dijo Jesús;…”Mujer he ahí tú hijo”… ¡Aclamemos a Cristo! Cuando antes de entregar su alma al Padre, ruega por nuestra salvación;…”Señor perdónalos, porque no saben lo que hacen”…Porque bien sabemos que hacemos lo que no debemos hacer; ¡Aclamemos a Cristo! Cuando a la lanzada del soldado en su costado, vinieron las ultimas gotas de sangre, escuchar que en este prodigioso milagro nos esta diciendo: … ¡Hijos míos! La sangre derramada en mi Pasión, ha pagado por todos sus pecados.

Entonces arrepentido y con humildad, disponer el alma y el corazón dócil y generoso, sumiso y manso, con devoción, una fe viva y confianza en Dios, ir suplicantes a recibir en la Eucaristía su cuerpo, sangre, alma y divinidad, cerrando los ojos concentrar los sentidos del alma a buscar en esa oscuridad a Cristo en el Calvario, a Cristo en la resurrección, a Cristo triunfante ascendiendo a los cielos, y en esa misma intimidad con Dios aclamarlo;… ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!...
La entrada triunfal de Cristo a Jerusalén, no fue un hecho fortuito, tampoco que Dios se haya aprovechando del natural movimiento de gente en todo Israel que va a la ciudad de Jerusalén, para celebrar la Pascua Judía, es de fe creer, que todo ello estaba considerado por el Señor, y lo tenia previsto desde antes de la Creación, para que así sucedería, así lo quiso Dios y así se obro.

Quede claro; la venida de Jesús al mundo, fue obra de Dios anunciada desde siglos, todo lo que Jesús vivió y padeció, fue profetizado por almas de fe, fieles a los designios de Dios, que dieron a conocer la venida del Mesías Salvador, en diferente tiempo inspirados por el Espíritu Santo.

¿Qué nos dice todo ello? Que Dios no es como el hombre, que al crear algo lo planea, y sino le da resultado improvisa sus obras del mundo, las modifica, corrige, rectifica, innova o enmienda, porque sus obras son consecuencia de la imperfección humana.

En Dios todo es diferente; Él no es un innovador, es creador de la perfección, todo lo creado por Él es perfecto, ha creado al hombre a imagen y semejanza suya, depositando en él la parte inmortal capaz de entender, querer y sentir, da vida y aliento, y puede aplicar por sus actos las virtudes, cualidades y aptitudes, que mueven a voluntad su cuerpo al fin que determine por si mismo hacer lo que tiene que hacer, a ello agregamos los bienes, gracias y dones, miserias y debilidades: ¡Es el alma, a la que Jesús ha venido a salvar! Todo ello viene de la generosa perfección de Dios, que enuncia el Salmo;…”Sabed que es Dios, Él nos hizo y somos de Él”…Por eso, entendemos, Él fue quien nos hizo y no nosotros a nosotros mismos, por eso en todo hecho del ser humano obra, Dios esta siempre presente, conoce el principio y el fin de lo que realiza, por lo que se comprende, la excelencia de perfección es en Él y solo en Él.
En la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén, se cumplen las profecías de diferentes profetas; Zacarías anuncia desde muchos siglos anteriores, lo que el evangelio da a conocer en lo que es la bendición de los ramos, y dice;…”Alégrate sobremanera, Hija de Sión: grita jubilosa; ¡Oh hija de Jerusalén! He aquí tu rey, llega a ti; es justo y victorioso, humilde y montado sobre un asno, sobre un pollino cría de asnas”…El profeta da a conocer los tiempos, la palabra que el Espíritu Santo a puesto en sus labios, nos están diciendo como obrará Jesús para dar cumplimiento a la profecía; será llevado por una muchedumbre a Jerusalén, porque es el deseo de Dios que el pueblo judío reconozca la divinidad de su Hijo, convertido en testigo, fueron sus aclamaciones el testimonio de que guardan en su mente la enseñanza de Jesús, sus aclamaciones son manifestación de la catequesis recibida de Él.

Siglos pasan y surge la profecía de Isaías, anunciando a la posteridad;…”He aquí que Dios lo ha pregonado hasta el fin de la tierra.

Decid a la Hija de Sión: ¡Helo aquí que viene tu Salvador! He aquí que su recompensa está en Él su retribución”…Para ubicarnos; al decir Hija de Sión, se refiere a la ciudad de Jerusalén.

La profecía de Isaías es toda claridad; Obra Dios en todo; Jerusalén tendrá en su seno al fruto de la vida; Jesús será reconocido como su Salvador; todo bien esta en Él, por ello las palabras de Dios Padre al ser bautizado Jesús en el rio Jordán dijo;…”Éste es mi Hijo amado en quien me complazco”… y en la Transfiguración del monte Tabor dispuso;…”Éste es mi Hijo el elegido: Escuhadle a Él”…Pasando al profeta David, anuncia lo que se escuchara en la ciudad de Jerusalén con todo esplendor;…”¡Bendito el que viene en nombre del Señor! Desde la casa del Señor os bendecimos”…Reconozcamos, la omnipotencia de Dios que todo lo puede, dio a conocer por las profecías como seria la entrada triunfal de su Hijo Jesús a Jerusalén, preparada por Él desde antes de todos los siglos; Y así como fue obra perfecta, así son todas sus obras, su doctrina y mandamientos, y como todo lo que a nuestra vista aparece del mundo y el universo, por ello dice el profeta al convertir en oración su salmo;…”Los que teméis a Dios alabadle, glorificadle, vosotros todos, linaje de Israel”… Si bien se refiere a los sacerdotes y pontífices de Israel, que no lo alabaron y no lo glorificaron, también va dirigido a todo cristiano bautizado, de lo que nos hace reflexionar San Agustín;…”Ya habéis oído, cuanto padeció y cuanto rogó”… ¿Entonces porque la humanidad se aísla en su mundo, si Dios no es un pesar, es gozo del alma? ¿Porque desvía sus actos a la perdición y no gira su vista a la presencia de su misericordia infinita que solo se encuentra en su Creador? ¿Porque considera innecesario vivir en el orden espiritual y moral que el Señor espera de las almas? Es el temor del mundo que frena los buenos propósitos, pero ¿Porque carece de fe? ¿Porque teme a Dios, siendo Dios tan bueno? Interrogante que el mundo no vislumbra en su corazón, pero la luz de la fe apercibe y dispone;… ¡Aclamemos a Cristo triunfante!…
¿Y como fue la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén? Jesús acepto con humildad, paciencia y obediencia lo que entre las muchedumbres era expresión jubilosa, que los fue enardeciendo conforme se acercan a Jerusalén, pero el gozo en Jesús son las exclamaciones que glorifican su divinidad, es posible que el Señor hubiera deseado fueran de corazón firme las expresiones para Dios su Padre.

Jesús ha salido de la casa de Simón el leproso en Betania acompañado de una multitud, que motivada por el Espíritu Santo lo siguió y fue en aumento hasta convertirse en una muchedumbre que entiende van a Jerusalén, ¿Cómo seria esta marcha? Como son las procesiones; Jesús va adelante; el Santísimo va al frente de todos; los discípulos lo acompañan, los sacerdotes y acólitos conforman una corte que acompaña a Jesús en la Eucaristía; la muchedumbre en silencio, los fieles en la misma forma rezando.

Dice el evangelista;…” Cuando se aproximaron a Jerusalén, y llegaron a Betfagé, junto al Monte de los Olivos, Jesús envió a dos discípulos”…
Ha una distancia corta a la capital judía; Jesús dispone lo necesario para ir a ella.

Nos da a conocer que conoce hasta los rincones más profundos del alma y de las cosas del mundo cuando;…” Diciéndoles: Id a la aldea que esta enfrente de vosotros, y encontraréis una asna atada a un pollino con ella: desatadlos y traédmelos”…Los discípulos obedecen, no ponen en duda la palabra de su Maestro; pero nosotros, cuantas cosas no diríamos en nuestra mente movidos por la incredulidad.

Y todavía dice mas, porque Él sabe lo que sucederá, y dijo;…” Si alguno os dice algo, contestaréis que los necesita el Señor; y al punto los enviará”… Viene el cumplimiento de la profecía de Zacarías;…”Esto sucedió para que se cumpliese lo que había sido dicho por el profeta; Decid a la hija de Sión: He ahí que tu rey viene a ti, benigno montado sobre una asna y un pollino, hijo de animal de yugo”…De ello dice San Juan Crisóstomo;…”He aquí que debes ver no con los ojos de la carne sino con los del espíritu, atendiendo no a las apariencias, sino a las obras del que viene a ti.

Y a ti viene para salvarte, si tienes inteligencia para perderte, o si careces de ella, no comprendiendo su persona y su misión. Y viene a ti mismo no para que le temas por su poder, sino para que le ames por su mansedumbre”…Es el avance a Jerusalén de Jesús, ir al cumplimiento de la profecía; su vista recatada, el rostro reflejo de una dulzura que irradia tranquilidad interior; benigno y apacible va orando a Dios su Padre; su silencio muestra que su alma esta al lado del Padre; con ello Jesús entrega a Dios la sumisión de su divinidad y se dispone a su voluntad;…” Los discípulos fueron pues, e hicieron como Jesús les había ordenado”…Continua El Crisóstomo que dice;…”Nos da en ello Jesús, una medida de sabiduría y prudencia, usando sólo aquello que es de necesidad, no lo que hubiese sido ya ostentación y lujo”… Todo sucedió como Jesús se lo dio a conocer a sus discípulos;…” Trajeron el asna y el pollino, pusieron sobre ellos sus mantos, y Él se sentó encima”…Todo lo que se iba realizando los discípulos lo obedecieron sin saber que se iba cumpliendo la profecía, que conocieron hasta que su Maestro fue glorificado, y recordaron que lo sucedido estaba escrito, esto sucede cuando vino a ellos el Espíritu Santo y les enseño la verdad, dice San Juan;…”Cuando venga Aquel, el Espíritu de verdad, Él os conducirá a toda la verdad”…
Para tener conocimiento de la situación que disponía Jesús al ir a Jerusalén; viene de Betania con un grande muchedumbre, es posible que mientras hicieron un alto en Betfagé, algunos se adelantaron ha Jerusalén y avisaron que venia Jesús con una muchedumbre, fue tanta la enjundia de la noticia que contagio a muchos, y se conforma otra inmensa muchedumbre que sale de Jerusalén al encuentro de Jesús, llegando al punto en que se unen y proceden hacer lo que dice el evangelista;…” Una inmensa multitud de gente extendia sus mantos sobre el camino, otros cortaban ramas de árboles, y las tendían por el camino”…La muchedumbre que viene con Jesús, contagia a la que viene de Jerusalén en la religiosidad, unidos es una imponente aclamación motivada por sus palabras, convencidos de ir al lado del Hijo de Dios hecho hombre;…”Y las muchedumbres que marchaban delante de Él, y las que le seguían, aclamaban, diciendo: ¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Hosanna en lo más alto!”…Cumpliéndose la profecía de David, en un esplendoroso escenario se glorifica a Jesús.

En las expresiones de la gente se juntan las glorias y anhelos del pueblo israelita. Es de entender, el pueblo aclama a Jesús, por un convencimiento, que nace de los prodigios de Jesús, clama una realidad que esta en su interior y glorifica a su Mesías;…”Y al entrar Él en Jerusalén, toda la ciudad se conmovió, y decían: ¿Quién es éste?”……”Y las muchedumbres decían: Éste es Jesús, el profeta, de Nazaret de Galilea”… Sacude hasta sus cimientos la ciudad atraída por la mansedumbre de Jesús, se hizo un mar de gente que hace de las calles un arrollo de personas que acompaña a Jesús hasta el Templo.

Vaya exclamaciones que exaltan el corazón, porque a los cinco días, el cordero de Dios es víctima para la redención del mundo, por los mismos que ahora lo han aclamado, lo injurian a los gritos de ¡Crucifícale! ¡Crucifícale! No dejemos solo a Jesús en ese momento, estemos con Él de corazón y aclamemos a Cristo triunfante.
hefelira@yahoo.com

 

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