REFLEXIÓN DOMINICAL

Antonio Fernández

0
Votos
Nota Aburrida
Nota Interesante
Cristo fuente de amor y alegría

…”Pero el intercesor, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, Él os lo enseñara todo, y os recordará todo lo que Yo os he dicho”… (14, 26)
domingo, 15 de mayo de 2016
Comparte esto en Facebook
Comparte esto en Twitter
Comparte esto en Digg
Enlarge Font
Decrease Font


Reza la palabra de Jesús cuando estando crucificado en agonía dijo;…”¡Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”…Cristo perdona a los que le han injuriado, a los que en le han ultrajado y burlado de sus obras; a todos los que de su corazón endurecido hicieron escarnio y mofa de su divinidad; a los timoratos, a los que han renegado de su sabiduría, a los incrédulos, escépticos y desconfiados de su doctrina y mandamientos; en una palabra a todos los pecadores, ninguno queda fuera de su perdón, ¿ Cual ha sido la respuesta de los que estuvieron con Jesús en su vida publica y los que han pasado por el mundo a través de los siglos? Imitar al sanedrín en su perfidia, infidelidad, malignidad y traición; de su pueblo la cobardía, miedo y temor de no querer sostenerse en la enseñanza de su Maestro y Mesías, que entre murmullos dirían: esta bien lo que dice, pero no conviene y dejaron de lado su divinidad uniéndose al coro del oprobio y de la befa, así ha continuado a través de los tiempos, la perversa intención del sanedrín: herir y ofender al Salvador, oponiéndose a su enseñanza, doctrina y mandamientos, siendo mas grande y grave esas ofensas y humillaciones contra la divinidad de Cristo, que como eco, pasan de siglo en siglo por la humanidad en turno, que prefiere mantenerse aferrada a sus vanidades, comodidades, engaños, mentiras y demás actos perniciosos; pues bien, todos ellos, a pesar de estas miserias humanas de los que están y vendrán al mundo, el perdón de Cristo en la Cruz sigue siendo vigente y latente para que el alma arrepentida lo gane a pulso.

El amor de Cristo es apasionado, siempre dispuesto a continuar el pagó de su sangre para que el alma y corazón del pecador se reconcilie a Él.

La obra de Cristo, es haber cumplido la misión dispuesta por su amado Padre, y el precio de su redención es por los pecadores de todos los tiempos, por lo que dijo;…” ¡Padre, en tus manos entrego mi espíritu!… Cristo en el último momento de su vida terrena, nos entrega la Cátedra de su amor sublime y excelso: Nos ha enseñado como morir, Jesús vivió y murió por la salvación de las almas, alguien dirá, todos habremos de morir, eso no se aprende, cualquiera lo va hacer, es cierto, todos habremos de morir, pero infinidad de personas que no saben vivir para su Creador, no van a saber morir en Él, porque el peligro es la muerte eterna, ignorando esta realidad, viven perfilándose mas en su degradación y envilecimiento, lo vemos en todos los medios que nos movemos, no es una exageración exponerlo, es la mas pura realidad, basta y sobra ver aquel que posee fortuna o poder cualquiera, renegar de sus convicciones espirituales y caer en el error doctrinal, igual es la actitud de los muchos que no tienen ni poseen fortuna, viven igual, alejados de Dios, eso si, con los mismos propósitos del mundo, unos y otros son audaces para el robo, hurto, fraude, dolo y engaño, se desdicen de sus promesas y compromisos, estas palabras hace saltar su molestia, pero la conciencia conoce sus actos e intenciones confirma su realidad, Dios la puso en los seres humanos, para ayudar hacer el bien y no el mal, siendo mas poderosa la mala intención, por eso nada hay vergüenza burlarse de los sentimientos del prójimo, ¿Cuales escrúpulos? Se va contra el prójimo, por ellos dijo Jesús;…” En verdad, os digo: en cuanto habéis dejado de hacerlo a uno de éstos, los mas pequeños, también a Mí lo hicisteis”… Escuchemos la ilustración de San Gregorio Magno;…” La prueba de amor son las obras: el amar a Dios desde su inicio hace grandes cosas por Él, y jamás esta ocioso: Dios vive en el corazón de quien le ama realmente, pero no establece su morada en el alma de los que al sobre venir la tentación y la prueba le abandonan”… Los esposos que se aman de verdad, se empeñan mostrase con hechos la razón de su cariño y afecto, que radica en la comprensión y entendimiento, unidos por esa ternura y delicadeza mutua, afrontan los caminos de la vida, sus sentimientos no son pasivos, sino activos en todos los ordenes del ser humano, pero cuando las flaquezas, el temperamento y la apatía hacen perder todo, “descubren al tiempo y años” que esa relación fue falsa, insidiosa y una falacia; muy distinto es el amor de Dios por las almas, Él busca el medio de ser aceptado, no una ocasión, sino las que sean, lo hace con todas las almas que a Él recurren, mientras esto no suceda, el pasivo no es Dios, el pasivo es el ser humano que se acobarda o se hace el desentendido de lo que por su bien esta obligado realizar, los males pecaminosos acobardan al pecador, es la causa por el que no se atreve a pedir perdón al Señor.

¿Cómo va el Señor hacer morada en el corazón del pecador, si este no lo invita con todas las cortesías espirituales que merece? Vamos, una persona no pasa a un hogar sino es invitado, porque si lo hace, se considera que obro por la fuerza, o confundido con un ladrón se le expulse o se reclama;… si busca alguna persona de esta casa, toque la puerta o timbre y espere a ser atendido… es muy parecida la presencia de Dios en las almas pecadoras, tan simple y sencillo pedir de corazón y en verdad arrepentido, Jesús obra y todo mal del alma tomará su equipaje para irse por donde vino; el amor a Dios se conquista para no perderse, bueno es oír a Jesús cuando dijo;…”Os digo que la misma alegría reina en presencia de los ángeles de Dios, por un solo pecador que se arrepiente”…
Reunidos los discípulos en torno a su Maestro, escuchan atentos las promesas que les revela sobre la venida del Espíritu Santo, por lo que pregunta Judas; (Tadeo)…”Señor, ¿Cómo es eso: Que te has de manifestar a nosotros y no al mundo?”…Ha este momento contemplan los discípulos con buenos ojos y deseo, concebir, vislumbrar y entender, comprender y querer saber lo que su Divino Maestro les explica y adoctrina.

Jesús conoce a sus discípulos desde que les hizo el llamado, ve que no tienen conocimiento de la ley, sus preguntas lo muestran, siempre Jesús se esmera con paciencia explicar la enseñanza que no comprendieron y ha impartido al pueblo, ahora es diferente, hay empeño e interés en los discípulos por conocer y saber mas, les habla mas sobre el Padre y el Espíritu Santo; lección que los instruye y adiestra para persuadir las almas cansadas y abatidas por la vida que han llevado, supliquen la ayuda que solo puede venir por Jesús Hijo de Dios.

El Evangelio muestra el conocimiento que Jesús posee de cada persona, va a lo profundo del alma, conoce los bienes y gracias obtenidas, desvíos, predilecciones y preferencias del alma, corazón, memoria, entendimiento y voluntad, palabra, obra y pensamiento, o sea todo lo que recibimos de Él en el interior y exterior del cuerpo, lo conoce todo, nada pasa por alto, da a todo acto del ser humano la importancia debida cuando de la salvación se trata, orienta las dudas para que defina el pecador por si mismo lo bueno y lo malo, conforme su vida espiritual, y la perfección de su alma, la razón de no cumplir su compromiso de estado, todo lo ve y espera, es el Padre que quiere del saber mas del hijo para cobijarlo bajo sus alas, por eso al penetrar en el alma, su mirada escudriña el arraigo de los bienes de la gracia que posee, no se queda en ello, por su cuenta va mas a fondo del pecador y toca la cuerda mas sensible: su fe, conoce si de verdad sigue su palabra, si hay sacrificio y penitencia, o solo actitud de forma y nada de fondo, si su disposición es la semilla tirada entre piedras y abrojos, que nace y se pierde, el Señor recuerda;…Ven a Mí, y Yo te ayudarte”…
La disposición de Jesús por las almas, en todo instante extiende su divina mano como cuando a San Pedro salvo de ahogarse en el mar tempestuoso y turbulento, así lo hará en las angustias del pecador, y como si fuera contra reloj recupera y conduce la oveja perdida a su redil, llevada sobre sus hombros para que no vuela perderse, es cuando el pecador despierta como Judas Tadeo, deseando conocer y saber para salvarse.

Pregunta del agrado de Jesús, sembrador del amor y de la fe deposita a fondo la semilla en sus discípulos;…”Jesús respondió: Me voy y volveré a vosotros.

Si me amaséis, os alegrarás de que voy al Padre, porque el Padre es mas grande que Yo”…
Jesús se adelanta al proceder humano, da la manera para encontrar el verdadero, exclusivo y sincero amor, que es la excelencia suave y amorosa de Jesús amplia su respuesta a la pregunta de Judas Tadeo, que pide al Divino Maestro y dijo;…”Sí alguno me ama, guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a Él y en él haremos morada”…Por lo tanto, queda deducido y entendido el amor de Dios nace del interior del alma, aflorando al exterior una vida virtuosa apegada a la palabra, y serán las obras que sujetaran el alma al Padre; semejante a un motor cuya marcha no se detiene, supera adversidades del mundo y de toda actividad mala, de toda discordia y desunión humana, En Jesús prevalece el amor por las almas, si la turbación o la tentación sacude al pecador, viene el recelo y titubeo amargo de la intranquilidad a perder el efecto del arrepentimiento, que va conducir al bien anhelado, el amor de Dios vive en el pecador.

Toda alma que lucha por amar y ser amado de Dios, encontrará en los Santos Evangelios el lugar esencial donde nace la pasión de vivir en y para Cristo, el infeliz que no lo ama, forjará su mortal destino eterno, su realidad es que no conoce a Dios, desconoce que Dios es todo amor en las almas por Él creadas.

¿Por qué no quiere comprender el ser humano las bondades que Dios a cada instante deposita en su corazón? ¿Por qué no escucha el llamado:…”Venid a Mí benditos de mi Padre”…? ¿Por qué no razonar que nuestro destino final esta en Dios, solo en Él y nadie más? ¿Por qué no tomar con la seriedad del caso, que hay una sola vida en el ser humano, y Dios es para él toda misericordia y perdón? Al morir las cosas van a cambiar, el pecador encontrará en Dios su justicia, va a reclamar al pecador la osadía de no escuchar su misericordia, su voluntad, su benignidad, el desprecio de su amor, vera todos sus actos malos como los obro una y otra vez la ofensa a su Señor, vendrá la sentencia justa, no habrá indulto, ni amparo, ni derecho a defenderse ¿De que? Ahí el castigo no se pospondrá, se aplica a la voz del Señor, la sola presencia de Dios se impondrá en el pecador, quien por si mismo comprenderá que no tiene derecho a reconsiderar y menos reclamar que se equivoco al pecar o culpar a otro de su pecado o no sabia lo que hacia, la contradicción lo delata en la presencia de Dios, al instante se demostrará al que se atreva reclamar su mentira agrava su castigo.

San Juan refiriéndose a la bondad infinita de Dios, clarifica su evangelización a todos los siglos, su testimonio es el conocimiento del excelente amor de Dios entregado al católico para meditar, de donde surgirá el consuelo y esperanza de una paz interior, dice;…” Y el amor a Dios se ha manifestado en nosotros, en que Dios envió al mundo su Hijo Unigénito, para que todos vivamos por Él”… Dios Padre es el amor infinito y sempiterno, el Hijo es el Verbo amor, engendrado en el seno de María Virgen; la palabra de amor viene del cielo a todo hijo creado por Dios, su perfección es claridad forjada por el Padre, y no sea mal interpretada, por ello el Padre y el Hijo y su palabra, están unidos por el Divino Espíritu de Amor.


El Padre siendo amor, es contrario al egoísmo, y disipa la duda, genera fe y confianza en Él. No creamos que Dios tenga la actitud engañosa del ser humano, porque el engaño es miseria, avaricia y fragilidad, rebeldía y oposición, todo es la tentación del demonio en el pecador.

Queda definido: Dios es todo bien, nada hay en Él que sea malo, nada en Él es ajeno a la verdad, Dios no puede ser como los pecadores; malo, seria ir contra su naturaleza divina.

En Dios todo lo que existe es bien infinito, su benignidad al igual que su misericordia, animan al pecador expulsar los males que lo agobian. En Dios nunca se va encontrar un mínimo punto de maldad, porque no la hay, se va encontrar abundancia sin límite del amor de Dios.

Por eso, la fe es importante al meditar preguntarse: ¿Amo a Dios? ¿Amo a mi prójimo como a mismo? Será difícil encontrar la respuesta, cada quien guarda los actos de su existencia, en su relación con el amor de Dios, se va a batallar para tener la respuesta, por esa meditación definir si soy o no digno del excelente amor Divino de Dios, que el Padre amoroso esta empeñado en salvar las almas, que el ser humano rehúye aceptar.
¿Qué es el amor a Dios? Con la intención de hacer que Jesús se contradijera, los doctores le interrogan ¿Cual es el mandamiento más importante de la ley? Jesús responde con la Cátedra del verdadero y único amor de todo ser humano, que dio a conocer a ellos, al pueblo y a los siglos, todos lo han escuchado y nada queda en su corazón, dijo;…”Amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón, con toda tu alma, y con todo tu espíritu.

Este es el mayor y primer mandamiento. El segundo le es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo”… Nada hay en la respuesta de Jesús que sea motivo a discusión, sino de reflexión y meditación, pues por encima de los hombres, de las cosas del mundo y de lo que existe es el amor a Dios, expresado por su divino Hijo la enseñanza sublime que especifica el camino a seguir por la humanidad de todos los siglos.

No confundir el amor que Jesús nos ha enseñando con la presunción humana, actos de “generosidad” y humanitarios que llaman altruista, esto es hacer ostentación al depositar la limosna y todos volteen y quedar bien a los ojos de la gente y no de Dios, eso no es amar y servir a Dios, es caer en la pompa, el boato y la jactancia, la enseñanza de Jesús alerta las almas a no caer en los caminos tortuosos de la infidelidad cuando dijo;…” El que no me ama no guardará mis palabras; y la palabra que estáis oyendo no es mía, sino del Padre que me envío.”…Revela Jesús su intimidad, que dice;…El amor a Dios es total, no hay términos ambiguos… Es como aquel joven que se fue del hogar, y envía regalos a su Padre creyendo que con ellos estaría contento y lo perdonaría, pues esta mal, sale mal de casa y quiere componer las cosas con cosas materiales, nada vale el regalo del mundo.

Así, el amor a Dios es a Él en palabra y obra, lo demás es cero a la izquierda. San Pablo especifica que el amor a Dios no es sino se ama, fija el juicio de la caridad por el amor que Dios nos tiene y nos comunica, sin lo cual seriamos incapaces de amar, por ello dice;…”Aunque yo hable la lengua de los hombres y de los ángeles, sino tengo amor, soy como bronce que suena o címbalo que retiñe”…
hefelira@yahoo.com

 

Opina sobre este artículo

Nombre   Email  
Título
Opinion

Columnas Anteriores