Melitón Guevara Castillo

Desde esta Esquina

Elección inédita

Medio mundo califica a la presente elección local en la entidad como algo inédita. Las razones son múltiples: se vive la realidad de los candidatos independientes; todo hace indicar que, en esta elección, el PRI si tiene un contrincante real, con posibilidades de ganar o de darle un tremendo susto; pero también se vive, para susto, espanto, de los electores, una intensa campaña negra, que da miedo.
Siempre nos han dicho que las encuestas son una fotografía del momento político.

Y efectivamente, de manera interna, los partidos políticos y sus candidatos, usan las encuestas o sondeos para conocer el posicionamiento del candidato como del opositor, para identificar segmentos electorales en donde haya que intensificar la campaña o para actualizar los objetivos de uno y otros eventos.
En redes sociales aparecen, un día sí y otro también, encuestas que tienen todos los visos de ser más publicidad que propaganda.

Sin embargo, las dos recientes más significativas, dan escenarios contrapuestos: El Universal en su encuesta le concede al candidato priista Baltazar Hinojosa Ochoa 6 puntos de diferencia; en tanto que la empresa Mitofsky concede 3 puntos de ventaja a Francisco Javier, decretando un empate técnico.
Conociendo ambas encuestas se recurre a la historia y se hace notar que Mitofsky, por costumbre, no acierta a los resultados o de plano su margen de error no es, como se acepta de (+) (-) 3. Y es que en la elección del año pasado en Nuevo León, coloco a Jaime Rodríguez en segundo lugar con 21 puntos y al final gano con 48, un error de 27 puntos.

Si utilizo la misma metodología, lo más probable es que lleve la delantera el candidato priista.
La percepción es que los priistas están asustados, no porque piensen que van a perder, pero si porque no imaginaban que el adversario blanquiazul tendría un buen posicionamiento, a diferencia de lo que sucedió hace 6 años.

Por otra parte, Baltazar Hinojosa y su equipo, reflexionan: Si el PAN está a la caza de escurrimientos y está cooptando a independientes como Francisco Chavira, solo se puede pensar lógicamente que lo hacen porque los números, las encuestas, no les favorecen.
Para que sean inéditas estas elecciones me gustaría que fuera por la participación ciudadana.

Parece mentira, pero en términos reales es menor al 50%. Imaginan solo la mitad de los ciudadanos empadronados votan; y, luego entonces, quienes deciden que uno u otro sea gobernador, alcalde o diputado, son un grupo completamente minoritario… por decir, un aproximado del 25%.

En pocas palabras el 25% del padrón electoral toma la decisión de quien debe gobernarnos.
En el “Ensayo de la Lucidez” de José Saramago para una cosa extraordinaria: el día de las elecciones llueve a cantaros, hay desesperación del gobierno porque la gente no puede salir a votar.

De pronto, la lluvia se desvanece y las filas para votar son enormes, grandes. Hay regocijo de unos y otros, que se desvanece al conocer los resultados: fueron votos nulos, votos en blanco.
En México no ha prosperado el “voto nulo” como una decisión racional, lo hay por error o ignorancia.

En cambio sí hay, para coraje de muchos, quienes prefieren no votar. Y no lo hacen, dicen, porque siempre son los mismos, las mismas mentiras y promesas.

No toman conciencia del valor del voto y lo que significa el sumar uno tras otro puede hacer una mayoría que legitime o que genere un cambio.

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