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Aunque todo se trata de una actuación.
Hewson orquestó la acción y grabó la representación de un abuso sexual como una forma de retar el estigma de "la dominación masculina".
De acuerdo con “The Mirror”, en el video de tres minutos se puede apreciar a la artista invitando a este extraño a su departamento en Nueva York para participar en el proyecto.
En su declaración, Hewson dijo que: "Como parte fundamental del trabajo está la idea de que la violación es más que un acto deplorable, es la fundación de toda la institución del patriarcado y por ende es la lucha crucial para desmantelar el poder masculino".
"Si la violación es el arma principal de la dominación masculina, entonces todo lo que se mantiene fuera de lo que se impacta permanentemente en la experiencia, socava las armas masculinas", añadió.
Durante el video, la cámara se mantiene fija en la cara de la artista de 31 años mientras el acto sigue, no se muestra la cara del hombre, solamente sus brazos y manos.
Hewson explica que al grabarse se adueña de la mujer y la percepción de ella. En vez de presentar la concepción que la sociedad tiene de una persona violada –cabeza baja, vista deshecha y temblorosa– su performance la muestra regresando la mirada al espectador para que durante la experiencia ella sea vista "como un sujeto y no un objeto".