Francia insiste en los esfuerzos de paz mientras Netanyahu busca ampliar gobierno

Jerusalén, 23 may (EFE).- Francia está decidida a seguir adelante con el encuentro internacional del 3 de junio para reactivar las negociaciones de paz entre israelíes y palestinos, iniciativa a la que pone reservas el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, más preocupado estos días por ampliar su coalición de gobierno.

El primer ministro francés, Manuel Valls, efectúa una visita de tres días a la región para impulsar la iniciativa francesa entre israelíes y palestinos que, sin estar siquiera invitados al encuentro, ven de forma radicalmente opuesta la conveniencia de su celebración.

"No dudéis ni por un momento de nuestra voluntad de hacer todo lo posible por la paz", afirmó Valls en una reunión hoy con su colega israelí, con quien habló además de la cooperación bilateral en materia antiterrorista y la lucha contra el yihadismo.

La propuesta francesa, que busca enganchar a la comunidad internacional en la búsqueda de una solución al conflicto palestino-israelí, cuenta con el apoyo del secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, aunque es difícil que prospere sin el consentimiento de ambas partes.

Al encuentro han sido invitados una veintena de países, entre ellos Egipto, Arabia Saudí y Jordania.

Valls, que mañana, martes, se reunirá con el primer ministro palestino, Rami Hamdala, destacó que Francia "está a favor de cualquier cosa que pueda contribuir a unas negociaciones directas", aunque reconoció que, por ahora, esta es una opción inviable.

Mientras tanto, su gobierno tratará de "movilizar de nuevo a la comunidad internacional con un único objetivo".

"El objetivo es la paz y dos estados para dos pueblos y crear las condiciones esenciales para que se reanuden las negociaciones de paz entre israelíes y palestinos", agregó Valls, según un comunicado oficial sobre el encuentro difundido por la oficina de Netanyahu.

El domingo, en una entrevista exclusiva con el diario palestino Al Ayyam, Valls ya había expresado su oposición a la política de colonización israelí por considerar que "pone en peligro" esa solución.

La iniciativa francesa surgió el año pasado a raíz de los intentos del presidente palestino, Mahmud Abás, a finales de 2014, de internacionalizar el conflicto mediante una intervención del Consejo de Seguridad de la ONU.

El intento no prosperó por las amenazas de veto de EEUU y las reticencias al texto de la resolución que pusieron de otros estados occidentales, por lo que Francia respondió con la iniciativa de una conferencia internacional que se ha ido retrasando por otros problemas internacionales más acuciantes, entre ellos la inmigración a Europa y las negociaciones sobre el programa nuclear de Irán.

Los palestinos, que desconfían de las intenciones israelíes en un proceso bilateral, ven la opción internacional como la única viable para alcanzar un Estado; no así Israel, que aboga por "negociaciones directas".

"A pesar de que tengamos divergencias sobre cómo alcanzarla, valoro mucho su compromiso de remar hacia la paz. Sé lo importante que es para usted poner fin a la terrible violencia que reina en nuestra zona desde hace tanto tiempo", le dijo Netanyahu a su colega francés.

"Pero no se consigue la paz mediante conferencias internacionales al estilo de la ONU, ni a través de dictados internacionales, ni por convenciones de países que quieren decidir sobre nuestro futuro y nuestra seguridad sin tener relación directa con el asunto", puntualizó.

Netanyahu también volvió a quejarse de la posición de Francia en una reciente votación de la UNESCO que daba a entender que la Explanada de las mezquitas de Jerusalén es exclusivamente musulmana.

"La resolución nos molesta porque implica que el pueblo judío no tiene derecho a estar aquí. Creo que ese es el núcleo del conflicto, el rechazo (palestino) a reconocer el derecho del pueblo judío a tener un hogar nacional en la tierra de sus antepasados", matizó.

Tanto el primer ministro francés como el presidente de la República, François Hollande, ya se habían retractado públicamente de ese voto y hoy el primero insistió en que "las raíces judías de Jerusalén son inapelables".

Los esfuerzos diplomáticos de Valls se encontraron hoy a un Netanyahu mucho más preocupado por las negociaciones para incorporar a su gobierno al partido Israel Betenu -del político ultraderechista Avigdor Lieberman- que con el diálogo de paz con los palestinos, estancado desde principios de 2014.

Y es que el acuerdo de coalición, que el pasado miércoles parecía completamente cerrado, hoy se le ha complicado al jefe del Gobierno israelí por la oposición de otros socios en la coalición, entre ellos la de los ministros de Educación, Neftalí Benet, y de Finanzas, Moshé Kahlón, que quieren poner límites a las concesiones que se le están haciendo a Israel Betenu.