Jaime Elio Quintero García

Déjeme y le Platico de un Libro

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Nueva utopía a explorar

domingo, 19 de junio de 2016
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Con motivo de la puesta en marcha del nuevo sistema penal, adversarial, acusatorio y oral, déjeme, amigo lector, platicarle un poco de lo dicho y escrito por el penalista y constitucionalista, Juan José Romero Apis, a partir de su opinión publicada, apenas un día antes del sábado 18 de junio, fecha en que dio inicio el aludido cambio.
Refiere Romero Apis, que la reforma en sí, es compleja y obesa y que deja a todo el país, sin abogados penalistas, con experiencia y a todos, en calidad de alumnos y aprendices.

Sin embargo, ya está aquí y hay que asumirla, no en calidad de gran verdad y solución total a los problemas de la procuración e impartición de la justicia, sino en simple razón de utopía por explorar.
Predice, a manera de sentencia y advertencia a la vez, que: si es imperfecta hay que perfeccionarla, si es incompleta hay que colmarla y si es mediana hay que engrandecerla, y remata lo dicho tomando la sabiduría del conocido refrán mexicano: “Es mejor encender una vela que quejarse de la oscuridad.” El gran reto de este cambio -dice el autor del ensayo periodístico que hoy le platico-, que el derecho penal es una disciplina relativamente nueva, de doscientos años atrás y que por tanto, está más cerca de lo ignoto que de lo descubierto y explorado.
Antes, el derecho penal no tenía reglas ni principios establecidos, era oral y tenía como fin hacer justicia ante las circunstancias imperantes en los tiempos del juicio.

Fue oral el juicio de Cristo, el de Galileo, el de Juana de Arco y el de Ana Bolena, María Antonieta y el de Sócrates. En cambio, el derecho civil y el mercantil llevan milenios (25 siglos), perfeccionándose y enriqueciéndose hasta constituirse en una ciencia casi acabada.
Los constitucionalistas y los penalistas, por su lado, a diario han de imaginar, innovar e inventar para hacer avanzar la ciencia penal como tal.

Sin embargo, se admite que la oralidad se ve privilegiada con el cambio, pero que no es eso lo central de un proceso, ya que ésta (la oralidad), es un contenido y no el continente mismo.

El continente es el proceso completo que puede ser por escrito o verbal, bueno o malo, para bien o para mal, pues depende de la calidad, oportunidad y prevalencia de lo que se ponga en él.
Será el proceso, luego entonces, excelente si le ponemos inteligencia, honestidad y valentía, y pésimo si le metemos ratería, cobardía y estupidez.

La contradicción (adversarialidad) -agrega-, no se da por más discursos que se le pongan, y lo inquisitorio seguirá prevaleciendo por ser más un problema de retraso científico, no de desgano legislativo.

Y para mejor explicación de esto, el Doctor Romero Apis nos remite a su libro “29 teoremas constitucionales”.
No obstante, el autor considera que la columna vertebral del proceso penal son las pruebas, mismas que están pésimamente reguladas en México, y algo que al parecer, por deductiva simple, no toca la aludida reforma.

Tantas reformas ha habido -dice el jurista en comento-, que he tenido que estudiar por cinco veces mi carrera, lo que ha sido un proceso placentero y emocionante.
Ahora, nuevamente los maestros aprenden junto a sus alumnos, los abogados litigantes al paralelo de los jueces y los fiscales a la par de los defensores.

Sin desperdicio en verdad, el amplio ensayo preparado por el académico Romero Apis, lo puede usted encontrar completo, mi estimado amigo, en su página personal o en los archivos electrónicos del diario Excélsior.
GRACIAS POR SU TIEMPO.

¿Sabía Usted?
Mr.

Kuinkelly
Microcápsulas
Otra buena nueva de estudiantes mexicanos, ahora, la Unidad Querétaro del Cinvestav del Instituto Politécnico Nacional (IPN), obtuvo el primer lugar del Premio Nacional de Ciencia y Tecnología 2015 de Alimentos en la categoría Estudiantil en Ciencia y Tecnología de Alimentos, con el proyecto: Microencapsulación de hierro y ácido fólico mediante el uso de almidones modificados de maíz y su funcionalidad en harinas nixtamalizadas y tortillas.
El objetivo es ofrecer alternativas para fortificar los alimentos, así como la funcionalidad de sus nutrientes adicionados, mediante esta tecnología diseñada para microencapsulación de vitaminas, minerales, enzimas y aceites esenciales.

A grandes rasgos, consiste en colocar en pequeñísimas cápsulas elaboradas a base de almidón, las sustancias o principios activos, a fin de protegerlas de condiciones adversas que las pudieran degradar o para reducir sus efectos.
Para el experimento se encapsularon, ácido fólico y fumarato ferroso (hierro), por ser sustancias de fácil absorción y a la vez, son nutrientes esenciales, en especial para niños y mujeres embarazadas, que fueron adicionados a un alimento básico en la dieta de los mexicanos: la tortilla.

Para comprobar el experimento, se elaboraron tortillas con harina que contenía microcápsulas, y luego se comparó entre tortillas refrigeradas y otras recién hechas, el resultado fue que no se encontró degradación en los nutrientes encapsulados ni alteración del sabor o en la textura.
La innovadora tecnología, desarrollada por el joven Alejandro Cruz Sánchez, está en espera de ser patentada, y podría traer grandes beneficios a los consumidores.
¡Si no lo sabía… créalo porque es cierto!

 

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