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Un homenaje espontáneo para Rubén Aguirre

domingo, 19 de junio de 2016
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PUERTO VALLARTA, Jal., junio 19 (EL UNIVERSAL).- La noticia se esparció por Puerto Vallarta de boca en boca y a través de redes sociales, muchos no lo creyeron hasta que lo vieron en televisión o lo escucharon en el radio: Rubén Aguirre, el famoso “Profesor Jirafales”, había muerto durante la madrugada del viernes 17 de junio, justo en medio de dos fechas simbólicas: dos días después de su cumpleaños y dos días antes del Día del Padre.


Por la tarde, tras enterarse de que el actor sería velado en una pequeña capilla de la funeraria Celis, en el centro del puerto, cientos de personas comenzaron a llegar al cruce de las calles San Salvador y Colombia para llevar una flor o una manzana como homenaje.


“Nosotros estábamos en Ixtlán del Río (a unos 200 kilómetros de Puerto Vallarta) cuando nos enteramos, veníamos nomás aquí a Las Juntas, pero nos venimos hasta acá para buscarlo (…) es qué lo que sea de cada quién, sí lo hicieron reír mucho a uno”, dijo Jorge Parada al salir del velatorio junto con su hijo.


Dentro, alguien invocó los versos de un rosario y quienes abarrotaban la capilla lo siguieron; para entonces las coronas de flores que llegaban de todas partes tapizaban las paredes: gobierno del estado de Coahuila, gobernador del estado de Jalisco, Asociación Nacional de Actores, María Antonieta de las Nieves…
Pasadas la 22 horas, al terminar el rosario, un aplauso irrumpió en la funeraria y de nuevo las personas fueron desfilando ante el féretro del comediante para tocarlo, tomarse una foto, persignarse o pronunciar una oración; a esa hora la policía municipal ya había cerrado la circulación sobre la calle Colombia debido a la cantidad de personas que intentaban entrar al velatorio.


El mariachi Continental de Puerto Vallarta –el mismo que en febrero pasado acompañó el reencuentro entre Florinda Meza y Rubén Aguirre en el malecón de este centro turístico– llegó para cantarle y “despedirlo como se debe, con lo que le gustaba en vida”.


Interpretaron “El carretero”, “La feria de las flores”, “Guadalajara”, “El son de la negra” y los primeros acordes de “La marcha turca” de Beethoven, pieza en la que se inspiró la música introductoria del programa de “El Chavo del Ocho”.


El funeral de Rubén Aguirre se convirtió en un homenaje espontáneo convocado por el “Profesor Jirafales”: “él seguirá vivo mientras ustedes lo sigan viendo y morirá el día que dejen de hacerlo”, dijo Verónica Aguirre, hija del actor, a un par de niños que se acercaron para expresarle sus condolencias.


El sábado el cortejo fúnebre se dirigió hacia el templo de La Aurora y a su paso por las calles los transeúntes tomaban fotos del último recorrido del cómico por el puerto.


Mientras, en la iglesia se congregaban quienes quisieron acompañara a los Aguirre de los Reyes en la misa que celebraron antes de cremar el cuerpo de su patriarca.


El templo ya estaba lleno cuando arribó la caravana; “Ta, ta, ta, ta”, corearon los presentes al ver llegar el féretro y después un aplauso lo acompañó hasta su llegada frente al altar, donde fue rodeado por la familia.


Del lado derecho, la viuda de Aguirre, Consuelo de los Reyes, posó su mano izquierda sobre el ataud, como si estuviera tomando la mano de su esposo por última vez; del lado izquierdo, Edgar Vivar –quien dio vida a los personajes de “Ñoño” y el “Señor Barriga”– hizo guardia en honor de su amigo y compañero.


Un pequeño vestido como “El Chavo del Ocho” acompañó a los sacerdotes que oficiaron la misa, quienes agradecieron a Rubén Aguirre y Édgar Vivar el haber contagiado de alegría a varias generaciones de mexicanos.


El momento de pregonar la paz durante la ceremonia religiosa permitió que muchos de los presentes se acercaran a los familiares del actor y a Edgar Vivar para saludarlos y presentar sus condolencias.


Al término de la misa, Rubén Aguirre De Los Reyes, hijo del comediante, tomó la palabra para agradecer las muestras de cariño hacia su padre y su familia: un último aplauso resonó para abrazarlos.


“Honor a quien honor merece”, dijo el sacerdote mientras varios hombres levantaban en hombros el féretro, que salió de la iglesia bajo una modesta lluvia de flores provocada por los admiradores del “Profesor Jirafales”.


El cuerpo fue al crematorio mientras la familia se reunió, ya en privado, para continuar con su luto y decidir qué hacer con las cenizas: “todavía no decidimos, sabemos que se quedarán en Puerto Vallarta, pero no sabemos si en una iglesia o si las esparciremos en el mar, como era el deseo de mi papá”, comentó Rubén Aguirre de los Reyes.

 

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