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El presidente del Instituto Belisario Domínguez, el senador Miguel Barbosa del PRD, señaló que cuando se decidió hacer una reforma educativa se sabía que iba a chocar con los intereses clientelares tanto del magisterio como de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).
"Lo sabíamos, porque por mucho tiempo se dejó que la educación estuviera a cargo del SNTE (Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación).
Recuerden desde el sindicato se designaban a los secretarios de Educación, a los subsecretarios, delegados, y todo por privilegios clienterales por parte de ambas fuerzas magisteriales y por beneficios electorales y políticos", agregó.
Barbosa Huerta anotó que debido a que en México la evaluación es un tema cultural, por la forma de ser, de pensar, la idiosincrasia es que choca, "y eso ocurrió con los maestros".
En este sentido, el presidente de la Comisión de Educación del Senado, el senador Juan Carlos Romero Hicks del PAN, refirió que hasta ahora los maestros no se han sentido parte de la reforma.
"Siendo críticos tenemos que reconocer que no hemos logrado que los docentes se sientan aliados de este proceso", aseveró.
El panista anotó que cambiar la ley no modifica la realidad, pues sólo es un camino del deber ser, por eso los temas laborales todavía no están resueltos.
"Lo digo con mucho respeto (la reforma) tenía como objetivo el desmantelamiento de un sindicalismos corporativo y clientelar, que en ocasiones ha sido corrupto y no que permitió muchas cosas porque se convirtió en patrón y ahora dejó de serlo", sostuvo.