REFLEXIÓN DOMINICAL

Antonio Fernández

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La esperanza del cristiano esta en cristo

…” Buscad, pues, primero el Reino de Dios y su justicia, y todo eso (temporales) se os dará por añadidura”… (Mt 6, 33)
domingo, 21 de agosto de 2016
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Se acerca a Jesús un hombre principal que le pregunta;…” ¿Que he de hacer para poseer la vida eterna?... El Señor le pregunta por su conducta, y viendo a su corazón la relación de lo que este hombre dice, ve que en verdad todo lo ha cumplido y le dijo;…”Una cosa te queda todavía: todo cuanto tienes véndelo y distribúyelo a los pobres, y tendrás un tesoro en los cielos: y ven y sígueme.


Al oír estas palabras, se entristeció, porque era muy rico. Retirándose el hombre Jesús dijo a los que ahí estaban: ¡Cuán difícilmente, es que los que tienen bienes entren en el Reino de Dios!”… El apetito desordenado de los bienes temporales, en especial el dinero y el apego a las riquezas trae por consecuencia el desenfreno espiritual, moral, familiar y personal, la actitud es la misma de aquel que de lo ajeno toma un poco para que no se note, así va aumentando lo que roba hasta que no pudiendo devolver se convierte en ladrón; pero el que tiene y dice ser firme en el Señor, toma de su fortuna un poco al principio para disiparse como es su deseo, después gasta mas hasta que se pierde; otros, mas celosos de sus caudales, se presionan porque en su corazón ha surgido la conducta del avaro, que entre mas es el apetito desordenado de poseer, mas se afianza en ellos la avaricia a la que llama San Pablo;…”Raíz de todo los males”… Así es, la avaricia es el mal de nuestro tiempo, difundido en el ser humano de toda condición social, porque el que tiene, nada quiere perder menos remediar males ajenos, mucho menos aliviar la necesidad del prójimo y menos donar, que muchos lo hacen, por la conveniencia de quedar bien ante los demás, es mas importante ganar mas dinero que el año anterior; ahora vamos al que nada tiene, este es un pobre infeliz que sueña en lo que no tiene, cuando tiene dinero su actitud es la del egoísta que presume la miseria obtenida, hundido en sus delirios de grandeza, por la avaricia, la rapacidad y la codicia de los bienes que ambiciona, malgasta lo que no tiene dándose una vida donde pierde la eternidad.


El Señor es misericordioso y caritativo, hace razonar a la humanidad sobre la perversa y excesiva obstinación por obtener mas riquezas y mas fortuna temporales, que Él las entrega para ser causa de su salvación, pero nada valen en la eternidad.

Jesús prevé y alerta contra esta funesta actitud humana, a que se decida tomar la salvación de su alma con la responsabilidad que debe ser, dando el paso en su favor con una solución tajante: dejar de lado esa vida que no es vida, es muerte en vida.

Jesús nos muestra con resolución el celo de su divinidad cuando dijo;…” Nadie puede servir a dos señores, esto es, al espíritu y a la carne.

Nadie puede servir a dos Señores: porque odiará al uno y amará al otro o se adherirá al uno y despreciará al otro”…Es derecho propio de Dios este reclamo, que nadie se diga tener derecho a poner sus criterios a Dios, porque agrava su alma, al obrar con Dios como se hace en las cosas del mundo, donde nadie es culpable de sus maldades y se atreve afirmar “tengo derecho a defender una inocencia” que en conciencia sabe es mentirá e injusto su proceder.

Ante Dios no hay tal derecho, lo que para Él tendrá valor de salvación son las obras, por lo que dice San Pablo;…”La carne desea en contra del espíritu, y el espíritu en contra de la carne, siendo cosas opuestas entre sí, a fin de que no hagáis como querríais”…San Pablo deja entendido: no se puede servir a dos amos; al espíritu y a la carne, ilustra el mismo Apóstol de que se vencerán estos males del alma, si nos dejamos conducir por el amor de Dios, que produce frutos que no se aplican a las cosas del mundo, porque la esperanza del cristiano esta en Cristo.
El Apóstol de los gentiles nos ilustra a no tocar el amor a Dios;…”Las obras de la carne son manifiestas; fornicaciones, impurezas, lujuria, idolatría, magia, enemistades, pleitos, enojos, celos, riñas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, embriagueces, orgías y cosas parecidas”…Siendo estas una parte de la parte, porque las obras de la carne son múltiples, dado que cada pecador y pecado es una intención diferente, un acto pecaminoso diferente, lo que San Pablo nos da a conocer es el principio de donde parten las caídas del pecador.

La doctrina del Apóstol de los Gentiles no es para atraer la simpatía en favor de su persona, vive en su interior la preocupación de Jesús, se empeña en prevenir y mostrar a todas las generaciones a donde le conducen las obras de la carne, advierte y previene, buscando influir en las potencias del alma y en fortalecer su conciencia, alojando en el entendimiento de todo cristiano que las obras de la carne, se deben combatir con los frutos del espíritu señalado por San Pablo;…”Amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, longanimidad, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, templanza”…Las que por la fe, esperanza y caridad, unida a la castidad, son amparo y defensa, San Pablo afirma;…” Contra tales no hay ley”…Ya que quien cumple sus obligaciones espirituales, cumple las morales, familiares y personales, esta convencido, que para llevar un orden de vida como Dios manda, es hacer bien lo que tiene por obligación.

La doctrina del Apóstol de los Gentiles va todavía mas halla de nosotros mismos, estos es, no mira a lo inmediato, sino a lo trascendente del alma y deja a ella, por así decir su catequización en el punto que todo pecador necesita fijar su alma y corazón;…” Los que son de Cristo Jesús, han crucificado la carne con sus pasiones y concupiscencias de vanagloria, provocándose unos a otros, y envidiándose recíprocamente”…Veamos que San Pablo entre otras cosas nos instruye y adiestra para defendernos de las obras pecaminosas de la carne, pues estas existen desde antes de la venida de Cristo y miles de años atrás, esto quiere decir, que el ser humano, que ha pasado sucesivamente cada siglo por este mundo, no ha dejado de repetir las mismas maldades, las mismas perversidades, las mismas crueldades hacia el prójimo, las mismas malicias y engaños, es un repetir de depravación, no porque se las hallan enseñado, sino porque la maldad interior estimulada por el demonio en el ser humano, mueve malamente su iniciativa a ello y lo conduce a tomar el camino de las debilidades y flaquezas para incitarlo, por lo que se puede afirmar, que la inmensa mayoría de seres humanos, siguen siendo esclavos de su propia perdición; pero también San Pablo nos ilustra en los frutos del espíritu, donde esta la inspiración en el cristiano de siglos, de ellos se han nutrido muchas almas hastiadas de la vida de perdición en las ciudades donde radicaban, cerrando su alma, y su corazón a ello y elevando su alma a la santidad, a la justicia y a la bondad, pues el ser humano es creado por Dios a imagen y semejanza suya, por lo que debe imitar a su Creador en lo que es bueno; existe en el cristiano la bondad, porque su Creador es benévolo, caritativo y clemente infinitamente; el cristiano es misericordioso, porque su Creador es tan grande en ello, que en su alma reposa la paz de su Señor, quienes imitándolo en ello, han salvado la humanidad de la ira divina; bueno es traer a la memoria el pasaje del Génesis, dijo Dios;…”El clamor de Sodoma y Gomorra, es, en verdad muy grande, y sus pecados se han agravado mucho”… El Señor se dispone hacer justicia, esto es castigar las ciudades donde la perversidad no tiene limite en su inmoralidad; Lot vivía en la ciudad de Sodoma, siendo hermano de Abrahán, Dios le hace saber del castigo que sobre vendrá a esta ciudad, en esa conversación con Dios, Abrahán pide clemencia por la ciudad de Sodoma que va castigar, empezó por rogar al Señor, si existieran cincuenta justos en la ciudad, no la destruyera, y vino la aceptación de Dios, pero Abrahán no estaba conforme, repasa su memoria y entendió que no los habría, eran muchos, así se fue bajando hasta llegar a diez justos, y dijo Dios;…”No la destruiré por amor a los diez”…Tampoco los hubo, solo Lot, su esposa y dos hijas.

Buena es la pregunta; ¿si hoy el Señor anunciará? De existir cien justos en las populosas ciudades más pervertidas del mundo y dijera;…Por amor a esas cien almas no las destruiré…¡Las habría? Entendemos como es la situación del mundo, Dios obraría su justicia.


San Pablo empeñado en su celo de amor a Dios por la salvación de las almas, aflora de sus labios lo que el corazón amoroso de Jesús le inspira para conmover a las generaciones, agitando en su entendimiento la perseverancia en Cristo, y con esa intención anuncia la realidad a razonar;…”Si somos ovejas, venceremos; si nos convertimos en lobos, somos vencidos”…Como ovejas, es mejor aceptar con fe lo que Dios deposita en el alma y corazón, así hasta el final de la vida.


Las profecías son obra del Espíritu Santo, quien inspirando a los profetas, estos anuncian a través de los siglos la venida de Jesús, el Mesías anunciado por Dios a Israel y al mundo, en ello se manifiesta su enseñanza, obrar y padecer del Hijo de Dios hecho hombre, enviado por deseo de su amado Padre a salvar la humanidad del pecado.

Las profecías no fueron solo para el tiempo de Jesús en Israel, estas tienen la peculiaridad de seguir latentes cada siglo, a pesar del progreso materialista del mundo, son siempre actuales, porque actuales son las necesidades espirituales de los pecadores.

Ahondando en ellas, se aprecia el deseo de Jesús de encauzarlas a la vida de salvación.
De las profecías del Rey David, una de ellas muestra con claridad al cristiano de todos los siglos-si este lo quiere- a donde tiene que ir a encauzar la razón de su existencia, de la que debe posesionarse, y ganarla;…”Mejor es confiar en el Señor que confiar en el hombre”… ¿Acaso es mucho esfuerzo depositar la confianza en Cristo? ¿Acaso no lo merece? No tiene porque el cristiano temer acercarse a tan amoroso Padre, que se goza el ser buscado y recibir las necesidades de sus hijos, pero la conducta ofensiva del pecador contra su doctrina y mandamientos, es freno por el que titubea, creciendo mas en él su temor y su falta de confianza, aprovechada por el maligno instigador del engaño, que presenta como fabuloso, atractivo y sugestivo el camino de la perdición eterna, rebela al pecador contra su Creador, y por consecuencia a la negación de su divinidad.


Para ganarse la confianza del pecador, el maligno actúa con sutileza, acerca ideas que en apariencia son excelentes, ¡Si! para engañar al pecador, al que en realidad miente y envuelve, y con habilidad lo hace desechar de sus propósitos espirituales, dejando fuera de su corazón los bienes que el Señor entrego a las almas atribuladas por el pecado, el tentador sigue su labor de zapa; finge, burla, falsea y estafa la intensión y la voluntad del cristiano, al que va atando con cada acción a donde el quiere tenerlo y utilizarlo con su obrar perverso.

La intención de la persona dice;…Voy hacer buenas obras, con el propósito de servir a Dios, pero también me voy a dedicar en acrecentar mi fortuna, ya que puedo hacerlo, y no tengo que dar razón a nadie… Con esta actitud se esta contradiciendo ante el Señor, porque forja en su corazón y en su mente el engaño, del que dice:…Sirvo a Dios y Dios me sirve a mí…Este atrevimiento lo envanece creyendo que Dios le va aceptar su engaño, porque el engañado es él mismo, se mete en el conflicto y cae en la postura de aparentar lo que no esta en su corazón: el disimilo, así finge con su doblez al prójimo, cuando que su obligación como hijo de Dios, es cumplir su doctrina y mandamientos, pero abstraído por el cumulo de compromisos y la oportunidad de obtener y no perder, logra mucho para él, porque vale mas la divisa de sus aspiraciones;…”El fin justifica los medios”…, llega al punto de la codicia y dice; …Las obligaciones para con Dios, cierran el paso a mis proyectos, si hago lo que tengo como obligación con Él, me quedare sin mi fortuna, me gusta mas el deseo de hacer lo que me place, no limitarme, ni estaré sujeto a cosas fuera de mi persona, entonces; ¿Porque manifestar el impulso a Dios, cuando que otra es la realidad? ¿Por que esa doble intención? De ello dijo Jesús;…”Nadie puede servir a dos señores; porque odiará al uno y amará al otro; o se adherirá al uno despreciando al otro.

Vosotros no podéis servir a Dios y a Mammón”…Menciona a Dios primero, y después al otro, que es la imagen de la fortuna y la opulencia en abundancia, realidad a la vista de su propia conciencia.

El Señor muestra que el amante de la riqueza dispone de ellas con furor en su corazón y su ser, terminando por odiar a Dios su Creador, así sucede con el que tiene poder económico y escucha esto, reacciona molesto por la prevención del Señor, la que toma en su interior como un prejuicio no de la gente, sino de Dios, Dice; ¿Y donde esta el error? En la soberbia, que hace al pecador actúe negando la verdad que se le advierte, pero se defiende afirmando que en él no será real, pero la realidad le va ha demostrar su realidad, cuando se presenta la ocasión de disponer una mínima fracción de su riqueza en favor del prójimo, entiende que llego el momento de hacer realidad lo que a Dios ha prometido, el “Yo” salta y niega, justifica su actitud, de tal manera lo que afirmaba antes, quedo al instante en el olvido.

A nuestra convicción cristiana esta actitud es aberrante, pero por la fe comprendemos que quien tiene gran amor a esa felicidad terrenal que da la riqueza y el poder, se cumple la palabra profética de Jesús;…”Odiará al uno y amará al otro”…Odiar a Dios por amor a la riqueza, craso error, es una divisa mortal.

Jesús es muy claro, es mas, siempre lo ha sido en sus sentencias, no anda con rodeos, por eso es de reflexionar que el siendo Dios, es celoso de la divinidad de su Hijo.

Las almas, que aman y sirve de corazón, Él busca anidarse en esos corazones, que animados por la fe consoliden su camino de salvación, así, todos los actos, obras y trabajos del alma, deben subordinarse siempre a la mayor gloria de Dios, y no de los hombres, Jesús lo ha decretado cuando dijo;…”Quien no está conmigo, está contra Mí, y quien no amontona conmigo, desparrama”…Es entender: la esperanza del cristiano esta en Cristo.
hefelira@yahoo.com

 

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