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“El rebozo”, conoce sus funciones.
domingo, 28 de agosto de 2016
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“El rebozo”, conoce sus funciones.

A lo largo de varios siglos, el rebozo ha sido el fiel acompañante de las mujeres, quienes lo han utilizado como abrigo, cuna, monedero, pañuelo, tendedero, mortaja o, en su función más primitiva, para cubrirse el rostro antes de entrar a los templos católicos.

Sin embargo, su uso se extendía también a los hombres, ya que se le relacionaba con el ayate, que sirve para cargar.

Si bien, no se tiene registro exacto de su origen, diversas versiones apuntan que esta prenda hizo su aparición en los pueblos mexicanos durante la época prehispánica, y era empleada principalmente para cubrirse del sol y cargar a los niños.

"El rebozo es un lienzo rectangular adornado con diferentes técnicas, el cual lleva comúnmente lo que se conoce como un rapacejo, que son los flecos que cuelgan en las orillas de los rebozos, ya sean empuntados o anudados de distintas maneras decorativas", indica la diseñadora Lydia Lavín, quien ha realizado estudios sobre esta prenda.

De acuerdo con la creadora, en muchas comunidades el rebozo posee un lenguaje propio, como el de la coquetería. "Por ejemplo, si la mujer agita los flecos, quiere decir que está tratando de llamar la atención de un hombre; cuando la prenda cubre su pecho, significa que es una mujer casada y no debe andar coqueteando ni exhibiéndose.

"Las puntas hacia atrás son una señal de coquetería de las jovencitas para encontrar marido. Por otro lado, el rebozo puede funcionar como una prenda de recato o de luto, o sólo para acompañar a la mujer en eventos donde pueda lucir", apunta Lavín.

LIENZO CON IDENTIDAD

A Santa María del Río, un pueblo ubicado en el estado de San Luis Potosí, se le conoce como la cuna de esta prenda. Dicho lugar se hizo famoso por la elaboración de finos rebozos, de los cuales muchos se confeccionan con seda.

Se tienen apuntes de que primero lo usaron las mujeres mestizas y, posteriormente, las mulatas e indígenas.

En esta entidad, por ejemplo, las damas de la clase alta lo empleaban dentro de sus casas, mientras que las mujeres del pueblo no salían a la calle sin él.

Además de San Luis Potosí, otros estados que se han destacado por su elaboración son Michoacán, Guanajuato y Puebla.

El origen, simbología y empleo del rebozo en nuestro país lo han convertido en una prenda que atesora la historia, los colores y las costumbres de México.

Su versatilidad es tal, que, a varios siglos de su creación, continúa representando una buena alternativa para integrar el atuendo femenino.

Si bien, el uso de esta prenda ha disminuido con el paso de los años, existen diversas formas para traerla de vuelta al atuendo diario. Por ejemplo, para un ‘look' casual, puede utilizarse alrededor del cuello, ya sea anudado o en forma de bufanda; o en la cabeza, a manera de diadema o paliacate.

Para ocasiones formales, un rebozo de buena calidad y colorido refinado representa una buena opción para llevarse como chal o, si se es más arriesgada, como un elegante y original cinturón.

Los hombres también pueden aventurarse a usar el rebozo como bufanda o ‘foulard'. El secreto está en saber jugar con los nudos y formas.

Seleccionar un color que combine con el resto del atuendo es muy importante para no demeritar su papel.

 

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