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Paralímpicos, cosechadores de medallas

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El atleta paralímpico Salvador Hernández Mondragón forma parte de los 69 atletas representaron con orgullo a México en Río: 32 mujeres y 37 hombres. Todos regresan con la mirada puesta en el futuro. Foto: Agencia EL UNIVERSAL
Un total de 69 atletas representaron con orgullo a México en Río: 32 mujeres y 37 hombres. Todos regresan con la mirada puesta en el futuro
domingo, 18 de septiembre de 2016
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CIUDAD DE MÉXICO, septiembre 18 (EL UNIVERSAL).- Algunos con el triunfo en Río 2016, otros con el orgullo de haber representado a México aun sin haber obtenido alguna medalla, seis atletas mexicanos destacaron en entrevistas con EL UNIVERSAL el coraje, esfuerzo y dedicación que como deportistas asumen todos los días, que es algo de lo que los ha llevado a tener una trayectoria de éxitos, con una importante cosecha de medallas.
Los competidores, quienes han destacado en diferentes países el nombre de México, subrayan la energía y determinación para enfrentar los obstáculos y no rendirse, como lo hicieron en esta décimo quinta edición de los Juegos Paralímpicos Río 2016, realizados en Brasil y que concluyen hoy.
En estas competencias habrán participado por México 69 atletas seleccionados, de los cuales 32 son mujeres y 37 hombres, en las disciplinas de Atletismo, Paraecuestre, Futbol, Judo, Natación, Powerlifting, Tenis de Mesa y Paratriatlón.
En total se registraron 4 mil 350 deportistas de 176 naciones, en estos que son los primeros Juegos Paralímpicos organizados por un país de América Latina, y es el primer año en que se incorporan dos nuevos deportes al programa: el piragüismo y el paratriatlón.

- Extraño bailar, pero no cambiaría mi vida”

Jacqueline Gutiérrez
CIUDAD DE MÉXICO, septiembre 18 (EL UNIVERSAL).- María de los Ángeles Ortiz es deportista desde niña.

Lo lleva en los genes. Su padre jugaba beisbol y desde que estaba en la primaria descubrió su pasión por el deporte. Su maestro de educación física vio que tenía talento y la introdujo en el atletismo.

“Siempre fui deportista. Mis primeros juguetes fueron una bicicleta, unos patines y un balón. Los prefería a las muñecas o al juego de té.

Me fascinaba correr. Jugué basquetbol, voleibol, futbol. En el atletismo resulté muy buena”.
La ganadora de la medalla de oro en lanzamiento de bala en los Juegos Paralímpicos de Río 2016 recuerda cómo su vida dio un giro en 2004.

El 28 de junio, a las 9:15 horas, un joven alcoholizado, de 18 años, perdió el control de su auto deportivo y la arrolló en una de las principales avenidas del puerto de Veracruz.

“Me aplastó entre su vehículo y una barda. Me cercenó la pierna izquierda y me abandonó”.
Permaneció tres meses hospitalizada y libró una lucha de dos años en los tribunales buscando que se hiciera justicia.

Al final le dieron 37 mil pesos por su pierna. “No quería dinero, sino justicia, que el responsable pisara la cárcel para que tomara conciencia”.
Estudiante de Comercio Internacional y con una hija de 12 años, María de los Ángeles tuvo que afrontar su nueva condición física.

Afirma que como no le gusta dejar nada a medias, la carrera universitaria que empezó con sus dos piernas, la terminó en muletas.
Tuvo que enfrentar otra batalla: el cáncer.

El mismo año del accidente fue diagnosticada. Ha pasado por varias cirugías y con tratamiento alternativo le ha hecho frente desde entonces.
Tras estas adversidades el deporte apareció nuevamente en su vida.

“Regresé al campo no como un refugio para mi discapacidad, sino por la pasión que siento por la bala”.
Inició su carrera deportiva profesional en 2007 y lleva 14 récords mundiales, tres campeonatos del mundo, ha participado y obtenido medallas en tres juegos paralímpicos y tres parapanamericanos.

Y no se conforma. “Amo lo que hago y cuando tú amas lo que haces no te cuesta tanto trabajo”.
Su camino no ha sido fácil. “Extraño mi pierna, correr, caminar, bailar salsa.

No sé si me gustaría cambiar algo de mi vida. Creo que estoy en el momento en el que debo estar”.

- “Quiero motivar a la gente a que haga grandes cosas”

Cristina Pérez-Stadelmann
CIUDAD DE MÉXICO, septiembre 18 (EL UNIVERSAL).- Para Édgar Cesáreo Navarro Sánchez estos son sus quintos Juegos Paralímpicos.

El pasado 13 de septiembre ganó la medalla de bronce en 100 metros T-51, que consiste en cruzar la meta en silla de ruedas. Hoy participará en la competencia de 400 metros.
Edgar Cesáreo Navarro cuenta con 126 medallas desde que participó en estas competencias de 1998.
“Me gustaría continuar motivando a la gente para que hagan grandes cosas y salgan de su zona de confort “.

En su caso, recibió un balazo en el cuello durante un asalto hace 20 años. Era supervisor y llevaba la nómina.
Esa grave lesión le provocó una paraplejia.

“Obviamente mi finalidad es ganarle a mis contrincantes paralímpicos, pero lo más importante es seguir mejorando mis propias marcas; retándome.

En Londres 2012 quedamos en cuarto lugar”.
Estuvo en rehabilitación a lo largo de un año y se incorporó al deporte en silla de ruedas.

Al principio transitaba por las calles en silla de ruedas más de dos horas para llegar a entrenar, lo cual se convertía en parte de su rehabilitación.
Su hija que en el momento del accidente tenía un año de edad, hoy con 24 es licenciada en entrenamiento deportivo y es quien lo apoya en su preparación.
“La final la correré con ocho competidores.

Vamos a correr en la misma pista que los atletas convencionales y tenemos exactamente las mismas obligaciones. Vamos a competir en 100 y 400 metros. El entrenamiento ha sido muy fuerte.

Cuento también con un preparador físico, exámenes de biomecánica, que me han ayudado para ir perfeccionando la técnica.; estoy trabajando mucho las resistencia a la velocidad; la resistencia al aire.
“Además, si hay lesiones, mi hija es quien sabe como rehabilitar esas probables lesiones deportivas”, contó días antes de viajar a Brasil.
En el ámbito de lo económico Cesáreo Navarro relata que “nosotros, a diferencia de los atletas convencionales, hace 20 años que estamos siendo seleccionados nacionales.
Al principio buscábamos una beca de 600 pesos, que después subió a dos mil pesos, a 5 mil, a 8 mil y ahora tenemos una beca de 13 mil pesos que en el pasado no habíamos tenido.

En mi caso no necesito de la beca para vivir, voy a los Juegos Olímpicos a superar retos personales, para ellos simplemente se requiere de trabajo y eso no me espanta.
Yo continúo trabajando en la construcción; a mí me gusta mucho crear, construir y es a lo que me dedico también.
Navarro Sánchez dice que nunca se sabe cuándo serán los últimos Juegos Paralímpicos en los que pueda participar, “por lo que para mí es muy importante obtener un buen resultado, porque no sabemos que venga después.

Fui por ejemplo en Beijing 2008, el primer mexicano en competir en ciclismo adaptado, obtuvimos un sexto lugar que es bastante decoroso; y en Londres 2012 quedamos en cuarto lugar”.
Analuz Aragón González, esposa de Edgar Cesáreo, presente durante la charla, concluye: “Él para nosotros es un ejemplo a seguir, no sólo por ahora ir a Río 2016, sino porque desde que quedó discapacitado ha dado todo al 100 por ciento y nos jala con él”.

- Las discapacidad no contuvo mis objetivos

Cristina Pérez-Stadelmann
CIUDAD DE MÉXICO, septiembre 18 (EL UNIVERSAL).- Con 16 años practicando tennis de mesa, la para-atleta mexicana María Paredes Albor, aunque no ganó medalla en Río de Janeiro, las últimas semanas ha estado ubicada en el lugar 10 de la clasificación o ranking mundial.
La tenismesista en silla de ruedas fue medallista de oro en los Juegos Paramericanos Toronto 2015 y con esto fue confirmada por el Comité Paralímpico Internacional (IPC) como seleccionada para Río 2016.
Compitió contra China, Korea, Jordania, Suecia, Israel, Japón y Brasil.

En Beijing 2008 quedó en séptimo lugar. Para Río de Janeiro, se prepararó con la finalidad de ubicarse entre los tres primeros lugares, pero no alcanzó esa ese objetivo, uno de los que se ha puesto desde niña.
A los siete meses de edad María Paredes tuvo poliomielitis.

Graves secuelas se presentaron en ambas piernas. “Durante muchos años usé aparatos ortopédicos con dos muletas, pero la rehabilitación deportiva fue fundamental para superar las consecuencias de la polio.

Ahora sólo uso un aparato en el pie derecho. La discapacidad no contuvo los objetivos que tenía en mente; al contrario, me volció más fuerte”, explica.
Beijing 2008 fueron sus primeros juegos paralímpicos: “Ahí le gané a Hong Kong; en Londres 2012, no pude asistir porque estaba embarazada” y ahora en Rio quiso hacer su mejor papel.

Previó a su viaje a Brasil participó en dos eventos europeos, lo que le ayudó a adquirir nuevos aspectos técnicos, sicológicos y estratégicos.
Al preguntarle sobre los apoyos económicos y becas señaló que “han bajado un poco desde Beijing; ahora están en 6 mil pesos; pero hemos recibido nuestro material a tiempo, nuestras sillas de ruedas nuevas y hemos contado con dos competencias a nivel internacional, previo a Río fue Eslovenia y Eslovaquia”.

- El pesista que regreso de Río con muchas ofertas

CIUDAD DE MÉXICO, septiembre 18 (EL UNIVERSAL).- Fue en una reciente competencia en Kuala Lumpur, en la Copa del Mundo Powerlifting 2016, cuando Porfirio Arredondo obtuvo medalla de plata y selló su clasificación para los Juegos Paralímpicos de Río 2016, donde quedó en sexto lugar.

Para el nuevoleonés de la división de 80 kilogramos, estos fueron sus sextos Juegos Paralímpicos.
Hace unas semanas, antes de salir hacia Río de Janeiro, Brasil, el deportista comentó a EL UNIVERSAL: “Debemos cuidar no tener lesiones, que en el caso de las pesas limitan mucho.

Quizá esta sea la última oportunidad de ser medallista en unos juegos paralímpicos, vamos por la de bronce; cumpliré 45 años este mes”.
Recordó que ha participado desde Atlanta 1996.

“Mi mejor lugar lo obtuve en Sídney, Australia 2000, quedé en cuarto lugar. Las posibilidades siempre han existido, y estando ahí, en el momento justo, es cuando se definen los lugares.

Si nos basamos en estadísticas, cinco atletas pelearemos el tercer lugar (Nigeria, Polonia, Brasil, Colombia y México), porque el primero y el segundo sí está complicado alcanzarlos”, admitió en aquella entrevista, mientras con su brazo izquierdo hacía repeticiones con una gran pesa.
“A los cinco años padecí una neumonía que provocó meningitis y trajo la discapacidad.

He vivido prácticamente toda mi vida con discapacidad, lo cual me limitó mucho en la escuela. En aquella época no existía el término bulliyng, pero lo vivía diariamente.

Fue el deporte el que me llevó a moverme de ese lugar de acoso para buscar un empleo. Fui obrero, trabajé en empacadoras, maquiladoras; ahora soy entrenador de Powerlifting, levantamiento de pesas, instructor en gimnasios; fui químico en la Facultad de Ciencias Biológicas en la Universidad de Nuevo León”.
Actualmente, Porfirio Arredondo tiene una beca de 6 mil pesos; antes era de 8 mil.

“A Río de Janeiro llego con varias ofertas de trabajo. Espero que, si me va muy bien, esas ofertas continúen en pie. ¡Yo sigo en pie!”, dijo el deportista, quien aclaró que nunca ha estado interesado en casarse.

- Sin mover las piernas, compite con velocidad

Cristina Pérez-Stadelmann
CIUDAD DE MÉXICO, septiembre 18 (EL UNIVERSAL).- El michoacano Salvador Hernández Mondragón, reconocido atleta paralímpico, cuenta con ocho medallas, luego de haber ganado bronce en Río 2016, en 100 metros, categoría T52.
Son sus sextos Juegos Paralímpicos y durante los últimos cuatro meses antes de su partida a Brasil, trabajó a marchas forzadas mejorando la técnica, la potencia y la parte sicológica; explica.
“La entrega absoluta y total son dos factores que me sustentan cuando entreno.

Cuando niño, después de haber tenido las secuelas de polio, tuve momentos muy difíciles en mi vida. Pero el paso del tiempo te fortalece y enfrentar las adversidades te da fortaleza interior.
“El impulso de la gente que me rodea, familia, hermanos... ha sido fundamental.

Mi padre murió cuando yo estaba estudiando, había que trabajar, aportar dinero a la casa y después comenzó mi carrera deportiva.
“Los Juegos Paralímpicos son lo máximo que he logrado en mi vida.

Estoy en mi sexta Para-Olimpiada; te las enumero todas en menos de un minuto, pero son 20 años compitiendo, participando”, explica.
En Londres 2012 el atleta obtuvo una medalla de plata y otra de bronce en las pruebas de 100 y 200 metros.

“Para mí la discapacidad no existe más que en la mente de algunas personas que no se sientes capaces. Yo cuento con una capacidad física y no siento ninguna discapacidad, mucho menos frente a mi carrera deportiva.

Soy un hombre mucho más fuerte que en mi niñez y juventud. El deporte ha sido mi trampolín para alcanzar lo que yo quería.
“Cuando niño soñaba con practicar algún deporte, pero nunca pensé verme en el nivel que continúo, en Juegos Paralímpicos.
“¡Poder representar a mi país en carreras de velocidad en silla de ruedas ha sido lo máximo para mi!”, destaca el multimedallista internacional, quien en el año 2002 recibió el Premio Nacional de Deporte.

- “No esto limitada para hacer lo que quiero”

Cristina Pérez-Stadelmann
CIUDAD DE MÉXICO, septiembre 18 (EL UNIVERSAL).- Valeria Monserrat López Gómez nació en Guadalajara , Jalisco, tiene 17 años, estudia cuarto semestre de preparatoria y es la menor de la Selección Paralímpica Mexicana Río 2016.
Son sus primeros Juegos Paralímpicos en Natación, en 400, 100 y 50 metros libres.
La atleta, quien no obtuvo medalla en Río, comenzó a nadar como parte de su rehabilitación desde los ocho años.

Nació con Síndrome de Morquio, que se caracteriza por estatura corta y enfermedad severa en los huesos.
A los 10 años se incorporó a los deportes de alto rendimiento, donde los atletas deben adaptarse a las altas exigencias de las competencias mundiales.

“Para alcanzar estos niveles se requiere de mucha disciplina y constancia. Soy hija única, pero tuve una hermana que falleció a los pocos meses de nacida porque tenía Trisomía 18.

Desde 2010 vengo compitiendo por mi estado, Jalisco, y he obtenido buenos resultados; en 2015 fui a un mundial donde di la marca para Río”.
Para Valeria la discapacidad como tal no existe, “porque no estoy limitada para hacer nada de lo que quiero, estoy chaparra, pero nunca me ha costado alcanzar las cosas, porque mis padres siempre me compraban cosas o una escalera para alcanzar lo que requiriera.
“Me trataban como una persona normal para que no tuviera dificultades a futuro”, dice.
El Síndrome de Morquio ha deformado su columna vertebral, pero la natación ha sido, en su caso, “una excelente motivación que me ha llevado a campeonatos europeos a base de mucho esfuerzo, superación y confianza en mi persona”.

 

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