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El Charco abandonado

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HERMOSA estampa de un papalote en El Charco con la luna de Octubre al fondo.
*El Charco, ya cuenta con acceso pavimentado, energía eléctrica, edificios con fachada remodelada y una plaza nueva
lunes, 24 de octubre de 2016
Por: Jesús Rivera
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LA PRENSA / REPORTAJE

Congregación Garza, un poblado rural que todavía se conoce por su antiguo nombre: El Charco, ya cuenta con acceso pavimentado, energía eléctrica, edificios con fachada remodelada y una plaza nueva.
Hasta antes del 2010, cuando se inició su remodelación, era el típico pueblo fantasma.

Veíanse alrededor de la plazoleta vetustos edificios de sillar, con el techo colapsado, las paredes carcomidas por la acción de los elementos y las puertas rotas.
El visitante podía entrar a cualquier casa abandonada y admirar algunos detalles del interior, aún visibles.
La casa de Mariano Reséndez, quizá la más famosa, era una edificación de dos pisos, con fachada ornamentada al estilo nordestense.
Tenía un sótano donde el famoso contrabandista guardaba la mercancía que introducía ilegalmente para luego venderla en Monterrey o en otras ciudades grandes del país.
Hoy luce una cara nueva, con vivos colores blanco, amarillo y anaranjado y solamente la parte posterior se mantiene en su estado original.
Pero no sólo eso, la Plaza de los Fundadores ya tiene hasta columpios, bancas, resbaladillas, sube y bajas donde los escasos habitantes pueden concurrir.
Visitada antes por turistas del Valle de Texas, historiadores, estudiantes y periodistas, parece que hoy El Charco ha perdido parte de su encanto porque las remodelaciones que se le hicieron borraron las huellas de un pasado esplendoroso.
RUTA OBLIGADA
En el libro "Visión Histórica de Reynosa", editado por el Instituto Reynosense para la Cultura y las Artes, durante la Administración Municipal de Oscar Luebbert Gutiérrez (2008-2010), se relatan algunos pasajes de lo que fue El Charco a finales del Siglo XIX y principios del XX.
"A cuarenta kilómetros al sur de Reynosa, rodeado por un escaso monte de mezquite que antes cubría estas llanuras ahora desmontadas, se encuentra Charco Escondido o Congregación Garza, antigua comunidad rural reynosense que vio desfilar en ella intensos acontecimientos de la turbulenta vida mexicana del Siglo XIX", dice el capítulo referente a este poblado hoy casi abandonado.
Cuentan los lugareños que antes de convertirse en una ranchería había ahí un pequeño charco de agua, por tal motivo, con el paso del tiempo se convirtió en ruta obligada entre el puerto de Matamoros y la industriosa ciudad de Monterrey.
El continuo paso de las carretas con mercadería permitió que aquel poblado rústico creciera y prosperara, lo que pronto se reflejó en la construcción de grandes casas solariegas con paredes y cercas de sillar, es decir, piedras calizas talladas y montadas unas sobre otras.
"El Charco Escondido siguió los mismos pasos de los numerosos ranchos que se fincaron dentro de la hacienda La Sauteña desde las postrimerías del siglo XVIII, al tener sus propietarios una presencia apenas perceptible, incapaz de controlar un espacio que representaba ‘la extensión de un reino', como bien lo criticó un funcionario colonial.

La inserción del Charco Escondido en los mapas fue por el trazo del camino directo entre Matamoros y Monterrey, que evitó la ruta más larga de las villas del norte, en una época en que el comercio exterior bullía en el puerto tamaulipeco y demandaba su pronta remisión a la Sultana del Norte.

A este camino que era en realidad una brecha entre el espeso monte, las autoridades procuraron mantenerlo siempre transitable, designándolo con el pomposo nombre de ‘Sendero Nacional', destacando así su importancia", señala el libro.
Entre los hechos históricos más relevantes de que El Charco fue testigo, el 13 de julio de 1870 se libró ahí una memorable batalla entre fuerzas rebeldes al régimen de Benito Juárez y tropas leales al Gobierno Federal.
Más adelante, a finales del Siglo XIX, cuando la zona libre permitía el comercio ilegal, el Charco Escondido se hizo célebre gracias al contrabandista Mariano Reséndez, azote de la Gendarmería Fiscal a la que enfrentaba a balazos.
Fue asesinado por órdenes del General Bernardo Reyes, representante del Gobierno de Porfirio Díaz en el Noreste del país.
En 1890, los habitantes del poblado pudieron comprar el terreno a los propietarios de La Sauteña, y el 22 de abril de 1901, el Gobierno Federal emitió un decreto para que a partir del 16 de junio de ese mismo año cambiara oficialmente su nombre a Congregación Garza "en justo testimonio de gratitud al benemérico, aunque modesto ciudadano José María De la Garza", fundador del mismo.
Al empezar a operar el ferrocarril entre Matamoros y Monterrey, la ruta del Sendero Nacional quedó obsoleta y pronto fue abandonada.
Poco a poco el auge de aquella población quedó atrás y sus habitantes empezaron a emigrar hacia las comunidades del norte, donde el tren era sinónimo de progreso.
PUEBLO FANTASMA
A los habitantes de El Charco no les cae en gracia que se considere a este conjunto de ruinas como un pueblo fantasma.
Aunque sólo viven algunas cuantas familias en derredor de los viejos edificios, siguen guardando los recuerdos de aquellos años de esplendor.
La mayoría de los ancianos pueden recitar de memoria qué familia habitaba en cada una de las casas y a qué se dedicaban.
En especial, señalan la mansión de Mariano Reséndez, ahora casi derruida por efecto del viento, el vandalismo y la lluvia.
En sus paredes verticales y en los restos del tejado de barro sólo se ven algunas palomas que hacen sus nidos y alimentan a sus polluelos.
Las fachadas pintadas con vivos colores y el ronronear constante de una estación eléctrica que brinda la energía suficiente para la iluminación de la plaza, son elementos modernos que desentonan con el lugar.
En un sitio de Internet llamado Turistam, se relata la experiencia que era visitar El Charco Escondido hasta antes del 2010.
"Un pueblo que hoy sólo serviría para filmar películas del Oeste o de terror", señala el portal.
""No dejan de concurrir grupos de universitarios mexicanos que llegan en autobuses fletados y vienen muchos americanos viejos y jóvenes a grabar televisión y a levantar fotografías", se puede leer.
Y agrega que El Charco o Congregación Garza fue cabecera principal de los ejidos de alrededor, como La Blanca, El Tajito y otros.

Era parte de la Hacienda La Sauteña y esos terrenos fueron comprados por sus habitantes a los propietarios entre 1890 y 1901.
Luego, por decreto del Gobierno del Estado, fue llamada Congregación Garza, haciendo honor al que es considerado como su fundador, José María De la Garza.
El trabajo que se tituló: "Magia y Embrujo de Charco Escondido", tuvo respuesta de algunos lectores, descendientes de los primeros habitantes de esa congregación.
-Pancha, agosto 21 del 2010, 5:17 am.

"¿Cuánto tiempo tienes de no ir al Charco?. Para que vayas, para que veas que tenemos 10 kilómetros de pavimento, tenemos casino, plaza con bancas y árboles, iglesia en frente de la plaza, casas renovadas, quinta, cabaña de dos pisos, escuela con pintarrones, las aulas tienen baño de drenaje, papalote con pila y por si no lo sabías, ya tenemos hasta luz.

Te vuelvo a invitar para que te actualices".
-Carmen, enero 23 del 2011, 3:32 am. "La casa de mis bisabuelos está al oeste de la plaza, enseguida de la iglesia.

Mi bisabuela la compró en 1901 a los Gutiérrez. Qué bueno sería que la fachada de las casas del centro en El Charco no cambiara, que las casas viejas, aunque se reparen a lo moderno de adentro de las fachadas fueran las mismas que ahora son y no construyan nada ‘moderno' alrededor de la plaza, sino que se siga el mismo estilo al reparar".
-Herminio Aguilar Garza, noviembre 5 del 2011, 8:24 pm.

"Para Carmen: Con mucho gusto los actualizo al explicarles que Congregación Garza ya fue censada como Monumento Histórico por el Instituto Nacional de Antropología e Historia con sede en Ciudad Victoria, Tamaulipas.

La Ley Federal de Monumentos Históricos alienta a los propietarios o descendientes a preservar sin alterar las casas, tumbas, norias, bebederos, etc. También prevee el uso de la casa habitación sólo por los descendientes, es decir, no se deben rentar.

Soy el hijo de Elva Garza de Aguilar, soy sobrino de Anita Vargas de Garza, primo de Nelo y Reynaldo Garza. Vivo en Reynosa, me gusta comentar la Historia del Charco".
-Ignacio Reséndez, septiembre 23 del 2010, 4:22 pm.

"¡Cómo hay gente que habla de cosas sin saber cómo está en la actualidad, qué bueno que hacen esa invitación para que vayan y vean cómo está! Y no un pueblo fantasma, como lo mencionan.

Saludos, Pancha y qué bueno que haces esa invitación que igualmente yo la hago. Saludos a todos los que lean esto y vayan al Charco. Atte. Ignacio Reséndez (ta-tara nieto de Mariano Reséndez).
Opinan también varios más de los descendientes de los primeros habitantes de El Charco, como Jonathan Fuentes, bisnieto de José Antonio Garza y Consuelo Vargas, Diana López, nieta de Ernestina Vargas, Mari Chapa, nieta de Juan F Chapa, Guadalupe Vargas, hija de Felipe Vargas Solís, Mariano García Gómez, nieto de Refugio García Martínez, Dalith Garza, nieta de Concepción Garza De la Garza y Rebeca Rodríguez y Gabriel Vargas, nieto de Manuel Vargas Solís.
El Charco o Congregación Garza, pueblo fantasma que fue remodelado con una brecha de acceso totalmente pavimentada, pero que paradójicamente, hoy luce más abandonado que nunca.

 

Comentarios

  • jajajajaja
    por mitya, 24/10/2016 13:45
    DesaprueboApruebo
    -1

    es muy orrible quien lo haya escrito se merese el premio de los idiotas :P ok no,fue muy bueno el reportage

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