Jaime Elio Quintero García

Déjeme y le Platico de un Libro

TRES SUGERENCIAS

Estos son los dos libros y la novela de más creciente demanda del pasado mes y que pronto estarán, seguramente, entre los más leídos y vendidos.

Contienen lecturas de interés y entretención, con una buena dosis de enseñanza y reflexión por supuesto, para el caso de la novela de título: "Maestra", cuyo argumento central son los afanes y peligrosos sucesos que enfrenta una joven empleada de una elegante casa de subastas, que por las noches se convierte en dama de compañía de acaudalados caballeros.
Esto le permite a ella entrar a un mundo de sofisticada riqueza y confort, en el que descubre un fraude, que al intentar denunciarlo se expone a peligros inauditos que rápidamente llevan al lector a la adictiva necesidad de continuar leyendo más y más, hasta el final.

La autora, L.S. Hilton, hasta antes de esta obra era una escritora modesta y poco leída, mas con la publicación de "Maestra" y el buen manejo empresarial de la firma Roca Editorial, la han colocado en las principales vitrinas literarias de todo el mundo.
El segundo documento a sugerir es: "La sexta extinción", una investigación de campo acerca de la más reciente e inconsciente acción global de exterminio ambiental, en tiempo real, día a día y sin solución práctica o retroceso aparente.

En este extenso y bien documentado libro, la autora acierta al decir que el planeta Tierra ha experimentado en su larga historia cinco grandes extinciones, la más recordada y conocida es la quinta, en la que desaparecieron los dinosaurios y miles de especies más.
Sin embargo, pareciera que pocos han tomado conciencia legítima de lo que podría ser la sexta extinción, muchos (incluso científicos) piensan, y al parecer así lo toma la sociedad global, que se trata solo de una teoría, no así la autora: Elizabeth Kolbert, quien trae a la mesa de la reflexión, este aterrador tema, ubicado lejos del menor sentido común y el más elemental principio humano de sobrevivencia.
La hipótesis de la sexta extinción originalmente (lo aclara la autora), fue planteada por el biólogo Edward O. Wilson, en 1933, en cuya tesis se describe que anualmente el planeta Tierra, pierde algo así como treinta mil especies.

Años después asevera la doctora Kolbert -en 2008, casi 83 años después-, la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, publicó un artículo en el que denuncia ante la comunidad científica, los líderes mundiales de gobiernos y empresas, que la humanidad se encuentra en medio de una sexta extinción.
Tan ruinosa y devastadora como las cinco antecesoras, solo que a diferencia de aquellas, ésta (la sexta), es el ser humano y sus quehaceres productivos, el mayor contribuyente activo.

Este libro ha tenido una evolución semejante al anterior, fue escrito por una autora poco conocida en el mundo de la ciencia, mas hoy ocupa los primeros espacios en los medios especializados y su ensayo se ha convertido en un texto muy bien aceptado y leído en todas partes.

Publicado por Planeta de Libros (edición crítica).
La tercera lectura recomendada en esta ocasión, amigo lector, es un bien argumentado libro, tan trágico como aleccionador, sobre la creciente destrucción del vínculo ancestral del ser humano con la Tierra y sus productos, tema que abunda en las opuestas discusiones internacionales, relativo a que si el suelo natural como el agua, son un bien económico o uno social, ambos en todo caso, necesarios de proteger de la sobreexplotación económica y el deterioro letal.
En tal sentido, la autora Orla Ryan, recoge en su texto publicado por Paidós Editorial, una serie de argumentos bien ejemplificados de contradicciones e irracionalidades ambientales.

Afirma, y con razón, que siendo el chocolate (derivado del cacao) originario de las culturas mesoamericanas, sea en dos pequeños países de África Occidental, Gana y Costa de Marfil, los lugares en los que se producen las dos terceras partes (casi el 70%), del chocolate que se consume en los cinco continentes.
La reportera y corresponsal Orla Ryan, insisto, es una periodista establecida en el África de Occidente, región en la que se ha desempeñado durante años, como corresponsal del diario londinense Financial Time, en tal carácter, ha observado con cuidado y preocupación, el fenómeno del monocultivo y la sobreexplotación de la tierra, acción que hace suponer a los especialistas en ciencias agronómicas que para el año 2050, Gana y Costa de Marfil no tendrán más tierras productivas y que las condiciones sociales de sus habitantes serán aún más deplorables que las actuales.
Son éstas, amigo lector, lecturas que dejan enseñanza y conciencia ambiental y moral a grandes y chicos, además de ser temas muy propios para compartir con la familia y el círculo de amigos cercanos.

Siempre y en todos los medios sociales, introducir a la charla cotidiana temas, nombres de libros y autores atrae la atención de las personas y deja al final una satisfacción y reconocimiento, que en mucho anima a seguir leyendo y charlando.
GRACIAS POR SU TIEMPO.

¿Sabía Usted?
Mr. Kuinkelly
La flor de cempasúchil, cempoxóchitl o flor de muertos, es nativa de México y Centroamérica, su nombre viene del náhuatl "cempohualxochitl" (cempohuali = 20 y xochitl = flor), es tradicional en las ofrendas del Día de Muertos.

Su intenso color amarillo y tonos anaranjados, representa la luz y los rayos del sol, y sus pétalos se esparcen formando un camino para indicar a las almas el rumbo que les guía a casa.
La tradición de la voz popular cuenta una leyenda sobre el origen de esta flor: "Xóchitl y Huitzilin se amaban desde que eran niños, juntos crecieron y con su amor, todas las tardes subían a lo alto de la montaña a llevarle flores a Tonatiuh, el padre sol, él parecía sonreír ante la ofrenda de los enamorados, y ellos juraron amarse más allá del tiempo, más allá de la distancia, más allá de la muerte.
Pero un día llegó la guerra y los amantes se separaron.

Pronto llegaron las noticias de que Huitzilin había muerto en la guerra, Xóchitl sintió que su corazón se desgarraba de dolor, subió a la montaña y le pidió a Tonatiuh, que la uniera por siempre con su amor, el sol conmovido extendió uno de sus rayos y al tocar a la joven la convirtió en una flor, de colores tan intensos como los mismos rayos del sol.
Luego llegó Huitzilin, en forma de un colibrí, y amoroso se posó en el centro de la flor, y al instante la flor se abrió en 20 pétalos, de aroma intenso y misterioso.

De ahí nació la flor de Zempaxóchitl, la flor de muertos."
También se dice, que la flor de cempasúchil sirve para el dolor de estómago, tomándola en té tres veces al día.

Puede prepararse un repelente de insectos casero, hirviendo dos flores de cempasúchil, una rama de romero y dos hojas de geranio en un litro de agua; se deja enfriar, se cuela y se agrega al agua para trapear.

Incluso se pueden guisar los pétalos, sofritos en mantequilla con ajo, cebolla, sal y pimienta, para tacos, o si se les agrega crema y se licúan se puede hacer una salsa para espagueti con pollo o con leche para una crema.
¡Si no lo sabía... créalo porque es cierto!