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Devora 'Dragón' $ mil millones

Luis Carlos Castillo Cervantes se "apoderó" del Sistema de Caminos de Nuevo León, cobrando por adquisiciones entre el 2004 y el 2013 al menos mil 384 millones de pesos.
miércoles, 16 de noviembre de 2016
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Angel Charles / Agencia Reforma


MONTERREY, NL.- El empresario Luis Carlos Castillo Cervantes, llamado "Rey de los Dragones", acusado en Estados Unidos de lavado de dinero, fraude bancario y conspiración criminal, se "apoderó" del Sistema de Caminos de Nuevo León, cobrando por adquisiciones entre el 2004 y el 2013 al menos mil 384 millones de pesos.
Este monto es adicional a los mil 143 millones de pesos que le otorgaron en contratos de obra pública durante las Administraciones priistas de Natividad González Parás y Rodrigo Medina.
El nuevo monto se detectó en una revisión a las relaciones de pagos de compras hechas por el Sistema de Caminos a la empresa Impulsora Mexicana del Comercio y Construcción, propiedad de Castillo.
Durante la gestión de González Parás a esta empresa le pagaron 853 millones de pesos, sin que se ofrezcan detalles del concepto, apenas reportado como "material de construcción".
En la Administración de Medina, las compras registradas ascendieron a 530 millones de pesos, señalando el mismo concepto.
En suma, entre contratos de obra pública y adquisiciones, Castillo se embolsó 2 mil 527 millones de pesos tan sólo en los últimos dos sexenios priistas en Nuevo León.
Castillo, detenido en Mission, Texas, está acusado de usar el sistema bancario de Estados Unidos para lavar fondos robados, pagar sobornos a un funcionario extranjero y malversar fondos en un país extranjero.
Fuentes consultadas coincidieron en que el ex Gobernador de Coahuila, Enrique Martínez, fue quien recomendó a Castillo en Nuevo León, bajo la gestión de González Parás.
Ayer se reveló que, pese a que durante el sexenio de González Parás le compraron tres "dragones", éstos nunca salieron de las manos del empresario, y ambas Administraciones priistas le siguieron pagando por el bacheo.
Actualmente, el Estado tiene bajo su resguardo una unidad, pero las otras dos unidades se encontraban ayer abandonadas en bodegas de la empresa Lucamax, propiedad de Castillo, en Santa Catarina.

 

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