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Tipos de divorcio y sus consecuencias

La forma como los padres manejen la separación es determinante para afectar lo menos posible a los niños.
jueves, 1 de diciembre de 2016
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(EL UNIVERSAL).-

De acuerdo a la Dra. Anabell Pagaza, directora académica de posgrados en Psicoanálisis de la Universidad Intercontinental (UIC) el divorcio puede dividirse por la forma en la que se desarrolla el proceso en dos tipos: colaborativo y destructivo.

En una separación colaborativa, ambos padres comunican la noticia a los hijos, los deslindan de cualquier culpa o responsabilidad y explican que ahora serán una familia binuclear: “Papá y mamá no pueden seguir juntos porque hay peleas que afectan el ambiente en la familia; nosotros siempre seguiremos siendo sus padres sólo que ahora estaremos en casas separadas, pero pueden convivir con ambos”, ejemplificó la Dra. Pagaza.

En cambio en un divorcio destructivo los padres colocan a los niños en una posición de rehenes para vengarse de la ex pareja o los ponen a fijar lealtades con un padre u otro, lo cual confunde a los menores y les genera un sentimiento de culpa: “¿Cómo quieres a tu mamá si nunca ha hecho nada por ti”, “Cómo es posible que quieras a tu papá si nos abandonó”.

Lo principal es salvaguardar el bienestar de los niños o adolescentes y defender su derecho a convivir sanamente con sus padres aunque ellos vivan separados; a pesar de no haber funcionado como pareja, para los niños ambos serán siempre sus papás.

Si comparamos las características de un divorcio colaborativo versus las de uno destructivo, en el primero prevalece el cuidado y protección de los hijos sobre el conflicto conyugal y las peleas son sólo al inicio; en cambio en el destructivo predomina el conflicto de pareja sobre el bienestar de los niños y las peleas son permanentes.

Otra diferencia es que cuando hay colaboración no requieren de intermediarios, llegan a acuerdos entre ellos; en cambio en el otro tipo de divorcio, intervienen intermediarios litigantes en un contexto judicial o se presenta un sobre involucramiento de familiares, amigos e hijos.

Al colaborar ambos se asumen corresponsables y buscan acuerdos en función de las necesidades de los hijos; en el caso contrario el proceso de duelo se estanca, y permanece la rabia y la necesidad de denigrar al otro y posponen llegar a acuerdos.

Otra clasificación comentada por Pagaza, también doctora en psicoanálisis por la UIC, son los tipos de divorcio de acuerdo a cómo los padres llevan a cabo la separación con relación los hijos.

Identifica seis tipos:

1. Sano: Se divorcian los esposos pero no los papás.

2. Co-paternidad insuficiente: Se divorcian los esposo pero también los padres, ya no son capaces de hablar sobre los hijos.

3. Tenencia repartida: Se divorcian como esposos y divorcian a los hermanos, los separan al quedarse uno o algunos con la madre que por lo general se queda con la custodia, y el otro con el otro padre.

4. Alienación parental: Uno de los padres trata de separar a los hijos del otro padre, le impide la convivencia, las llamadas, o le obliga a decirle papá o mamá a la nueva pareja “robando” la identidad filiatoria.

5. Síndrome de alienación parental: Uno de lo padres insemina odio en la mente del niño contra el otro padre.

6. Sustracción de menores: Desacato de las resoluciones judiciales por parte de uno de los padres, ocultan a los hijos cambiando el domicilio sin avisarle al padre no custodio.

Las consecuencias para los hijos cuando el divorcio no es un proceso sano y colaborativo, es que pierden confianza en los demás, aprenden a vincularse más al conflicto que al amor, tienden a repetir ese patrón de desconfianza en la vida adulta y se quedan mutilados de una de las dos figuras paterna o materna.

Finalmente la Dra. Pagaza quien ha visto desde la consulta privada cómo las parejas enfrentan la separación, menciona que si bien es válido que los padres estén tristes, enojados o desilusionados, debe privar ante todo el bien superior de los menores y recomienda: “Si sienten que no pueden solventar solos la separación, una opción es buscar un mediador familiar, psicólogos, terapeutas familiares o de pareja que contribuyan a un divorcio menos doloroso y dañino para la pareja y sus hijos”.

 

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