Por: Raquel Vargas
Hay personas encargadas de cocinar, de lavar los utensilios de cocina, de adquirir los insumos necesarios para lograr llevar a cabo esta noble labor.
“Tenemos aproximadamente 8 meses llevando a los lugares de necesidad y de cruceros llevando un poquito de comida física y espiritual para la gente que se encuentra aquí limpiando los vidrios para que ellos puedan tener un poquito de estabilidad económica, que lo que sacan de limpiar vidrios que lo lleven para su familia”, comentó Alejandro Pérez Rojas.
Además de recorrer las principales calles y avenidas de la ciudad compartiendo alimentos, hay dos unidades fijas en el hospital del Seguro Social y otra en la Clínica 270 en donde comparten la comida con los familiares de los pacientes que se encuentran internados, ya que en algunos casos son personas foráneas y de escasos recursos que incluso, en ocasiones no cuentan con lo necesario para comprar alimento.