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Dice 'Zotoluco' adiós al toreo

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Aspectos de la despedida del torero Eulalio López, El Zotoluco, 4 de febrero de 2017, Plaza de Toros México. Foto: Agencia EL UNIVERSAL
El público repartió ayer sentimientos para dos maestros: al "Zotoluco" lo despidió con emoción y a Ponce se le entregó apasionadamente.
sábado, 4 de febrero de 2017
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Guillermo Leal
Agencia Reforma
CIUDAD DE MÉXICO 4-Feb .- El público repartió ayer sentimientos para dos maestros: al "Zotoluco" lo despidió con emoción y a Ponce se le entregó apasionadamente.
Al final, el cariño de la afición fue para ambos en una histórica salida en hombros de dos toreros mayúsculos, uno que dijo adiós a los ruedos y otro que demostró estar más vigente que nunca.
Haberse llenado el numerado de la plaza fue el primer síntoma de emotividad en una tarde en la que el ánimo estuvo arriba casi todo el tiempo.
Sobre todo cuando Ponce tomó la muleta y realizó dos faenones, con dos toros nobles y con calidad de Fernando de la Mora, su primero y segundo, siendo la de éste último quizá una de las mejores realizadas en este ruedo.
El valenciano echó fuera todo el arte que tiene, dejó caer en su muleta el temple privilegiado y todo eso lo sostuvo con erguidez relajada en su figura.
Lo pinchó.

El desencanto se apoderó de la plaza, y no era para menos pues esa obra de arte valía el rabo: En cada uno de los muletazos se había abandonado y dejó que todo fluyera desde adentro.

Los muletazos templados, lo puro y lo sincero de su toreo hicieron rugir a la México, que le aplaudió al dar una vuelta al ruedo pletórica de emoción.
A su primero Ponce le cortó las dos orejas, y no fue más, porque el juez Enrique Braun sacó rapidísimo los pañuelos, sin dejar al público que fuera el que pugnara por los trofeos.
La despedida de Eulalio no fue como lo hubiera soñado pues sus toros nunca se entregaron.
Inclusive el segundo, que, si bien tuvo movilidad, fue incierto.

Y aunque cortó una oreja en ese, se fue triste, pero eso sí, muy satisfecho porque en el ruedo dejó la constancia de una trayectoria esforzada y que al final fue reconocida.
Pundonoroso estuvo ante sus tres enemigos, consiguió lances y muletazos con técnica y reposo.
En su último toro, "Toda una Historia", el momento sublime fue cuando iniciaron Las Golondrinas.
"Zotoluco" ejecutó una templada tanda en los medios y el público, espontáneo, con la luz de sus celulares iluminó el tendido.
Eulalio no pudo más y dejó rodar las primeras de muchas lágrimas porque irse de los ruedos como él, en plenitud y siendo figura, no es fácil.

 

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