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Nuevo obispo de Irapuato solicitó su nombramiento

El obispo Enrique Díaz Díaz, quien fue nombrado titular de la diócesis de Irapuato, Guanajuato, agradeció al prelado Felipe Arizmendi Esquivel por permitirle trabajar a su lado desde el año 2003
sábado, 11 de marzo de 2017
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SAN CRISTOBAL DE LAS CASAS, Chis., marzo 11 (EL UNIVERSAL).- El obispo Enrique Díaz Díaz, quien fue nombrado titular de la diócesis de Irapuato, Guanajuato, agradeció al prelado Felipe Arizmendi Esquivel por permitirle trabajar a su lado desde el año 2003.
"Agradezco de todo corazón la amistad y cariño de monseñor Felipe que me ha permitido participar tanto en el trabajo pastoral, como en los encuentros y en las celebraciones litúrgicas, no como un auxiliar, sino como un compañero y amigo que comparte el trabajo", dijo al conocer el nombramiento que le hizo el Papa Francisco como obispo de Irapuato, Guanajuato”, dice.
El obispo Arizmendi Esquivel declaró: "¿Cuál fue la razón de este cambio? Era previsible que quedara como obispo de San Cristóbal de las Casas, pues así se había decidido desde el 15 de mayo de 2014, cuando el Papa Francisco le designó coadjutor, con derecho a sucesión en esta sede episcopal".
En encuentros con el Papa Francisco se expuso las razones para que Díaz Díaz quedara al frente de la diócesis de San Cristóbal de las Casas, porque "era la mejor opción".
Díaz Díaz "llevaba varios años sirviendo entre nosotros, con mucha competencia y entrega", reconoció en conferencia de prensa en la curia diocesana.
Agregó que el Papa Francisco compendió las razones que le expuso y fue cuando tomó la decisión de nombrarlo como obispo coadjutor, en vez de auxiliar como cuando llegó en el 2003 y entonces a "pesar de algunas resistencias que puso (el Papa) en ese momento aceptó el cargo".
La despedida de Diaz Díaz, después de 14 años de laborar en esta diócesis, será el 11 de abril a las 12:00 horas durante una ceremonia que se llevará a cabo en la catedral.
Sin embargo, Arizmendi Esquivel comentó que Díaz Díaz planteó ante colaboradores del Papa que "pensando solo en el bien de la diócesis, él consideraba que no era oportuno ni conveniente que continuara aquí".
Opinaba que era necesario un cambio de su persona, para que alguien diferente impulsará más la vida y la pastoral de esta Iglesia local", mencionó.
Con esto el monseñor Enrique "no rechaza a la diócesis, sino que, en su opinión, otro obispo diferente a él puede ayudar a seguir creciendo y consolidando lo que se ha logrado avanzar pastoralmente".
"Y como él insistió en Roma en su postura, el Papa no quiso presionarlo para que se quedara en San Cristóbal y respetó su opción de cambiarlo a otro lugar.

Nunca estuve de acuerdo con su opinión y con su sentimiento, pero siempre fui y seré muy respetuoso de su decisión", dijo.
Lamentó que si el obispo Enrique "no hubiera insistido en sus razones, seguiría entre nosotros", pero incluso, "en días pasados, se mandaron cartas al Papa pidiendo que monseñor Enrique siguiera en la diócesis, pero quizá llegaron fuera de tiempo, pues esta decisión supuso un largo proceso anterior".


El obispo Arizmendi Esquivel consideró que hay que desechar cualquier otra interpretación sin fundamento y agregó que entre ellos ha habido "mucha comunión y sintonía personal y pastoral, y la seguirá habiendo".


Por su parte, Díaz Díaz agradeció al Papa Francisco por su nombramiento, donde percibe cariño, "tanto por mi persona como por nuestra diócesis y también por nuestra patria, mirando todos sus horizontes".
Agregó: "reconozco que serán nuevos tiempos y deberé conocer nuevamente su actual realidad, pero el Reino de Dios está en todas partes y cada lugar nos reclama su presencia".


Lamentó que las misivas enviadas al Papa Francisco, para que quedara al frente de la diócesis hayan llegado a Roma "un poco tarde dado el largo trámite que requiere un nombramiento, pero son para mí como un bálsamo en medio del dolor de la partida".
El obispo Felipe Arizmendi Esquivel cumplió 75 años hace un par de años y por lo tanto mandó su renuncia al Papa Francisco, que aún no ha aceptado.
Arizmendi Esquivel lleva 17 años al frente de la diócesis, después de la salida del obispo Samuel Ruiz García impulsor de la teología de la liberación en el territorio de la diócesis de 36 mil 821 kilómetros cuadrados.
En 1999, el entonces obispo coadjutor, Raúl Vera López, fue enviado como titular de la diócesis de Saltillo, Coahuila.

El prelado se le consideraba el sucesor de Ruiz García, que trabajó desde los años 60 en la diócesis, entonces que abarcaba todo el estado de Chiapas.
Agradeció a las comunidades indígenas que abrieron "de par en par su corazón" sin ninguna restricción y que desde "su pobreza y sencillez me han dado todo lo que poseen y mucho más".
"A veces uno quisiera quedarse en cada hogar que nos ha abierto sus puertas, quisiera uno escoger las dos cosas: quedarse y dejar libertad para que pueda crecer.

Sinceramente sólo busco lo que considero mejor pastoralmente para la diócesis", mencionó.
Comentó que durante los 14 años que estuvo en de la diócesis de San Cristóbal como obispo auxiliar y luego como coadjutor, siempre se trasladó a las comunidades manejando su propio automóvil y en algunas ocasiones cuando se registraban bloqueos carreteros, tomaba rutas alternas.


Ahora vienen "nuevos tiempos y deberé conocer nuevamente su actual realidad, pero el Reino de Dios está en todas partes y cada lugar nos reclama su presencia".
Y rememoró que si don Felipe no hubiese estado al frente de la diócesis de San Cristóbal, entonces no habría venido el Papa Francisco el año pasado.


"Siempre recibí cuidados, atenciones y mucho cariño. Pude comprobar que Chiapas no es solamente un paraíso por sus bellezas naturales, sus selvas y su historia, sino encierra una gran riqueza de culturas, de tradiciones, de amor a la naturaleza y de experiencia comunitaria", mencionó Díaz Díaz.

 

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