El representante de la Cámara de la Industria Restaurantera, Alfonso de León Fuente, dijo que no todo es malo, puesto que si en el 2016 cerraron varios establecimientos gastronómicos, también otros abrieron sus puertas para ofrecer nuevas opciones al consumidor.

"Está más o menos igual, a veces se cierra uno y se abre otro. Son muchos factores. Hay gente que se retira y se va para otros lugares", subrayó.

De León puso de relieve el que muchos jóvenes, hijos de restauranteros o egresados de las escuelas de Gastronomía realizan un esfuerzo para abrir nuevos restaurantes.

"Queremos que haya gente nueva, que vengan empujando; vemos no nada más en el área gastronómica, sino también en otro tipo de negocios que también se están abriendo.

Eso es bueno porque se le da trabajo a la gente", expuso.

Debido a que el balance es positivo, a pesar de todo, existe un marcado déficit de mano de obra para la industria restaurantera local.

"En todos los negocios vemos que necesitamos meseros, cocineros, lavaplatos..., sobre todo en la maquiladora donde los comedores están necesitando gente.