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¿Qué es el paludismo?

El paludismo es causado por parásitos del género "Plasmodium" que se transmiten al ser humano por la picadura de mosquitos hembra infectados del género "Anopheles"
domingo, 28 de mayo de 2017
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(EL UNIVERSAL).- El paludismo es causado por parásitos del género "Plasmodium" que se transmiten al ser humano por la picadura de mosquitos hembra infectados del género "Anopheles", los llamados vectores del paludismo.

Hay cinco especies de parásitos causantes del paludismo en el ser humano, si bien dos de ellas – "Plasmodium falciparum" y "Plasmodium vivax" - son las más peligrosas.

"P. falciparum" es el parásito causante del paludismo más prevalente en el continente africano. Es responsable de la mayoría de las muertes provocadas por el paludismo en todo el mundo.

"P. vivax" es el parásito causante del paludismo dominante en la mayoría de los países fuera del África subsahariana.

--Síntomas
El paludismo es una enfermedad febril aguda.

En un individuo no inmune, los síntomas aparecen a los 7 días o más (generalmente entre los 10 y los 15 días) de la picadura del mosquito infectivo.

Puede resultar difícil reconocer el origen palúdico de los primeros síntomas (fiebre, dolor de cabeza, escalofríos y vómitos), que pueden ser leves.

Si no se trata en las primeras 24 horas, el paludismo por "P. falciparum" puede agravarse, llevando a menudo a la muerte.
Los niños con enfermedad grave suelen manifestar uno o más de los siguientes síntomas: anemia grave, sufrimiento respiratorio relacionado con la acidosis metabólica o paludismo cerebral.

En el adulto también es frecuente la afectación multiorgánica. En las zonas donde el paludismo es endémico, las personas pueden adquirir una inmunidad parcial, lo que posibilita la aparición de infecciones asintomáticas.

-¿Quién está en riesgo?
En 2015, casi la mitad de la población mundial corría el riesgo de padecer el paludismo.

La mayoría de los casos y de las muertes se registran en el África subsahariana, pero también se ven afectadas Asia Sudoriental, Latinoamérica y Oriente Medio.

En 2015, 91 países y áreas experimentaban una transmisión continua de la enfermedad.

Algunos grupos de población corren un riesgo considerablemente más elevado que otros de contraer la enfermedad y presentar manifestaciones graves: los lactantes, los niños menores de cinco años, las embarazadas y los pacientes con VIH/sida, así como los emigrantes no inmunes de zonas endémicas, los viajeros y los grupos de población itinerante.

Los programas nacionales de lucha contra el paludismo deberían tomar medidas especiales para proteger de la infección a estos grupos poblacionales, habida cuenta de su situación específica.

-Prevención
La lucha antivectorial es el medio principal de reducir la transmisión del paludismo.

Si la cobertura de las intervenciones de esta índole es suficiente en una zona determinada, se protegerá a toda la comunidad.
La OMS recomienda proteger a todas las personas expuestas a contraer la enfermedad mediante medidas eficaces de lucha antivectorial.

Para el control efectivo del vector, recomienda proteger a toda la población que se encuentra en riesgo de infectarse. Hay dos métodos de lucha contra los vectores que son eficaces en circunstancias muy diversas: los mosquiteros tratados con insecticidas y la fumigación de interiores con insecticidas de acción residual.

-Diagnóstico y tratamiento

El diagnóstico y el tratamiento tempranos del paludismo atenúan la incidencia de la enfermedad, reducen sus efectos mortales y contribuyen a prevenir su transmisión.

La mejor opción terapéutica disponible, especialmente para el paludismo por P. falciparum, es el tratamiento combinado con artemisinina.
La OMS recomienda, antes de administrar el tratamiento, la confirmación del diagnóstico con métodos parasitológicos (ya sean pruebas de microscopía o de diagnóstico rápido), cuyos resultados pueden obtenerse en 30 minutos o incluso menos.

La prescripción de un tratamiento basada únicamente en la sintomatología debe reservarse para aquellos casos en los que no sea posible hacer un diagnóstico parasitológico.

En las Directrices para el tratamiento del paludismo (tercera edición), publicadas por la OMS en inglés en abril de 2015, se dan recomendaciones más detalladas.

 

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