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Caricias en los pechos, ¿la puerta del placer?

Un simple roce puede desatar más de lo que imaginas...
viernes, 28 de abril de 2017
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(EL UNIVERSAL).- Así como lees. Los pechos y pezones te pueden abrir las puertas del placer, pues es una de las zonas más erógenas del cuerpo tanto de los hombres como el de las mujeres.

Esto se debe a que es un área físicamente sensible que se convierte en el centro de placer por la cantidad de terminaciones nerviosas que existen ahí.

Es por ello que un simple roce puede desatar más de lo que imaginas; recuerda que el orgasmo y satisfacción sexual es una conexión entre lo físico y lo mental, esta unión es la que permite la experiencia placentera.

Existe un informe llamado Kinsey el cual muestra que el ser humano puede erotizar cualquier parte de su cuerpo, hay quienes son más sensibles en algunas partes que en otras, hay quienes pueden alcanzar un orgasmo con la simple estimulación táctil en los senos.

La imaginación y el poder de los deseos juegan un papel importante y no tanto la parte física, por lo que te dejamos unos tips:

1. Tócalos con delicadeza. Ten siempre presente que esta parte del cuerpo es muy sensible, por lo que todos tus movimientos deben ser con suavidad, empieza tocando muy despacio por encima de la ropa, es importante que no te saltes este paso, ya que es lentamente y con paciencia que se va logrando la excitación.

No olvides utilizar las yemas de los dedos de una manera muy suave y por alrededor del pezón, con pequeños y delicados apretones cuando lo veas necesario, evita tocar la aureola y el pezón hasta pasados varios minutos ya que estas zonas son aún más sensibles y si las tocas antes de tiempo podrías lastimar a tu pareja.

2. Estimulación oral. En este paso puedes tocar completamente los senos lo cual los llevará al placer, pero debes tener cuidado de no excederte con la fuerza en que lo haces ya que en algunas ocasiones tu pareja estará tan excitada que puede que no sienta dolor, pero los problemas vienen después cuando quedan rozaduras y chupetones.

 

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