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Tal vez tengas ya un estilo de cerveza que es tu preferido: pruébalo en diferentes marcas, tanto nacionales como internacionales, y aprecia las sutilezas que cada productor le confiere a su etiqueta.
Ahora, elige tu cerveza favorita y comienza a probarla con diferentes estilos de comida: picante, agridulce, salada o postres, y comenzarás a apreciar qué rango de sabores la acompaña mejor.
Se dice que la cerveza estilo lager combina con escabeches, tanto de carne como de pescados y mariscos, pues el ácido del vinagre encuentra un punto de equilibrio en la textura carbonatada y en el amargor de la cerveza.
Por otro lado, las salsas y preparaciones elaboradas con jitomate son una buena opción para comenzar el laboratorio experimental. De nuevo, la acidez es la nota de encuentro entre comida y bebida.
¿Tienes una debilidad por la pizza acompañada de cerveza? ¡Tu paladar sabe lo que le gusta! Prueba una etiqueta de amber ale con una tapa de pan tomate o con una pasta pomodoro.
La mostaza, las preparaciones ácidas y agresivas como el sauerkraut, vinagretas y verduras encurtidas son sabores que van muy bien con diferentes cervezas, como la stout, la porter o la pilsner.
De igual forma, los platos picantes y especiados funcionarán como contrapunto ante la sensación de “dolor ”que causa la caipaicina en el paladar.
Asimismo, el sabor ahumado de los embutidos -piensa en el chorizo, el pastrami y las salchichas alemanas- combinan con cervezas lupulosas tipo ale y pilsen, debido a su amargor.
Encontrar la pareja perfecta requiere de tiempo y empeño pero la recompensa es grande.