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Furor salvaje: Nosotras nos arrodillamos, poniendo las manos en el suelo o en la cama, quedando a cuatro patas, con las piernas separadas. El chico se acerca por detrás, se arrodilla y se coloca encima de ella, abriendo las piernas para atrapar sus nalgas sobre las suyas.
De esta manera el chico la toma por detrás, haciéndose con el mando y dominando la situación. ¿Un truco para excitarlo? Provócalo, empujando hacia atrás o moviendo la cadera círculos, ¡¡le volverá loco!!
La butaca: El chico se sienta sobre algún lugar acolchado para quedar inclinado y flexiona las rodillas. Nosotras nos colocamos de pie, sobre él, con las piernas abiertas y desciende sobre él, dejando que la penetre.
A continuación eleva las piernas hasta los hombros de su pareja, dejando que él la sostenga por la cintura para que no pierda equilibrio. Con las manos en el suelo, la mujer puede ir moviéndose hacia delante para marcar el ritmo del coito.
Esta postura es sumamente especial ya que al quedar uno frente al otro, facilita el contacto tanto manual como visual.
La sorpresa: Nosotras nos colocamos de pie y de espaldas a él, flexionamos las rodillas para evitar flexionar los músculos y ofrecemos nuestras nalgas a nuestro compañero.
Él se aproximará por detrás e iniciará el coito. El placer se concentrará en la zona genital, ya que en esta posición el placer es máximo.
Estas son solo algunas de las muchas posturas que podemos aprender con el Kamasutra y que nos permitirán añadir variedad a nuestros encuentros sexuales.