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Al combate de la insuficiencia renal

Orinar es una función crucial para el organismo, tanto, que cuando no sucede, puede ser mortal.
jueves, 6 de julio de 2017
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(Agencia Reforma) La das por sentado todos los días y hacerla puede ser una gran incomodidad si no estás en el lugar adecuado, pero la realidad es que orinar es una función crucial para el organismo, tanto, que cuando no sucede, puede ser mortal.

La poca o ninguna orina es un síntoma de la lesión renal aguda caracterizada por la pérdida súbita de las funciones de los riñones, es decir, de su capacidad para eliminar el exceso de líquido y electrolitos, así como el material de desecho de la sangre.

Este padecimiento es más común en personas que se encuentran en cuidados intensivos por cirugías mayores complicadas, infecciones generalizadas, lesiones graves o porque el flujo de sangre a los riñones se interrumpe.

En general, la insuficiencia renal es un problema de salud pública mundial y en México es una de las principales causas de muerte.

De acuerdo con el INEGI, anualmente mueren 12 mil personas por complicaciones derivadas de esto, siendo Nuevo León una de las entidades con mayor incidencia.

"La insuficiencia renal es un problema muy serio a nivel nacional que tenemos ahorita y en 10 años estamos hablando de un 20 a un 30 por ciento más de pacientes enfermos con esto", dice el doctor Marco Antonio Hernández.

Tratamiento más actual

Para combatir esta enfermedad en todos sus niveles, la prevención y el tratamiento más actual como la terapia de reemplazo renal continua, es la clave, expresa Lilia Rizo Topete, nefróloga internista en el Hospital Universitario.

"La terapia de reemplazo renal continua es lo más nuevo para tratar lesión renal aguda dentro de cuidados intensivos en pacientes hemodinámicamente inestables", dice.

"El paciente de terapia intensiva sólo por estar allí tiene 80 por ciento de mortalidad. Hemos aplicado nueve terapias y dado de alta a tres pacientes, entonces una tercera parte tuvo una oportunidad mejor de sobrevivir sin terapia de reemplazo renal crónica gracias a la nueva tecnología".

A diferencia de las terapias anteriores, la máquina utilizada para la terapia de reemplazo renal continua hace realmente la función fisiológica de un riñón, aumentando el pronóstico de supervivencia.

"Lo que hace la máquina es meter al paciente y a ese riñón en un estado de reposo de función renal donde no me tengo que preocupar en ese momento por el paciente si no orina, porque mi máquina lo está haciendo, es un riñón fisiológico", explica.

Este método permite, además, darle al paciente otras terapias extracorpóreas como nutrición parenteral y medicamentos que son nefrotóxicos normalmente y que se tratan de evitar, pero la máquina reduce el daño.

"Le damos una oportunidad mayor de sobrevivir y no sólo de sobrevivir, que no se quede en terapia de reemplazo renal, es decir, en hemodiálisis crónica".

Hasta hace un año, la única forma para tratar a estos pacientes críticos, de acuerdo con Jesús Cruz Valdez, jefe del Servicio de Nefrología, era a través de la hemodiálisis intermitente, cuyo empleo se dificultaba por varias cosas, incluida su poca duración de funcionalidad.

"Lo hacíamos en tres, cuatro hasta seis horas, no nos permitía más tiempo, porque el paciente sufría alteraciones hemodinámicas importantes poniendo en riesgo su vida", dice.

"Estas máquinas nos duran hasta 72 horas. Está el paciente dializándose continuamente, un paciente con cirugía de corazón abierto, postoperados con drenajes, complicados quirúrgicamente", explica.

Lo mejor es prevenir

Aunque la tecnología avanza a pasos agigantados mejorando el pronóstico de padecimientos como la lesión renal aguda, la prevención sigue siendo la mejor arma, concuerdan los especialistas.

Cuando se actúa con rapidez, muchas de las complicaciones renales pueden llegar a evitarse y asegurarle al paciente no sólo una mejor sobrevida, sino función y calidad de vida.

"Si el paciente se identifica demasiado tarde puede tener riesgo de quedar en enfermedad renal crónica, y aumenta el riesgo de infarto cardiaco, infarto cerebral, enfermedad cardiovascular y muchísimas más complicaciones y si a eso le agregamos que es diabético, hipertenso o con alteraciones de los lípidos tiene mayor riesgo de mortalidad", dice Rizo.

 

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