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Sacúdete el miedo de ir al médico

Desde pequeños, los varones son educados para ser "machos", concepto que se contrapone con la idea de cuidar su salud
viernes, 21 de julio de 2017
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(Agencia Reforma) "Sólo voy al médico si estoy muy enfermo", "no tengo tiempo de ir al médico" o "no me gustan los médicos".

La reticencia de los varones para acudir con un especialista de la salud se pone de manifiesto en estas frases que suelen expresar; las causas de sus resistencias pueden ser biológicas, psicológicas y sociales.

Desde pequeños, los varones son educados para ser "machos", concepto que se contrapone con la idea de cuidar su salud, dice el doctor Raúl Gutiérrez Herrera.

"No expresan sus malestares físicos, ni psicológicos, les enseñan a no llorar, a no quejarse, a aguantarse, por lo tanto el hombre nunca se 'enferma' aunque sí se enferma", dice el geriatra.

Esta masculinidad mal entendida también les impide practicarse exámenes o estudios, como el de la próstata, situación que las mujeres asumen de forma natural, como la prueba del Papanicolaou.

Es común que ellos argumenten que están ocupados y no tienen tiempo.

"El examen para valorar su próstata no necesariamente es un tacto rectal, existe el antígeno prostático, ecografías o podemos revisar la sintomatología", explica el especialista en Medicina Familiar y Geriatría.

"Pero también es un temor a que le digan que tiene un cáncer o que está mal del corazón. Es el miedo a un diagnóstico negativo y eso lo va limitando".

En general, a muchos varones les cuesta el proceso de aceptarse "enfermos" porque esto implica tener que apegarse a lo que indique un médico, desde tomar medicamento hasta seguir una dieta y hacer ejercicio.

"Sucede en hombres y mujeres, pero en ellos es más notorio; no les gusta el hecho de ponerse en manos de otra persona por orgullo", resalta.

Todo esto tiene como consecuencia que los diagnósticos de enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión arterial o incluso cáncer tiendan a ser tardíos en hombres de 40 a 60 años.

"Se han buscado alternativas, sin embargo, no se ha logrado equilibrar la balanza entre la consulta de mujeres y hombres. Normalmente se habla de un 60 por ciento de ellas frente a un 40 por ciento de ellos", expone.

ALEJADO DE LA SALUD

Por sus características físicas y experiencias de vida, desde la adolescencia y hasta prácticamente la tercera edad, las mujeres tienen más contacto con el médico.

Es muy común que vaya sola a consulta, contrario a los hombres que no les gusta ir solos y suelen ir acompañados generalmente de su pareja, sobre todo si son problemas de tipo sexual.

Cuando son pacientes geriátricos tanto hombres como mujeres tienen una resistencia natural de ver al médico porque relacionan sus malestares como propios del envejecimiento, sobre todo cuando hay alteraciones de su memoria.

"A mayor edad, también es mayor la posibilidad de que se automedique de algún padecimiento en base a las recomendaciones de amigos, familiares o de su propia esposa", expresa.

La salud emocional suele ser una de las áreas de la salud que más descuida: si sufre de depresión tiende a somatizar los síntomas y limitarse a quejarse que le duele la cabeza, que anda cansando o que no duerme.

"No va a consulta y esto merma su calidad de vida: se vuelve menos productivo, tiene cambios en el humor y conflictos familiares, pero la depresión es una enfermedad que tiene cura", remarca Gutiérrez Herrera.

Cuando llega a consultar, también batalla para regresar, así que por esto se tendría que trabajar con él para asegurar continuidad; y desde la adolescencia, basados en la medicina preventiva, hacerle ver sus riesgos de salud.

"Lo macho no tiene nada que ver con que vaya a consulta".

 

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