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Fracturas geológicas en Reynosa

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EL BOULEVARD Hidalgo es cruzado por una fractura geológica a la altura de Valle Alto.
Poco después de las 13:14 Hrs., del 19 de septiembre pasado, el choque de dos placas tectónicas con epicentro en un punto ubicado entre los Estados de Morelos y Puebla
lunes, 25 de septiembre de 2017
Por: Jesús Rivera
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La Prensa/Reportaje
Poco después de las 13:14 Hrs., del 19 de septiembre pasado, el choque de dos placas tectónicas con epicentro en un punto ubicado entre los Estados de Morelos y Puebla, a 120 kilómetros de la Ciudad de México, provocó un sismo de intensidad 7.1 en la escala de Richter.
El temblor sacudió los cimientos de la capital del país y provocó la caída de edificios, con daños materiales incalculables y pérdidas humanas lamentables.
En Tampico, ciudad ubicada fuera de lo que se considera comúnmente como zona sísmica en la geografía nacional, se sintió el movimiento telúrico, aunque sólo causó algo de sorpresa y un poco de miedo a los habitantes de esa parte de Tamaulipas.
En Reynosa y la región norte del Estado pasó inadvertido.
Casi el 90% del territorio nacional descansa sobre la gran Placa de Norteamérica, pero la parte del litoral del Pacífico es inestable por la vecindad con cuatro diferentes placas: La del Pacífico, la de Cocos, la del Caribe y la de Rivera.
Dichas placas se empujan unas con otras de manera continua y en ocasiones se acumula tanta presión que se manifiesta en sismos de gran intensidad, como el de 8.2 grados del 7 de septiembre y el de 7.1 grados del 19 de éste mismo mes.
Este movimiento de placas, lo que en la teoría estándar de Geología se conoce como "deriva continental" es la causa de los terremotos.

Los choques más frecuentes ocurren a lo largo del llamado Cinturón del Pacífico.
También suele ocurrir que los temblores provengan de la separación de placas, como ocurre en Baja California, donde la Falla de San Andrés amenaza con convertir a la península en una isla.
Mucho menores que las fallas, pero no menos importantes a largo plazo son las fracturas de la corteza terrestre.
Una fractura, con el paso del tiempo, puede convertirse en una falla y eventualmente, en el límite de una nueva placa tectónica.

Eso ocurre en lapsos muy grandes de tiempo, del orden de los millones o decenas de millones de años.
Reynosa posee fracturas en el subsuelo.
A varios cientos de metros, el lecho de rocas está roto y sus bordes se rozan entre sí, pero no generan suficiente fuerza como para que se sienta en la superficie en forma de temblor.
En comunicades cercanas, como el Ejido Llorona Nueva, los residentes decían sentir pequeños temblores cuando las máquinas exploradoras de las compañías petroleras eran accionadas.
Los "vibros" martillaban el suelo y luego el eco producido en las rocas era interpretado por un aparato electrónico, y de esa forma se podía saber si había algún depósito de gas bajo la superficie.
FALLAS Y FRACTURAS
Resulta ilustrativo revisar el Atlas de Riesgos para los Municipios de Reynosa y Río Bravo en lo que se relaciona con los riesgos geológicos.
El documento detalla: "La concentración de sistemas de fracturas se ubica principalmente en la zona noroeste del Municipio de Reynosa, sin embargo, la traza de éstas fracturas no llega a afectar a la zona urbana, sólo en una porción al poniente de la cabecera municipal donde se cartografiaron pequeñas manifestaciones.
Es difícil estimar el grado de peligro ante una falla o fractura, dado que no se puede determinar cuándo van a llegar a tener un movimiento que afecte la infraestructura, por lo que en este apartado sólo se mencionan las posibles vías de comunicación y colonias que resultarían afectadas en caso de que ocurriera una eventualidad de este tipo".
Hay un total de 47 fracturas, si nos basamos en el estudio que se realizó para diseñar el mapa de riesgos geológicos para Reynosa y Río Bravo.
La mayor concentración se encuentra bajo el suelo de las colonias Lomas del Real de Jarachina Sur, Fraccionamiento Hacienda Las Bugambilias, Fraccionamiento Valle Alto Poniente, colonia Nuevo Amanecer y hacia la parte sur, el Ejido Las Anacuas, División del Norte y El Grullo, entre otras comunidades.
Se resalta el hecho de que una de las fracturas más importantes tiene como límite la colonia Nuevo Amanecer, hacia el norte, pasa por el Fraccionamiento Valle Alto poniente, cruza el Boulevard Hidalgo y se interna hasta Jarachina Norte, aproximadamente a la altura del tianguis.
Sin embargo, las vías de comunicación apenas son “cortadas” por el trazo de las fracturas, como ocurre en el Boulevard Hidalgo, o en la carretera Ribereña (Carretera Federal 40) donde en algunos tramos puede llegar a coincidir.
Como conclusión, en el Atlas de Riesgo se señala que el sistema de fracturas no representa un riesgo sísmico importante, aunque sí posibles hundimientos por el asentamiento de las rocas en las líneas de fractura.
Agrega el documento: El hundimiento es el movimiento vertical ocasionado por acción y efecto de la gravedad, que afecta y desplaza el suelo, el terreno o algún otro elemento de la superficie terrestre.

Estos movimientos verticales pueden tener su origen por el colapso de cavernas en rocas calcáreas, llamado hundimiento cárstico o por compactación de materiales granulares denominado hundimiento diferencial.
Al hundimiento cárstico también se le conoce como dolinas o cenotes.
Aquí no hay dolinas por la ausencia de cavernas subterráneas cercanas a la superficie, sin embargo, en el Atlas de Riesgo se tienen registrados hundimientos diferenciales, es decir, grietas en el suelo que pueden notarse fácilmente con una inspección.
“Si bien en estos municipios (Reynosa y Río Bravo) no existe presencia de peligro por hundimientos cársticos, sí es posible que se presenten otros tipos de movimientos de suelo de distintos orígenes; dentro de la zona cartografiada se manifestaron hundimientos en algunas calles de las ciudades y agrietamiento en construcciones de algunas obras”, establece.
En Reynosa, particularmente, se han manifestado problemas de hundimientos y agrietamientos por asentamientos en distintas obras, como son las avenidas principales que cruzan la ciudad debida a una mala calidad de los materiales y mano de obra deficiente, sumando las inclemencias climatológicas que aceleran la inestabilidad de las obras.
De ésta forma, se muestran fotografías donde se observa una fisura sobre uno de los puentes sobre el Canal Anzaldúas.
“Asimismo al sur de la ciudad en los alrededores de las colonias Villa Real, Arcoiris, Pedro J. Méndez y Satélite se presentan anomalías por asentamientos diferenciales en las viviendas; esto se relaciona a que anteriormente se extraía material para construcción (agregados pétreos), lo que provocó grandes oquedades y con el paso del tiempo algunas de ellas fueron rellenadas con materiales no homogéneos, tales como escombro, entre otros, y posterior se edificaron las viviendas sobre los rellenos que aparentaban ser estables.

Por otro lado, hacia la zona fronteriza se localizan depósitos de origen aluvial, representado por una mezcla de partículas finas a gruesas (grava, arena, limo y arcilla).

Los sedimentos finos pueden llegar a disolverse y fluir, debido al agua de lluvia o escurrimientos de las partículas y manifestar hundimientos en el subsuelo, mismos que pueden causar daños a las estructuras que se encuentran sobre ellas, sobre todo las que se sitúan a poca profundidad y a construcciones de baja resistencia, lo que se verán manifestados por la presencia de agrietamientos en distintas partes de las construcciones que conforman una obra”, apunta.
Así, dentro de las manifestaciones de movimiento de suelo señaladas en el Atlas se tiene como ejemplo el caso de la escuela primaria Club de Leones número 4, ubicada en la calle Zacatecas y Calle 13 de la colonia Unidad Obrara, “la cual presente fracturamiento en el techo de los salones y en el patio cívico; por su ubicación se relaciona posiblemente al tipo de litología susceptible a la absorción de la humedad durante lluvias, alterando las partículas que conforman el subsuelo y provocar la inestabilidad de dichas obras”.
POCA SISMICIDAD
Todos los días se emite un reporte sismológico en todo el territorio nacional por parte de las autoridades encargadas de vigilar la actividad tectónica.
Los reportes más recientes para Reynosa son los siguientes:
0 terremotos en las últimas 24 horas.
0 terremotos en los últimos 7 días.
0 terremotos en los últimos 30 días.
0 terremotos en los últimos 35 días.
Pero no se debe malentender ese reporte.

En zonas relativamente cercanas, como las que se ubican en la cordillera de la Sierra Madre Oriental, en Nuevo León, continuamente se registran sismos de escasa intensidad.
En el mismo reporte se indican los últimos incidentes:
-Hidalgo, Nuevo León, hace un año, 3.5 magnitud, 37 kilómetros de profundidad.
-General Terán, Nuevo León, hace 4 años, 4.1 magnitud, 1 kilómetro de profundidad.
-China, Nuevo León, hace 4 años, 3.9 magnitud, 10 kilómetros de profundidad.
-China, Nuevo León, hace 4 años, 4.0 magnitud, 5 kilómetros de profundidad.
-China, Nuevo León, hace 4 años, 4.0 magnitud, 8 kilómetros de profundidad.
-China, Nuevo León, 4.0 magnitud, 40 kilómetros de profundidad.
-China, Nuevo León, 4.1 grados magnitud, 11 kilómetros de profundidad.
-General Terán, Nuevo León, 4.0 magnitud, 37 kilómetros de profundidad.
-China, Nuevo León, 3.9 magnitud, 2 kilómetros de profundidad.
-China, Nuevo León, 3.66 magnitud, 36 kilómetros de profundidad.
No hay peligro por el momento, de que Reynosa y Río Bravo sean sacudidos por sismos, de acuerdo con la conclusión del Atlas de Riesgos, sin embargo, el documento hace énfasis en la presencia de las pequeñas fracturas que recorren parte de la geografía del Municipio como un factor que a futuro tendría que ser tomado en cuenta.

 

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