REFLEXIÓN DOMINICAL

Antonio Fernández

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EL GRAN MANDAMIENTO ES EL AMOR

..." Dijo Jesús: Amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón, con toda tu alma, y con todo tu espíritu"... (Mt. 22, 37)
domingo, 1 de octubre de 2017
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El gran mandamiento es el amor de su misericordia que Dios entrega a las almas por el creadas, estas en correspondencia, cumplen su mandamiento amando y sirviendo al Señor, y al prójimo, viendo en él a Dios mismo.

El Doctor Angélico, Santo Tomás de Aquino, inspirado por el Espíritu Santo muestra a los siglos, las virtudes Teologales como la fuente de donde se aviva el amar y servir al Señor y adoctrina;..."La fe, se refiere a las cosas que no se ve, porque para amar a Dios, antes hay que creer en Él; El objeto propio de la esperanza, es la bienaventuranza eterna; la Caridad, es una amistad del ser humano con Dios, este es el objeto propio del mandamiento"...El amor a Dios tiene en las virtudes Teologales su eficaz excelencia, aquel que carece de ellas, es porque no existe en él, el valor espiritual de amar a Dios, su alma camina por el desierto sin fervor, piedad y devoción, así no podrá reencontrase con su Creador, porque en el pecador no existe fe en Cristo, su interior es un abismo temeroso de Dios, donde la conciencia no cesa de mostrar el estado en que vive y esa disyuntiva de no creer o no querer creer, lo hace esquivar su realidad e indecisión de la que nada va obtener, lo ha amarrado a su error, un destello de fe en su corazón le haría comprender, que el amor a Dios no hace mal a nadie, es el bien por excelencia para a él pecador.

Nuestra Santa Madre Iglesia ruega a Dios para que el hijo alejado vuelva a su Creador; ..."Concede Señor, a tu pueblo, evitar las asechanzas del diablo, y seguirte a ti, único Dios, con puro corazón" ... El orden sobrenatural reaviva espiritualmente el alma al amor de Dios y al prójimo.

San Juan instruye, a encontrar en la divisa de salvación la vida de santidad; ..."Quien no ama se queda en la muerte" ... Amar a Dios es primero, amar a Dios es esencial, amar a Dios es servirlo, amar a Dios es camino de salvación, porque la realidad, es, quien no ama a Dios se niega así mismo, se opone vanamente a la voluntad de Dios por esa conducta, el alma del pecador está muerta a la vista de Dios.

Dios envío al mundo a su Hijo Amado a redimir la humanidad del pecado, por decir, descongelar la apatía y la indiferencia de un sentimiento entumecido, para que el cristiano católico encontrará en el amar y servir a Dios la única condición de su salvación, haciendo propio el Bien salvífico que el Señor no cesa de ofrecer a quien acude a Él, porque demanda de las almas, corresponder a su amor con amor, cumplir su deseo de amarle a Él y al prójimo se extienda a todo hermano, incluido el amor a los enemigos como Jesús enseño a la humanidad de todos los siglos, cuando refiriéndose a ellos en su peregrinar por el mundo y en su camino al Calvario, llevando la cruz de nuestros pecados sobre sus hombros, y caer sobre sus divinas rodillas en tres ocasiones; la multitud a gritos viéndolo padecer en su Pasión, crucifixión y muerte, con mayor inquina lo ultraja y escarnece, hace mofa a su divinidad de Hijo de Dios, gritos que no se han detenido, continúan y continuaran esos insultos infamantes como eco una través de los siglos, negando la obra redentora que Jesús aceptó por amor a las almas, por ellas su palabra amorosa y perdurable;..."Señor perdónales porque no saben lo que hacen"... Es ilógico pensar que Dios necesita de nosotros para su gloria, lo que Él demanda a las almas es que se salven y ganen por su propio esfuerzo la gloria eterna, para ello da los medios, para que por sí mismo el pecador labre su salvación.

Dios acerca los beneficios que sin merecer recibe el cristiano católico por su amoroso corazón disponga con empeño de estos, salve su alma y su corazón se apasione cumpliendo el mandamiento de amor.

Jesús pide que el amor brote del corazón arrepentido, que no existirá en el alma mientras esté muerto por el espíritu mundano.

Del amor a Dios es preguntarnos; ¿Cómo es el amor que me pide el Señor? Amarlo con todo el corazón en palabra, obra y pensamiento, contemplando en la majestad del Señor: su misericordia, que la conciencia siempre da a conocer la necesidad del amor que pide Jesús, pero la humanidad está muy distante de Él.

Jesús legisla sobre el amor al Padre Nuestro. ¿Qué podemos decir? Dar gracias a su obra de comprensión que sin tener derecho recibimos de Él, por lo tanto, el incrédulo, timorato, indeciso y puritano dice: "no entiendo", por esta ignorancia ha sido la cerrazón en el pecador, que no da importancia a los bienes espirituales.

El Mandamiento del amor es preciso, exacto y definido: ¡Es perfecto! Cristo abrevia, y deja atrás complicadas explicaciones y va a lo esencial, a que cada alma grabe en su conciencia y el remordimiento obre a detener las caídas consecuencia de la tentación; el entendimiento cincela la facultad del pecador a discernir su salvación.

La memoria repasa los mandamientos de la Ley de Dios, siendo los más importantes el primer y segundo, los demás se derivan de ellos, al no observarlos, el pecador se verá arrastrado al poso de la iniquidad, no vale justificar el incumplimiento de los mandamientos, porque todo ser humano sabe lo que hace bien, y lo que hace mal, sabe su intención cuando obra con perversidad, o sin ella, nada de lo que hace puede decir "lo hice sin saber", solo que no este bien de sus facultades mentales o sea un tonto.

La Ley del amor a Dios dice San Pablo; ..."El Señor hará su obra sobre la tierra, rematando y cercenando" ... Alguien que, no entendió la palabra de Dios, dirá; ¿Dónde está el amor del Señor por las almas con esta actitud? La obra del Señor esta justificada, rematar, es terminar, consumar y finalizar el mal en el alma aferrada sigue en su mala conducta, no ataja la cerraron de su corazón, niega a su conciencia cuando está le pide apegarse a los bienes del Señor, va contra el deseo de su Creador, irá por sí mismo al fuego eterno; La misericordia de Jesús ha dicho; ..."cercenar"...Significa abreviar y suprimir la maldad humana que desecha sujetarse al mandamiento legislado por Jesús;..."Amarás a Dios por sobre todas las cosas"...
Jesús muestra el error de sus maldades a la secta de los saduceos, opuestos a los fariseos, los primeros negaban la inmortalidad del alma y la resurrección, se acercan al Señor a plantearle con artilugios sobre el matrimonio de una mujer que se casó con siete hermanos conforme se fueron uno por uno muriendo, ¿en la gloria de cuales será esposo?, la respuesta fue contundente; ..."En el cielo, ni los hombres se casan, ni las mujeres se dan en matrimonio, son como ángeles" ... Les lleva a su memoria el texto de lo que está escrito, los saduceos no tienen nada que responder, quedan ante la muchedumbre desprestigiados.

Siendo enemigos los saduceos y fariseos, al ser atacada la secta y derrotada, los fariseos van como decimos "al quite" haciendo causa común contra Jesús.

A no dudar, que los comentarios del pueblo Israel, fue criticar a los saduceos, eso hizo surgir la agresiva soberbia maligna en sus enemigos, reza el Evangelio; ..."Mas los fariseos, al oír que había tapado la boca a los saduceos, vinieron a reunirse junto a Él" ...Como no pudieron responder, ambas sectas deliberan y definen la estrategia a seguir, no con el afán de aprender de Jesús y convencerse de su error, sino buscando como sorprenderlo.

Puestos según ellos de acuerdo, mandan al doctor de la ley proponer a Jesús otra cuestión, Jesús echará abajo la acechanza para enseñanza nuestra.

Aprendiendo de Jesús, manifiesta que la envidia y la mala voluntad unidas pierden al pecador, si de cautela se trataba, no la hubo, la soberbia maligna los exalto; ¡Vamos a vencerlo! dejándose llevar por su "Yo".

En Jesús no es problema vengan contra Él unos u otros o juntos, su mirada va a lo profundo del corazón, ve las intenciones, su pensamiento y odio; Jesús ve en la mente humana ha olvidado al autor de su vida; su pensamiento, no reconoce que Él es la verdad esencial, también conoce donde surge el desacierto y la forma de resolverlo.

Es muy importante tener presente, que la inteligencia increada de Nuestro Señor Jesucristo en cuando que es el verbo de Dios, es infinita; en cuanto es hombre, esta enaltecida por la luz sempiterna de la sabiduría de Dios, que desborda en la verdad.

Cuando la persona actúa sin pensar comete continuos errores, pero al pedir la asistencia del Espíritu Santo, obra, lo importante es tener fe en Cristo Nuestro Señor, quien dijo; ..."Todo se os dará por añadidura" ... Al carecer la asistencia de Dios, se camina por la vida dando palos de ciego, cada quien ahonde en su obrar y descubrirá la realidad de su corazón.
Quizá este doctor de la ley era el más preparado, por lo mismo el más atrevido por su deseo de sobresalir, y movido por su soberbia maligna de experto en la ley, adorna la pregunta con actitud falsaria, que en secreto contubernio se había preparado para hacerlo caer en contradicción sobre un punto delicado de la ley.

Este doctor no se acerco a Jesús para aprender de Él, el evangelio dice claramente su intención; ..."Y uno de ellos, doctor de la Ley, le propuso esta cuestión para tentarlo" ...Toma la actitud arrogante de no saber lo que conoce, es la pose de una conspiración preparada en venganza contra Jesús, ¡Vaya incoherencia! ¿Obrar represalias contra Dios? ¿Disponerse a causarle daño con su maldad? ¡Grave ha sido su error? Jesús va a mostrar que su pregunta está por la maldad, así lo enseña en este pasaje de su vida.

Tenemos un doctor soberbio y ostentoso, petulante y perverso, que al escuchar de Jesús la respuesta queda impresionado, cala en su conciencia del que sabe de memoria lo que le han contestado, y termina por alabarlo, ¿en sus adentros ratificaría su postura o se convencería? solo Dios sabe, y nosotros ¿Sabemos escuchar a Cristo? No de viva voz, puesto que no tenemos vida de santidad para tener esa gracia, Jesús se acerca y habla en silencio al corazón, que pocas veces se pone atención y pocas también las que nos detenemos a atender su llamado, por eso cuando caemos y queremos superar el error por nuestras propias fuerzas, pero más nos adentramos en los males, y sí repasamos ese trajín descubrimos que hubo algo que si en ese momento se hubiera tomado en cuenta, el pecador habría resuelto su caída, pero como no se hizo, la problemática creció.
Continua el Evangelio, el doctor envanecido, mira al rostro de Jesús no con amor o deseo de conocer su enseñanza, su mirada es escrutadora verificando a Dios; ..."Maestro, ¿cuál es el mayor mandamiento de la Ley?" ...Pregunta el que sabe al revés y al derecho la respuesta que repetía infinidad de veces en el día, pregunta como si nada de ello conociera.

Jesús hubiera podido animar a este doctor para que diera la respuesta, o preguntar a los que le rodeaban, pero despliega sus divinos labios y da respuesta como supremo Legislador de cielos y tierra, en forma por demás sencilla, dijo Jesús; ..."Amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón, con toda tu alma, y con todo tu espíritu" ...Ahora estimado (a) lector (a) quede en ti, el gran mandamiento es el amor de Dios está en Cristo y por Cristo.

Es de creer que a la respuesta de Jesús los cielos doblaron la rodilla, la naturaleza y el universo mantuvo silencio respetuoso y solemne, Dios ha hablado y fue escuchado con humildad y respeto.

La chusma que acompaña al doctor no escucho nada, cada uno tiene su atención por si de la palabra de Jesús surge la contradicción esperada, sus oídos están cerrados a la enseñanza, pero en el doctor no fue así, conmovido escucho a Jesús, entendería muchas cosas que no había tenido en cuenta, vería el error en que está sumido, reconocería a Jesús como el Hijo de Dios hecho hombre, pero el orgullo y la soberbia maligna cegó como rayó su corazón, no le permitió reconsiderar sus actos; veamos, la palabra y la voz de Dios es profunda y penetrante, la legislación de Jesús la sabia el doctor en su texto, pero otra fue escuchar la voz de Nuestro Señor Jesucristo, está le hizo ver lo que no había visto, así, en nosotros, muchas veces ante la adversidad que vivimos, se repasa el problema, el entendimiento nos lleva de uno a otro hecho hasta llegar al punto causante de nuestra tragedia y nos quedamos con ella, el Señor habla, pero no razonamos a su palabra, y es que si no hay fe, no habrá cambios ni en el alma, ni en el cuerpo.
Jesús dio a conocer el principal y primero de los mandamientos, que comprende los deberes de todo ser humano para con Dios su Creador, el amor a Dios pide que sea sobre todos los amores y prevalezca en todas las obras.

De este Mandamiento dice San Juan Crisóstomo;..."La lealtad para con Dios y con nuestra conciencia reclama mirar todo mandato que con claridad se imponga a nuestra voluntad, porque todos ellos son la manifestación de la voluntad de Dios, hecha a nuestro espíritu por nuestra propia conciencia"...Bueno es meditar la enseñanza del Doctor de la Iglesia conocido como "Boca de oro" que con sencillez nos lleva a razonar su enseñanza, a ser abrigada en el alma, sirviendo a Dios en este tiempo que el paganismo ha inundado nuestro mundo, ahora los ídolos no son de piedra como fue en los antepasados, los ídolos de hoy es el poder del dinero, el placer, la prostitución, la perversidad, la drogadicción, el alcohol y la avaricia, como la codicia, perversión humana, en la obsesión de poseer bienes materiales, estos ídolos tienen preso el corazón y el alma de la humanidad, mal que está en cada rincón del mundo, no es exagerar, basta repasar los hechos todos los días.
Continua Jesús, al terminar de exponer el primer mandamiento hizo una pausa y confirma; ..."Este es el mayor mandamiento" ...Luego dijo; ..."El segundo le es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo"...Recordó Jesús al prójimo, a ese prójimo del que todos hablan a escondidas, al que engañan, roban y chantajean, se menosprecia, se humilla por gusto y es motivo de burla e intriga, se obra así movidos por la soberbia maligna, maldad que ofende a Cristo Nuestro Señor, pide por el prójimo que somos todos, el abusador debe considerar, que el mandato divino pide por el prójimo, al que se debe servir como a así mismo, viendo en él a Dios mismo, por lo tanto, cuando se le degrada, avergüenza y denigra, se ofende a Dios, dijo Jesús;..."Alejaos de Mí, malditos, al fuego eterno: preparado para el diablo y sus ángeles.

Porque tuve hambre, y no me distéis de comer; tuve sed, y no me distéis de beber" ...Continua Jesús; ..."De estos dos mandamientos pende toda la Ley y los Profetas" ...Se parecen estos dos mandamientos, porque una misma es la caridad con que se ama y sirve al Señor, ambos mandamientos tienen idéntica finalidad: Servir y amar a Dios, quede en la mente el gran mandamiento es el amor de Dios.
hefelira@yahoo.com

 

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