7 cosas que pasan por nuestra mente durante el mal sexo

(EL UNIVERSAL) El mal sexo es una tortura… pero también es inevitable. Ya sea que sea un chico nuevo o simplemente esté cansado, sólo puedes lidiar con el mal trabajo y pensar en cosas más bonitas.

Pero no te preocupes, incluso las parejas más felices pasan por estos momentos, y obviamente pensamos prácticamente lo mismo.

Fantasear con una celebridad: Pasan pensamientos sexys de la nada; desde el trasero del guapísimo Chris Hemsworth, hasta los pectorales de Channing Tatum.

Y tal vez no irás más allá de pensar en sus cuerpos desnudos, pero la verdad es que sí pasarán por tu mente.

Intentar hablar sucio: Es muy probable que tu galán pueda mejorar su juego hablando sucio, pero como no se anima, tú serás la encargada de tomar la iniciativa.

Cuando el sexo no podría ser peor, hasta nosotras nos atrevemos a hacer algo que nos incomoda un poco… pero ¿qué más podemos hacer?

Hacer de todo en todo lugar: 5 posiciones, una silla, 2 camas, el baño, tu cuerpo contorsionado como gimnasta… y aún así: nada.

Como el misionero no funciona… ni la vaquerita, ni la de perrito, pensamos que tal vez el problema sea la locación.

Fingir un orgasmo para terminar antes: De plano se nota que esto no va a mejorar, así que lo mejor que puedes hacer es acelerar el proceso.

¿Y qué mejor que con un orgasmo fingido? Y mientras que fingir y fingir no te ayudará a sentirlo, los momentos desesperados requieren de escenas desesperadas.

Darte sueño: No sucede todo el tiempo, pero si estás cansada (y aburrida), es muy probable que termines cayéndote durante el encuentro.

Obviamente no caerás dormida exactamente mientras están en lo mero bueno, pero es muy probable que te encuentres deseando que termine pronto para irte a dormir.

Poner más atención a tu cuerpo: ¿Ese es un lunar nuevo? Parece que le creció vello en las axilas y extrañamente hace más muecas de lo normal.

Si estás aburrida, buscarás algo con qué entretenerte, y tu galán seguro ofrecerá buen entretenimiento… no el que esperabas, pero tendrá que ser suficiente.

Aplicar la de: “¿Está sonando mi teléfono?” Sólo necesitas una excusa para terminar con la tortura y pretender que estabas pasando por un mal sueño.