REFLEXIÓN DOMINICAL

Antonio Fernández

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El pesebre al que espera llegar el niño Jesús

…“Y dio a luz a su Hijo primogénito; y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en la hostería”… (Lc. 2, 7)
domingo, 24 de diciembre de 2017
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¿Y cuál es ese pesebre? Tu corazón, para el Niño Jesús será gozo al tomarlo como su morada, porque vino a cumplir en ti los designios de su amor, como esperanza del cristiano católico para su redención total.

¿En cuántas ocasiones hemos meditado la razón a tanto movimiento de personas en este tiempo navideño en las ciudades del mundo? Inicia el primer día del mes, y como bola de nieve empieza a rodar cuesta abajo aumentando su volumen hasta el 24 de diciembre, donde surge del interior de cada persona, la necesidad de estar a tono con el momento: “comprar lo que sea”, la cuestión es ser participe activo de las reuniones en la temporada Navideña, no se dan a esperar las invitaciones para la fecha preferente: la cena de Noche Buena.

Las familias se preparan para la ocasión regalos de aquello que se sabe será agrado de sus Padres, hermanos, parientes y amistades; la efervescencia del corazón viene del pesebre de Belén, ese día, hace que la gente sea desprendida, nada impide obtener el regalo, viendo en la mente la sonrisa agradable de lo que recibirá, llegado el momento se olvidan disgustos, se perdonan ofensas, desparecen rencores, y todos en un mismo interés hacen de la cena Navideña un acontecimiento inolvidable familiar, pero cuando no se mantiene este espíritu, termina esa reunión en un festejo mundano o una cena de negros.

¿De dónde este dinamismo? ¿Alguna vez se ha pensado? La fe en Cristo Nuestro Señor, ¡No! Dios mueve a la humanidad, instrumento suyo, hacia esta alegría por el Aniversario de la venida al mundo de su Hijo; …“El amado, objeto de sus complacencias” ... Envió su Hijo Jesús a cumplir la misión que Dios su Padre encomendó antes de los siglos: ser el Camino, la verdad y la vida” …Reza el evangelio;…“Y tomó carne de María Virgen y se hizo hombre”…Esta es la respuesta a las preguntas iniciales; Vino el Niño Jesús por obra y gracia del Espíritu Santo, es en la gruta de Belén donde inicia a sufrir y padecer, algo que la mayoría desconoce y no saben o quien lo sabe, nada dice o no cree, vino el Niño Jesús a vivir en el mundo para salvarlo del pecado, pero el oprobio de los hombres lo rechazo, no quisieron saber que vino a salvarlos del pecado, conociendo la razón de su misión negaron la razón de su presencia en el mundo.


En Siria inicio el cumplimento del edicto del César, siendo Gobernador Sexto Saturnino, de donde parte el registro para la venida del Niño Dios al mundo.

Se publica en Judea edicto del César Augusto para cumplir el empadronamiento de las naciones sometidas al cetro del emperador de Roma, comprendía registrar personas y propiedades, para cobrar la cuota de servidumbre.

Responsabilidad de los gobernadores romanos, cumplir el edicto imperial en cada provincia, reino y tetrarquía, a tres años de iniciado, toca turno a Belén en el nacimiento del Salvador.

El César y su corte, y los diferentes niveles de sus jerarquías, son para las obras de Dios en el mundo instrumentos dóciles, el orgullo y codicia romana será cumplir las profecías, obra del Señor: Los hombres se agitan y Dios conduce.


La Obra; Historia de la Santísima Virgen María, se muestra el amor y la gloria al Niño Jesús; …“En una mañana triste y sombría del año de Roma, (No del antiguo testamento) se vio a un nazareno muy ocupado en los preparativos de un viaje, que sin duda no podía posponer, porque la ocasión parecía escogida, y la mujer que le acompañaba, y que él hacía sentar con precaución sobre la tranquila y pacífica cabalgadura, estaba avanzada en su embarazo.

De la silla de un hermoso animal que montaba la joven galilea pendía una cesta de hojas de palmera, conteniendo las provisiones del viaje: dátiles, higos y uvas secas, algunos panes de cebada, y una vasija de barro para sacar agua de la fuente o de la cisterna.

Un odre (Bolsón) egipcia pendía del otro lado. El viajero echó sobre sus hombros un saco que contenía algunos vestidos, ciñó sus lomos, rodeóse con un manto de piel de cabra, y tomando en una mano su palo encorvado, tomo con la otra la rienda del jumento en que lleva a su joven esposa.

Así dejaron su pobre casa, y bajaron por los valles estrechos de Nazaret en medio de saludos de buen viaje y feliz regreso de sus parientes y amistades que les gritaban: “Id en paz” Esos viajeros que se ponían en camino en una mañana nebulosa de invierno, eran los humildes descendientes de los príncipes de Judá, José y María, que obedeciendo las ordenes de un pagano y extranjero iban a inscribir sus oscuros nombres al lado de los mas ilustres del reino.

Debió ser muy penoso para la Santa Virgen, la situación en que se hallaba; sin embargo, no se quejó; aunque joven, tierna y delicada, tenía un espíritu firme y animoso, un alma elevada que no se envanecía en las grandezas, sabía contenerse en la prosperidad, y aceptar en silencio el infortunio.

¡Noble María! José, caminaba pensativo á su lado, meditaba los antiguos oráculos que prometían hacía cuatro mil años un Salvador al mundo; dirigiéndose hacia Belén á donde llamaba la voluntad suprema de un romano, pensaba en las palabras de Miqueas:…Y tú Belén, llamada Efrata, tu eres pequeña entre las ciudades de Judá: pero de ti saldrá “Aquel” que debe reinar en Israel, y cuya generación tuvo principio desde la eternidad…-Meditando las profecías y los salmos, repasa a Isaías-Y el Patriarca (José) comprende los designios de Dios sobre su Cristo”…
…“Cinco días de marcha penosa, los viajeros distinguen á lo lejos Belén, la ciudad de los reyes.

Ocupada-la ciudad-por una multitud de hebreos llegados los días anteriores. Fuera de la ciudad se eleva un edificio de forma cuadrada, cuyas blancas paredes se destacaban del verde claro de los olivos que cubrían la colina: se hubiera tomado por un grande parador de la Persia.

A través de su portalón se veía ir y venir dentro de su basto patio una multitud de esclavos y criados: era una posada. José, apretando el paso de la cabalgadura de la Virgen, se dirigió por ese lado, esperando llegar a tiempo de obtener uno de los pequeños aposentos que pertenecían de derecho al primero que llegaba, y que nadie se rehusaba; pero la posada estaba llena de mercaderes y de viajeros; no quedaba un solo cuarto libre; tal vez a precio de oro se hubiera hallado alguno, porque el mesonero era judío, y judío de Belén; pero José no tenía oro”…
…“Vuelve afligido-triste-el Patriarca al lado de María, que le recibe con una sonrisa de resignación, y cogiendo las riendas del pobre animal, rendido de fatiga, se puso a vagar por las plazas y calles de la ciudad, esperando, aunque en vano, que algún belemnita caritativo le ofreciese albergue por amor a Dios.

Nadie la ofreció; el viento de la noche caía helado y duro sobre la tierna Virgen, que no profería una queja, pero que á cada paso se iba poniendo más pálida y apenas podía sostenerse.

José, afligido continua sus infructuosas tentativas, y más de una vez, vio abrirse delante de un extranjero rico la puerta que bruscamente se le había acabado de cerrar a él.

Era preciso que el interés, pasión dominante de los hebreos, hubiese petrificado las almas para que la situación de María no inspirase compasión alguna á sus codiciosos compatriotas.

Venía la noche; los dos esposos, viéndose desechados por todo el mundo, y desconfiando de lograr un asilo en la ciudad de sus mayores, salieron de Belén sin saber á donde guiar sus pasos, y avanzaron sin rumbo por el campo que la pálida claridad del crepúsculo alumbraba.

Poco lejos de la ciudad inhospitalaria, abríase una oscura caverna excavada en la roca, caverna y entrada miraba al norte, y que, estrechándose hacia el fondo, servía de establo común á los belenitas, y algunas veces a los pastores.

Los dos esposos bendijeron el cielo que les había deparado este abrigo salvaje, y María apoyada en el brazo de José, fue a sentarse en una roca desnuda que formaba una especie de asiento estrecho é incómodo en lo mas hondo de la cueva” ...
¿Tendríamos la humildad de aceptar la situación que padeció la Sagrada Familia en ese momento? Fue en ellos la humildad y la pobreza, incalculable valor espiritual ofrecido a Dios, y de Él, el mayor gozo que María reciba en sus brazos a su Hijo Divino, quien al atraerlo a su pecho se funden ambos corazones en uno solo, así, el amor de Jesús María lo vivía, el dolor de Jesús lo vive María, luego ella lo deposita en brazos de José, en él se inflama su corazón de amor al Niño Jesús.

Vino al mundo a cumplir la voluntad de su Padre, participando de nuestra vida humana.
¿Alguna vez hemos pensado en el llanto de los niños recién nacidos? Llega la hora de su alimento, y llora, lo piden y la madre complace y deja de llorar; la madre siempre dispuesta acude a calmar sus molestias; sí tiene frio y no hay cobija, los brazos de su madre calentarán su cuerpecito, son infinidad de motivos por el que un recién nacido llora; bien; ¿Alguna vez nos hemos preguntado, la razón por el que el Niño Jesús llora en su cuna, que fue el pesebre donde comen los animales de ese lugar? ¿Has pensado donde podrá cada año encontrar un pesebre confortable? Siendo Dios, adopto la forma humana, y lloro, pero no por falta de alimento o cuidados o enfermedad, su Madre María atendía eso y más como lo vemos a través de la vida de Jesús, sus lágrimas surgen de su Sagrado Corazón, lágrimas del amor que vive y siente por las almas, desea que cada corazón sea su pesebre donde recostarse, Dios entre más amado sea, más será el amor que lo motiva, pero cuando te envuelve la soberbia maligna, la avaricia, lujuria, ira, gula, envidia y pereza, ve la humanidad amarrada a una tentación que tolera, esto y más es causa de sus lágrimas.

Jesús, en su vida pública se adelanta al que vive en su doblez y se conduce a justificarse creyendo engañar a Dios, dijo; …“Muchos me dirán; ¡Señor! ¡Señor! ¿Profetizamos en tu nombre, y en tu nombre lanzamos demonios, y en tu nombre hicimos cantidad de prodigios? Entonces les declararé.

Dijo Jesús-: ¡Jamás os conocí!” … Nada escapa a la vista de Dios, ve lo más profundo de los corazones, porque por ellos derramo en el pesebre sus lágrimas, ¡Qué dolor para el Niño Jesús! Cuando esto comprenda él pecador entenderá las lágrimas misericordiosas del Niño Jesús.


Continua para Él la carga del mundo; no escapando de su corazón los sacrilegios contra la Santa Iglesia creada por Él para salvación de la humanidad; ver a muchos en cada siglo disfrazados con piel de oveja, pero en su corazón el instinto sanguinario del lobo asesino de sus ovejas fieles; vio que las guerras no son para edificar la justicia y el bien de las almas, sino para jugosos negocios e intereses, venganzas y crímenes, sobre todo, muertes de inocentes que nada tienen que ver con esas mezquindades; vio del siglo XXI que la fe en Dios se apaga más que en otros tiempos, y su alejamiento de Dios en los corazones, son tinieblas que debilitan la luz de la fe, esto y más es la causa de sus divinas lágrimas en el pesebre de la cueva de Belén, María su Madre, limpia sus divinos ojos con ternura, ella también llora, conoce la razón de sus lágrimas.

El acontecimiento que cambio la situación de la humanidad pagana de ese tiempo y siglos futuros, está en palabras sencillas que el Evangelista San Lucas expone, fue en Belén, la “casa del pan” donde nacerá el Redentor, el Mesías esperado de Israel; …“Ahora bien, mientras estaban allí, llegó para ella (María) el tiempo del alumbramiento” …Llega el tiempo del parto, están a kilómetros de distancia de Nazaret su hogar, donde los parientes y conocidos los ayudarían, pero están solos en la ciudad de Belén, donde no son conocidos a pesar de su estirpe real, mientras los dolores en María son más continuos, la angustia en José no es para menos.

El corazón de José no encuentra paz y tranquilidad, en silencio para no preocupar a su esposa en sus dolores de parto, ofrece a Dios su oración;…Señor, María tu Hija y esposa mía, recibirá a tu divino hijo en lugar tan desolado, ayúdame a que sea para su Madre y para el niño paz y tranquilidad en su corazón, y gozo en ambos recibirlo, mi deseo es lo que Tú dispongas para ti Mí Señor, deseo cumplir tu divina voluntad, María y yo lo recibimos de corazón…María ofrece los dolores del parto a Dios, por las almas pecadoras de todos los tiempos que el Niño Jesús ha venido a salvar del pecado.

Los ofrecimientos de María y José ¡Fueron muchos! Ninguno desesperado, con resignación, depositan fe y confianza en Dios, y Dios fue puntual a su cita.


…“Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en la hostería” … Hijo primogénito y unigénito, porque Jesús no tuvo hermanos.

Dio la Virgen María a luz al Rey de la gloria sin dolor, exenta de pecado original no está sujeta a la sentencia que Dios fulminó contra Eva; …“Parirás con dolor”…María dio a luz al Rey de Reyes en pobreza, sin la comodidad o esplendor de los reyes, fue en la soledad de una cueva, dice el evangelista;…“Y parió a su hijo primogénito y lo envolvió en pañales”…Dice San Agustín;…“Fue Él infantillo para que pudieses ser Tú hombre perfecto; envuelto en pañales, para que fueses libre de los lasos de la muerte; Él en el pesebre, a fin de que llegases Tú a los altares; en la tierra Él, para que estuvieses Tú en los cielos; no encontró lugar en el mesón, para que le tuvieras Tú en la eterna mansión”…Se escucha el canto del cristiano católico; …“Duerme y no llores, mi dulce amor, sí por mi lloras, Jesús amado, por mis pecados e ingratitud” …Continua el evangelista;…“Y lo recostó en un pesebre”…¿Qué entendemos de su pobreza? Un rey, o pudiente no permitiría que su hijo o nieto a los minutos de nacer lo hubieran acostado en un pesebre, quiere lo mejor para el recién nacido, recibir los elogios de ser varón o hembra, regocijarse padre y madre en un ambiente confortable, el Niño Jesús enseña, pues el camino de salvación, ser humildes de corazón, contener la soberbia maligna pecado capital.

En esta pobreza, inicia Jesús, la obra de salvación en miles de almas, de igual forma, inicia el cristianismo su santidad, y el cristiano católico obtendrá la perfección de su alma.


El nacimiento y la obra de Jesús, es semejante al grano de trigo al quedar bajo tierra, llega a la madurez dando prolífico fruto; si el grano de mostaza no se esconde sobre la tierra, no produce ni fruto ni crece a ser el árbol frondoso.

El escándalo del incrédulo surge como piedra escabrosa que vació de su interior, dice: ¿Cómo es que nació el Hijo de Dios en una gruta, pobre, carente de toda necesidad? ¡Ese no es Dios! Infeliz pecador, creer en las necesidades materiales y no ver los bienes espirituales que el Niño Jesús deposita en el corazón para forjar su salvación, es el regalo magnánimo de Dios Nuestro Señor.

Hagamos de lado las cosas que afean el alma y acércalo a tu corazón pesebre del Niño Jesús, doblega orgullo, soberbia maligna y póstrate donde te espera amoroso el Rey de Reyes y Señor de Señores, cierra tus ojos y en la oscuridad busca al Niño Jesús que acabas de ver en el pesebre, en esa intimidad, aflore de tu corazón un murmullo que solamente exprese tu fe y amor a Dios Niño y dirás; … Tus lagrimas las guardo en mi corazón, para amarte más, no solo de palabra, sino de obra y pensamiento … el consuelo vendrá a tu corazón;…“Niño, Duerme y no llores, que esas tus lágrimas parten el alma, de compasión”…
hefelira@yahoo.com

 

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