REFLEXIÓN DOMINICAL

Antonio Fernández

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El pedregoso camino del pecador

…” Los sobre la piedra, son aquellos que al oír la palabra (de Dios) la reciben con gozo, pero carecen de4 raíz; creen por un tiempo, y a la hora de la prueba, apostatan “… (Lc 8, 13)
domingo, 4 de febrero de 2018
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Habla al corazón Cristo Nuestro Señor; …Vosotros me llamáis sembrador, en verdad lo soy, siembro bienes, gracias y dones en abundancia; infundo en la inteligencia y la voluntad los medios para ordenar la vida de los seres humanos en sus obras para con Dios mí Padre; despierto la pasión y el celo del alma por alcanzar el reino de los cielos … Esto y más dispone el Señor en las almas, al revelar que la razón primordial de su presencia en el mundo, es sembrar en todos los corazones, la semilla de la buena nueva de su doctrina y mandamientos, a la que toda alma tiene derecho y obligación de acceder a la aspiración celestial: su salvación.

Jesús siembra su semilla en tierra fértil, que son todas las almas sin excepción, siembra en ella el amor a Dios y al prójimo; siembra la fe, esperanza y caridad que como flores darán en el cristiano católico frutos de gloria y de riqueza espiritual; siembra la infinita misericordia, y afirma, mío el consuelo que te conforta, alivia las penas y agobios del alma atribulada por el pecado, tranquilizo la paz interior, a que conquiste el amor que viene de Dios.


La siembra de semillas en los campos de cultivo de este siglo, quien es el dueño del campo a sembrar, lo hace con maquinaria especialmente diseñada para depositar la semilla en un terreno para este fin, evitando que ninguna semilla se pierda ni se desperdicie, y al llegar el momento, florece y da fruto calculado; ahora bien, en el tiempo de Nuestro Señor Jesucristo, la forma de sembrar era que el sembrador llevaba terciado o cargando un pequeño costal con la semilla, tomaba un puño y lo esparcía sobre el terreno, lo hacía con pasos medidos, pero si en el lugar no se habían quitado las piedras o plantas silvestres, la semilla esparcida podía caer sobre ellas y perderse, otra situación era que al esparcir la semilla cerca del limite del terreno de siembra, el impulso del sembrador podía arrojar la semilla fuera del campo y caer entre las piedras o en el camino, perdiéndose el fruto de esa semilla.
El sembrador como muchos lo haría con cuidado, pero otros no, de donde se entiende la parábola: la semilla mal sembrada que nuestro Divino Maestro nos ilustra con sus parábolas, la toma de la actividad principal de la región o de la ciudad, para facilitar la comprensión de la enseñanza que da al pueblo, aquello de lo que conoce para que les sea familiar lo expuesto en la parábola, y la gente se la guarde y repase desmenuzándola hasta encontrar el sentido espiritual de su palabra.

Podía Cristo Nuestro Señor explicar su doctrina sin necesidad de la parábola, no lo hizo, porque sabía que se hubiera hecho en el pueblo poca cosa, mostrando nulo interés, no entenderían por carecer de fe, lo que les haría burlarse de su palabra o ir en su contra, quiso Jesús que forzaran su mente para encontrar la verdad en su palabra, de donde deducimos, la fe, iluminada por las potencias del alma, a recibirá con claridad de la parábola, inflamando su corazón la palabra Jesús, que no dejará de manifestarse en los corazones las gracias que a diario nos entrega, estas quedaran en suspenso, en tanto no encendamos con pureza de corazón la fe, de otra forma, el ser humano seguirá en su vida dando tropiezos que cada vez le amarran a la vida de pecado.Dispone el Señor su Catedra ante una inmensa multitud después de su salida de Cafarnaúm, acude gente de ciudades vecinas y lejanas, atraídas por su doctrina y milagros, se fue reuniendo el gentío, llegado el punto, inicia la interesante parábola del sembrador: …” El sembrador salió a sembrar su simiente.

Y al sembrar, una semilla cayó a lo largo del camino; y fue pisada y la comieron las aves del cielo. otra cayó en la piedra, y, nacida, se secó por no tener humedad.

otra cayó en medio de abrojos, y los abrojos, que nacieron juntamente con ella, la sofocaron; y otra cayó en buena tierra, y brotando dio fruto centuplicado “… La sencillez y simplicidad de su exposición fue como en muchos a través de los tiempos, una narración ingenua, ¡Error! Piensa y medita, en ella encontrarás tu realidad.



Jesús elevando su voz, abre los corazones, es como el labrador que prepara la tierra, Él como excelente sembrador va a depositar la cimiente al interior de cada persona que forma la multitud que lo escucha, y en sus sentidos graba su llamado y la fuerza de su revelación, que no es ofensiva exclamación, -Dios no obra molesto y agresivo como el ser humano-invita a razonar en su parábola que muestra la gravedad que ve en los corazones de la gente ahí reunida con Él, la potencia de su voz es una insistencia a retener y trabajar el pensamiento a examinar en su interior, y por los comentarios entre las demás personas, rumiada la parábola hasta deducir por sí solos su predicación.

Jesús al exponerla parábola, atrae su atención a depositarla en sus adentros, porque sabe que entre ellos dirán; … Y eso, que dijo Jesús ¿qué significa? ¡No entendí porque lo dijo! ¿Qué tiene eso de cómo se siembra, todos sabemos que se deposita la semilla, o no? ¿Qué nos quiere decir? … La gente se retira decepcionada, pero Dios ve, que en cada mente no se aparta de repasar la parábola del sembrador, poco a poco, conforme caminan a su lugar de origen, la va reconociendo su inteligencia con detalle, hasta entender la enseñanza, pero Jesús estaba muy retirado de ellos para ir a decirle su sentir, más Jesús como Dios ve que en su corazón no se expresa ningún sentimiento de fe, entienden pero no comprenden, conoce lo que está en su pensamiento, y ve no querer dejar de hacer lo que no deben hacer y hacen, porque quieren seguir en el pecado, por ello dijo Jesús; …” Diciendo esto, clamó: ¿Quién tiene oídos para oír oiga!”… Reflexionando en ello, pongamos ante nuestra vista la vida espiritual en su realidad; cuantas veces hemos escuchado la palabra de Dios en la Santa Misa, y el demonio nos a puesto en sueño, manteniéndonos incomodos y somnolientos, dejándonos conducir, cerramos los sentidos a la enseñanza, después tratamos de recordar lo que el Sacerdote expuso, y ¡Claro! Nada hay en la memoria porque no hicimos el esfuerzo de estar atentos y perdimos la Catedra de Cristo Nuestro Señor, está bien, eso paso, pero no se dio interés a buscar el texto del Evangelio para recuperar la enseñanza al menos leyendo, y con deshonor decimos, bueno para la otra pongo atención, dejamos de lado la enseñanza, que teniéndola podía habernos ayudado a vencer una tentación, siguiendo en el mismo pedregal; aprendamos de los discípulos de Jesús, tenían las mismas dudas de la gente, no esperaron para después, a pesar que su fe todavía no está al nivel de entender la parábola, creen que Jesús es el Hijo de Dios hecho hombre, preocupados por salir del pedregoso camino del pecador, se acercan a su Maestro, que los esperaba, a pedir explique la parábola, rezan los Santos Evangelios;… “Sus discípulos le preguntaron lo que significaba esta parábola.

Les dijo: A vosotros ha sido dado conocer los misterios del reino de Dios; en cuanto a los demás (se les habla) por parábolas, para que mirando no vean y oyendo no entiendan “… El Señor sentencia la perversidad del pueblo y al incrédulo de todos los tiempos, lo perdonará si este se arrepiente, lo sacará del pedregoso camino de pecador, antes demostrará que su decisión es limpia y sincera, con propósito de no volver a caer.
…” La parábola es esta: La simiente es la palabra de Dios “… Las parábolas de Cristo Nuestro Señor, es el medio que concibió para adoctrinar las almas de corazón recto, sean doctos, eruditos y cultos o carentes, míseros o necesitados, como analfabetos, incultos o profanos, a todos siempre será fácil comprender sus responsabilidades ante Dios, no les costará trabajo, en otros será mas trabajoso ahondar en ello, pero todos concluirán en la verdad: Dios es justo.

Jesús paciente y amoroso explica en palabras sencillas a sus discípulos y al cristiano católico de los siglos la parábola, a fin de que sea punto de meditación, que muestre al corazón la distancia que guardan sus actos con relación a la doctrina y mandamientos del Señor, en ella veamos que su misericordia, nos da luz a ver una realidad que en muchas ocasiones la vemos, pero no la queremos ver, porque sabemos que estamos haciendo las cosas incorrectamente.

Por ello dijo Jesús; …” Los de junto al camino, son los que la han oído; mas luego viene el diablo, y saca afuera del corazón la palabra para que no crean y se salven “… ¿Cuántas veces hemos obrado de esta forma? ¿Cuantas veces nos conmueve el sermón dominical? Pero el mal pensamiento atrae hacia algo que te hace reaccionar: … ¡No! Eso que dice el Sacerdote, es porque no conoce como son en mi casa, en el trabajo, en la calle, en donde me reúno, en mis las relaciones de adulterio, eso es una exageración, está mal … Lastima, ese pecador no se ve el error en que vive y a caído, el diablo como dice el Señor obra; …”Saca fuera del corazón la palabra para que no crean y se salven” …Esto y más hace durante la Santa Misa con el cristiano católico, termina en que fue a perder el tiempo, su alma quedo más perjudicada, el diablo tentó a su antojo e hizo terminara por no creer, en ese pecador su salvación pende de un hilo.


…” Los que sobre la piedra, son aquellos que al oír la palabra la reciben con gozo, pero careciendo de raíz: creen por un tiempo, y a la hora de la prueba, apostatan “… El incrédulo, tiene momentos de lucidez, la conciencia lo lleva a ver, aunque sea por instantes, vivir el gozo de escuchar la esperanza que viene de salvación por la doctrina de Cristo Nuestro Señor, pero su corazón esta cerrado, las asperezas lo han convertido en sarro y este al paso de los tiempos en una roca, donde la palabra del Señor queda a la intemperie, perdiendo el valor de la espiritualidad que rechaza, la seca en su propio corazón y la arroja lejos de su juicio, esto se llama dureza de corazón, porque se cierra a la sublime palabra de Cristo, su inteligencia vive envuelta en dialécticas ateas e impías, descreídas e irreverentes, esto no es hacer del caído leña, es analizar la actitud de muchas almas, que quizá no ha visto lo profundo de su alma, y creen que van bien en su camino perdido, la esperanza del cristiano católico es pedir por la salvación del incrédulo, no es exageración, miremos, infinidad de personas pregonan el bien que no creen; pregonan ayudar, a los que tiene engañados; pregonan ser la solución a los problemas de miseria, pobreza y riqueza, más su engaño es una semilla perdida fuera de su corazón, la sustituyen por la ambición del poder, del dinero, del engaño, de la burda mofa de lo sagrado, que justifican con una actitud de moralidad, de ayuda a los demás, de ver por el bien de la gente, y hasta desprendidos de dinero, pero vacíos del alma, vacíos del verdadero amor a Dios, ciegos a su realidad que conocen muy bien, se saben atados, a un nudo que no se deciden desbaratar.

echando a los perros lo sagrado, queda pedir que Dios Nuestro Señor los ayude ver su conciencia.
…” Lo caído entre los abrojos, son los que oyen, mas siguiendo su camino son sofocados por los afanes de la riqueza y los placeres de la vida, y no llegan a madurar “… En cierta ocasión estábamos como cincuenta personas esperando que el semáforo peatonal se pusiera en siga, al cambio la gente salió como carrera de cien metros planos, un joven alto con lentes de vidrio grueso, al subir la banqueta no alcanzo a pisar bien el escalón y cayó al piso; ¿Cuántas personas se detuvieron ayudarlo? Ninguno, ¿Caridad para ayudarlo a levantarse? Cero, todos como en la parábola del Samaritano, llevaban prisa, y todos como el sacerdote de la misma, se hicieron que no vieron al caído; ¡Imposible! La caridad que Jesús predica al ser humano creado por Él no le interesa porque lleva prisa, ¿a donde va? a sus negocios, así lo debiera entender, como aquel hombre formado en la fila del banco, que cae al suelo porque le dio un infarto, ahí murió, los que estaban formados detrás de él lo brincaron, los empleados del banco se hicieron que no vieron, hasta que vino la autoridad y cerro la institución bancaria; ¿Cuál caridad? Ninguna, todos tenían prisa de hacer su depósito y pagos, al banco recibir dinero, justificándose dirían el caído esta tomado, pero aun que así fuera, no hubo caridad para él.


Esa es la semilla que nos dice Jesús; la gente de forma dice ser bueno, pero es malo; ser caritativo, pero es avaro; ser exitoso, un engañador; ser opulento y próspero, su realidad es una simulación, cada quien escoge el lugar para sembrar la semilla que ostenta, todo lo que somos y tenemos se lo debemos a la benevolencia que Dios permite a las personas, pero estas caen entre los abrojos y espinas de sus bienes, que lo hace ver la vida terrena fácil, placentera entregados a todo tipo de acciones perversas y amorales como pervertidas, engañadoras y traicioneras, a ellos se les dice, obras contra los mandamientos de la Ley de Dios, ¿dónde está el amor a Dios que escuchas en cada ocasión que quieres asistir a la santa Misa? ¿dónde está el amor a Dios y al prójimo que Cristo te pide? Quedo apagado, recordarlo le molesta y altera.




Es la triste y lamentable realidad profetizada por Cristo Nuestro Señor en está parábola, a su paso por el mundo es mas precisa su enseñanza, cada siglo dice; …”Mirad: preservaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de lo que posee “…Y no cesando en ello mas adelante dijo; …”Porque la vida vale mas que el alimento, y el cuerpo mas que el vestido “… Jesús conoce en la naturaleza humana sus necesidades espirituales y temporales, sus disimulos y tolerancias, sus miserias y debilidades, escuchamos a los siglos; …” ¡Quien tiene oídos para oír oiga! “…
…” Y lo caído en la buena tierra, son aquellos que oyen con el corazón recto y bien dispuesto y guardan consigo la palabra y dan fruto en la perseverancia “… El corazón de cada ser humano ha sido diseñado por Dios para ser tierra buena, recibe de su parte el amor que fructifica cuando se tiene plena disposición a su palabra, definida en los Santos Evangelios, sobre todo en la Santa Misa, el rezo del Santo Rosario y todo acto piadoso, cada uno es una gota de agua que humedece la gracia de Dios en el cristiano católico, que de recibirla su alma se convierte en tierra soleada por el amor a Dios, la escucha y hace suya obrando bien y evitando el mal, la misericordia de Cristo Nuestro Señor es no haber venido al mundo anunciar el castigo por la ofensas que recibió, el Hijo de Dios, que la perfidia humana lo llevo a muerte de Cruz, resucito, para que nuestro camino por la vida de la gracia, salir del pedregoso camino del pecador.
hefelira@yahoo.com

 

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