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Acusa guerra sucia contra cura asesinado

El obispo Salvador Rangel reconoció que los curas no siguieron un protocolo de seguridad al acudir al baile, pero advirtió que Germain Muñiz no tenía nexos con el crimen. Foto: Jesús Guerrero
El Obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel, acusó una "guerra sucia" en contra del sacerdote asesinado Germain Muñiz, a quien la Fiscalía estatal señala de estar relacionado con la delincuencia organizada.
martes, 6 de febrero de 2018
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Apango, Guerrero, 06.-
/REFORMA
El Obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel, acusó una "guerra sucia" en contra del sacerdote asesinado Germain Muñiz, a quien la Fiscalía estatal señala de estar relacionado con la delincuencia organizada.
El cura fue asesinado este lunes en la madrugada luego de salir de un baile en Taxco, junto con su par Iván Añorve y un maestro que los acompañaba.
El prelado reconoció que existen fotografías donde Muñiz García aparece portando un arma de grueso calibre y rodeado por hombres armados, lo que atribuye a una imprudencia.
"Fue una imprudencia del padre (Germain Muñiz) el haberse tomado esa fotografía.

Se tuvo (que) saludar con ellos para poder atravesar esos territorios donde estaban los narcotraficantes", aseveró Rangel.
Sin embargo, rechazó que el sacerdote Muñiz haya estado involucrado con el crimen organizado, como lo señala el gobierno.
Lo que sí reprochó es que los curas no hayan tomado ningún protocolo de seguridad cuando acudieron al baile en la comunidad en Juliantla.
Según Rangel, en la Diócesis se ha recomendado a los sacerdotes que no viajen en carreteras a altas horas de la noche.
Entrevistado después de oficiar una misa en la iglesia de San Francisco en honor al presbítero Germain Muñiz, Rangel contó que también circula una fotografía suya donde aparece un helicóptero y varias personas en la comunidad de Los Hoyos.
Según el prelado, se enteró hasta después de que ese grupo de individuos con los que se retrató en realidad eran delincuentes.
"Ustedes saben que yo, como persona pública, cuánta gente no se retrata junto a mí.

Yo realmente no los conozco a todos", refirió.
El Obispo explicó que la foto fue tomada en una comunidad de la Sierra, a la que acudió con motivo de la fiesta de San Isidro y para realizar su labor pastoral.
"Fui a ofrecer los sacramentos, a ofrecer la palabra de Dios", sostuvo.
"Esto es una guerra sucia, no sé de quien", insistió.
El Obispo Rangel Mendoza, que llegó a la localidad de Apango poco antes de las 12:00 horas, advirtió que un grupo de al menos 12 policías estatales montó un operativo en las calles y afuera de la iglesia.
En entrevista añadió que él no ha solicitado medidas de seguridad y que hasta el momento no ha recibido amenazas del crimen.
Aunque confirmó que varios sacerdotes sí han recibido intimidaciones por su labor pastoral en zonas "calientes" de Guerrero.

Buscan diálogo con crimen

Rangel reveló que él se ha trasladado a zonas controladas por los narcotraficantes para dialogar con sus líderes y pedir que dejen en paz a los presbíteros.
El Obispo insistió en que se establezca un diálogo con estos grupos del crimen organizado.
"Hay que dialogar con ellos (con la delincuencia) cediendo en ciertas cosas, como ocurrió en Colombia, porque yo creo que la paz es un valor grandísimo y vale la pena hacer cualquier esfuerzo", refirió.
Dijo que a pesar de que muchos políticos de Guerrero se sienten "ofendidos" con esta propuesta, él va a seguir insistiendo en ese tipo de encuentros.
Sin dar nombres, el Obispo refirió que algunos servidores públicos de Guerrero están en contubernio con el crimen organizado.
Además, denunció que en lo que va del Gobierno de Enrique Peña Nieto, 21 sacerdotes han sido asesinados en todo el País.

 

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