0
Votos
Nota Aburrida
Nota Interesante
Mario y Gela, una hermosa historia de amor que inició hace 37 años

Imagen Siguiente
Lic. Mario Alberto Quintero Salinas y María de los Ángeles Rentería de Quintero, presidentes del Club de Leones Reynosa Internacional.
Mario Alberto Quintero Salinas y María de los Ángeles Rentería de Quintero comparten su vida como pareja.
miércoles, 14 de febrero de 2018
Por: Eduardo Sánchez
Comparte esto en Facebook
Comparte esto en Twitter
Comparte esto en Digg
Enlarge Font
Decrease Font
Se conocieron en 1978. Ella, de Reynosa; él, procedente de Matamoros llegó a esta ciudad, contratado por Multibanco Comermex (planta baja del hotel Astromundo) como funcionario de relaciones y créditos.

“Entró al banco y se fue directo a la oficina. Ya cuando salió y nos lo presentaron, lo ví y dije ¡qué guapo!”, comentó Gela, recordando el momento en que conoció a su esposo Mario, quien a su vez, evoca ese instante en que la vio al entrar a su nuevo trabajo, quedando impactado por su gran personalidad.

Compañeros de trabajo

Mario Alberto Quintero Salinas contaba con 25 años de edad cuando llegó a Reynosa y conoció a María de los Ángeles Rentería Olivares, quien a sus 22 años, trabajaba como cajera especial en Multibanco Comermex, lugar a donde arribó su ahora esposo, conociéndose y surgiendo la “química” por el poder de las miradas y la fuerza de la atracción.

Desde el primer momento, él la consideró “una señorita muy guapa” y ella pensó que “era todo un galán”.

“Pude haberme ido a Ciudad Victoria o Nuevo Laredo, pero elegí Reynosa”, comparte Mario Alberto, convencido de que las cosas siempre pasan por algo y que el destino de ambos ya estaba escrito.

El trato entre ellos fue siempre de mucho respeto. A veces solían ir con compañeros de trabajo a desayunar o comer al restaurante del hotel Astromundo o “ella me invitaba una taza de café en la oficina".

La primera cita

Pasados unos meses, Mario invitó a comer a Gela “para celebrar su cumpleaños”.

El 31 de agosto de 1979 se da la primera cita. Entre sus recuerdos más preciados, conservan en un álbum la nota de pago de la cuenta. Fueron a comer al restaurante Sam’s en la zona rosa.

Solos, sin compañeros de trabajo, pero únicamente como amigos… hasta el momento de la cita en que él le pide que sea su novia formal.

“La comida fue un caos –recuerda Gela- yo me puse muy nerviosa”.

En esa cita, él le pidió que fuera su novia. “Me dijo ‘quiero que seas mi novia, pero mi novia formal, lo nuestro es serio’, me puse tan nerviosa, que hasta tiré un vaso de agua”.

Propuesta matrimonial

La formalidad de la relación de noviazgo entre Mario y Gela se cifraba en una futura unión matrimonial. Pero no de forma precipitada, sino centrada en la madurez de la planeación de una vida juntos.

La petición de mano se dio de una manera muy íntima. Sólo ella y él. “Fuimos a comer a La Mansión del Prado y ahí le entregué el anillo”.

“Recuerdo que después de ahí, nos fuimos a casa de sus padres a decirle que nos habíamos comprometido y él empezó a llamar por teléfono a todos sus familiares para decirles ¡Gela se nos casa!, creyendo que la boda era en un par de meses.

Nos casamos un año 7 meses después”.

Los padres de Mario Alberto, Rubén Quintero Gutiérrez y Alicia Salinas Zárate, vinieron de Matamoros a pedir formalmente la mano de Gela a sus padres, Antonio Rentería Piña y Elvira Olivares Cantú, “así se acostumbraba antes”, pero los padres de ella también viajaron a Matamoros para hacer formal la petición a los padres de él.

Así, iniciaron los preparativos del enlace.

La boda

“Yo había pensado que nos casáramos el 29 de febrero, pero Gela dijo que no, porque era año bisiesto y nuestro aniversario de bodas sería cada 4 años”.

Se casaron el 28 de febrero de 1981 en la Parroquia San José.

“Me emocionó mucho entrar vestida de novia a la iglesia del brazo de mi padre rumbo al altar y verlo ahí, esperándome”.

“Cuando su padre me la entregó, me dijo que me la encargaba y la cuidara”.

Uno de los momentos de la ceremonia religiosa que ella más recuerda, fue al término de la misa, cuando el sacerdote les dijo “Son marido y mujer”.

“En ese instante dije ¡Ya me casé!”.

“Teníamos planeado irnos de vacaciones, pero en ese entonces me dieron la gerencia de la sucursal en bulevar Morelos (contra esquina de Pemex), por lo que podía irme sólo una semana y regresar a ocupar el puesto de gerente.

Nos fuimos de luna de miel a Acapulco”.

La familia Quintero Rentería

De esa unión matrimonial, nacieron dos hijos: María de los Ángeles, a quien cariñosamente llaman Gelis, y Mario Alberto. No sólo llevan los nombres de sus padres, sino también su esencia, los valores, el amor y respeto al prójimo y el mismo espíritu de servicio.

Gelis tiene 33 años de edad y estudió Derecho en la Universidad de Monterrey (UDEM), realizó un postgrado en Santander, España y ahora, felizmente casada con Claudio Díaz Flores, radica en Ciudad Victoria donde cursa un Doctorado.

Por su parte, Mario Alberto a sus 28 años, egresó de la carrera de Derecho en la Universidad del Valle de México (UVM) y viaja constantemente a la capital del Estado por cuestiones laborales.

Ambos, han heredado también su amor por el leonismo, organización de la cual sus padres forman parte desde hace 30 años y en donde ellos fueron Cachorros y Leos.

Gelis fue reina del club en el período de 1998-1999 y Mario presidente de los Leos del distrito B3 que abarca los Estados de San Luis Potosí, Nuevo León, Coahuila y Tamaulipas.

El servicio al prójimo

Mario Alberto Quintero Salinas y María de los Ángeles Rentería Olivares son socios del Club de Leones Internacional de Reynosa desde hace 30 años.

Presidentes en el ciclo 1998-1999 y actualmente, en el período 2017-2018.

Como matrimonio león, comparten la convivencia en el hogar y las acciones de servicio en beneficio de los más vulnerables.

Referente al amor por los que menos tienen, Mario Quintero dice “con eso se nace y nosotros lo hacemos con mucho cariño”.

“Compartir el hogar y la actividad altruista como matrimonio es algo muy especial –ahondó Gela de Quintero- es mucho trabajo pero muy gratificante, sobre todo si no tienes los recursos, pero te esfuerzas mucho por obtenerlos.

Necesitas querer mucho al leonismo y respetarlo, porque donde hay una necesidad, hay un león”.

Además del Club de Leones Reynosa Internacional, son fundadores de la Casa del Indigente “Santísima Trinidad” y de la Casa de Psiquiatría, y forman parte también de COMPASO, agrupación que se dedica a prevenir la obesidad y sobrepeso en los niños.

No hay fórmula mágica

¿Cómo han logrado mantener una relación de 37 años en una sociedad en donde los valores se han relajado y las nuevas generaciones han sobrevalorado el concepto del matrimonio?

“No hay una fórmula mágica –respondió Mario Alberto- es a través de los valores que se adquieren en la familia, que pasan de abuelos a padres y que uno inculca a sus hijos.

Habiendo nacido y crecido en el seno de la iglesia católica, amamos mucho a Dios y a nuestros semejantes.”

“Hemos tenido problemas como en todos los matrimonios –señaló Gela- pero lo importante es que supimos platicar las cosas a tiempo”.

“Porque nos casamos para toda la vida”, finalizó él.

Y ambos se ven y en rostros se dibuja una sonrisa.

 

Opina sobre este artículo

Nombre   Email  
Título
Opinion