Tras dos semanas con pérdidas, entre el 9 y el 16 de febrero el peso mexicano se apreció frente al dólar ante el aumento en los precios del petróleo y declaraciones "optimistas" de funcionarios de México y EU sobre la negociación del TLC.
Al menudeo, el dólar se vendió en 18.80 pesos y se compró en 18.00 unidades, sin cambio respecto a ayer.
En la semana, el dólar perdió en cuatro días y sólo uno tuvo avances, lo que se tradujo en una plusvalía de 20 centavos para el peso, tras dos balances semanales seguidos en contra.
En los transacciones al mayoreo, el dólar concedió 1.65 centavos a la moneda mexicana, dando como resultado una balance semanal a favor del peso de 29.25 centavos, lo que contrasta con las minusvalías de las dos semanas inmediatas anteriores.
Al final del día, el dólar en operaciones mayoristas se vendió en 18.5070 pesos.
A diferencia del lapso entre el 2 y 9 de febrero, cuando dominó una ola de ventas en los mercados accionarios internacionales por preocupaciones acerca de la inflación en EU, en que se fortaleció el dólar a nivel global, en esta semana cedió frente activos como la moneda azteca.
La recuperación en los precios del petróleo en la semana, de 4.19 por ciento en el West Texas Intermediate y de 3.26 por ciento en el Brent, dio apoyo al peso en medio de un sentimiento positivo en las principales bolsas valores internacionales.
A los factores que incidieron en los mercados financieros se sumaron datos de la economía americana y posicionamientos acerca del TLC.
Ayer, Luis Videgaray, Secretario de Relaciones Exteriores de México, opinó que había motivos para ver con "optimismo razonable" la posibilidad de que sobreviva el acuerdo comercial trilateral.
Steven Mnuchin, Secretario del Tesoro de EU, dijo que está "cautelosamente optimista" porque su país pueda alcanzar un acuerdo con México y Canadá dentro de un proceso de revisión del TLC.
Para Gabriela Siller, directora de Análisis Económico-Financiero de Banco Base, la incertidumbre en torno de la debilidad que la economía de EU podría experimentar y la expectativa del deterioro en las finanzas públicas de EU llevaron al dólar a perder terreno frente a sus principales cruces.
Por un lado, la caída mensual de 0.3 por ciento de las ventas minoristas en enero elevó las preocupaciones en torno de un posible deterioro en el consumo de las familias estadounidenses, puesto que este es uno de los indicadores más importantes para la Reserva Federal.
Por su parte, aseguró Siller, el dólar también se vio afectado por el resurgimiento de la incertidumbre ante el incremento en los déficits gemelos de Estados Unidos.
El aumento en los déficits se ha derivado de la política fiscal expansiva implementada por el Presidente Donald Trump, luego de la reforma tributaria y la aprobación para aumentar el gasto en 300 mil millones de dólares en los siguiente dos años, así como por un aumento en el déficit de cuenta corriente del País.