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La lactancia evita muertes infantiles

La leche materna es el alimento perfecto para los recién nacidos
lunes, 7 de mayo de 2018
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(Agencia Informativa Conacyt).- La leche materna es el alimento perfecto para los recién nacidos, contiene todas las vitaminas, minerales, proteínas, carbohidratos y grasas de fácil digestión que necesita.

Pero no solo eso, la leche materna le proporciona al lactante factores de crecimiento, anticuerpos y otras sustancias que favorecen su sistema inmune. A través de la leche, la madre nutre y ayuda a fortalecer las defensas del niño.

Cuando los niños no son amamantados, tienen mayor probabilidad de enfermar de diarreas, infecciones respiratorias, infecciones de oído y enterocolitis necrotizante, una enfermedad grave del recién nacido donde el intestino grueso se inflama y el tejido que reviste al órgano muere.

Incluso su riesgo de sufrir el síndrome de muerte súbita del lactante o muerte de cuna, aumenta.

Un estudio del INSP, publicado en 2015 por Arantxa Colchero y un grupo de investigadores, calculó que si en México 95 por ciento de los niños fuera amamantado según las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, se podrían evitar entre uno y cuatro millones de casos de enfermedad y de 933 hasta cinco mil 796 muertes en niños menores de un año.

Esto quiere decir que se podría evitar hasta 27 por ciento de las enfermedades ante las cuales la lactancia materna protege a los infantes.

Beneficio mutuo

Cuando una mujer amamanta, no solo está beneficiando a su hijo, también se está protegiendo a sí misma de algunas enfermedades, entre ellas el cáncer de mama.

“A la mujer le beneficia amamantar por ese periodo de tiempo, de hecho la lactancia exclusiva ejerce en el organismo de la madre un efecto hormonal más fuerte que amamantar de forma parcial, porque amamantar de forma exclusiva requiere más energía para producir más leche, entonces moviliza reservas de grasa que tenemos las mujeres destinadas precisamente para eso”, comentó la investigadora Mishel Unar Munguía.

Mishel Unar explica que durante el último trimestre del embarazo, las células de la mama comienzan a diferenciarse —especializarse— y a crecer para producir leche, y al diferenciarse se protegen de los efectos cancerígenos del estrógeno.

Además, al amamantar, las células viejas que pudieran haber sufrido daño en el ADN, por edad o por algún otro factor, salen a través de la leche materna y esto también reduce el riesgo del cáncer.

“También sucede que durante todo el tiempo que amamantamos, las mujeres estamos menos expuestas al estrógeno, porque ovulamos menos.

De hecho, durante los primeros seis meses de lactancia materna exclusiva se puede dejar de menstruar, porque los niveles hormonales inhiben el estrógeno y la progesterona se encuentra más alta que el estrógeno”.

Los estrógenos son un grupo de hormonas que cumplen funciones esenciales en el cuerpo humano. En las mujeres, son las responsables del desarrollo de los caracteres sexuales secundarios, como el crecimiento de las mamas, el ensanchamiento de las caderas y la aparición de la menstruación.

Pero las exposiciones prolongadas a cantidades elevadas de esta hormona aumentan el riesgo de una persona a desarrollar el cáncer de mama.

Otros efectos positivos de la lactancia materna es que su práctica mejora la utilización y la movilización de las reservas de grasa en la mujer.

También existen investigaciones que apuntan a que amamantar reduce el riesgo de las mujeres a sufrir diabetes, pues durante el periodo de lactancia las células hacen una mejor utilización de la glucosa que consumen.

 

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