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/REFORMA
Real Madrid jugará su tercera Final de Champions League consecutiva y luego de un año lleno de altas y bajas, finalmente está listo para ir en busca de su título número 13, un número cabalístico, pero que no le hace mella a los blancos.
El cuadro dirigido por Zidane inició bien la fase de Grupos, avanzó sin problemas, para entrar a los Octavos de Final donde se enfrentó a uno de los rivales más complicados en su camino, que fue el PSG.
Al conjunto merengue no le iba bien en la Liga, estaba sufriendo al ver como el Barcelona se alejaba y lo dejaba con muy pocas opciones de lograr el título, por lo que las baterías del conjunto se enfocaron en la Champions.
Y al final la apuesta se le dio al técnico Zidane, quien se mantuvo en el banquillo, pese a toda la presión que lo rodeó.
Para el Real fue fácil imponerse en la ida de los Octavos, aprovechando su condición de local, una vez más apareció Ronaldo con un doblete y Marcelo para darle forma a la victoria.
En la vuelta, el PSG no contó con Neymar, quien había sido operado del pie derecho, y con un juego timorato, no pudo encontrar la remontada.
Después se vio las caras con la Juve en los Cuartos de Final, en una serie que no tuvo nada de revancha, y una vez más apareció Ronaldo con un doblete para que el equipo pusiera un pie en las Semifinales.
En la vuelta, la Vecchia Signora se quedó a un tris de la remontada.
A lo largo del encuentro el conjunto italiano trabajó en el marcador, aprovechó un gol de vestidor de Mario Mandzukic para dar el primer anuncio de que iban en serio, al 6', Blaise Matuidi puso el 2-0 y 31 minutos más tarde nuevamente apareció Mandzukic y anotó el segundo de la tarde para poner el global 3-3.
El Real no encontraba la salida y al 90' se marcó un polémico penal; Lucas Vázquez, aparentemente había sido derribado por Medhi Benatia.
El Bayer fue su siguiente víctima y ahora los blancos llegan una vez más a la antesala de la gloria, con un camino un poco tortuoso, pero que al final los tiene cerca de la 13.
Con base de campeones
Por la dinastía
Real Madrid llega con el mismo plantel con el que ganó la Champions de la temporada 2016-17.
En su último título, disputado el 3 de junio en Cardiff, el cuadro blanco dio cuenta de la Juventus a la que goleó 4-1, con una excelente actuación de Cristiano Ronaldo, quien abrió y cerró la cuenta para darle la "12" al conjunto dirigido por Zinedine Zidane.
Fue un título relativamente fácil, donde la Juve no pudo detener a una poderosa escuadra, que se dedicó a romper cinturas y que tomó el control del encuentro desde los primeros minutos; además de ver en plenitud a Cristiano, Casemiro y Marco Asencio.
quienes le dieron forma a la victoria, que se fue tejiendo a lo largo del encuentro, sin darle respiro ni concesiones al cuadro italiano.
Sufrió más el Real Madrid en la Semifinal ante el Atlético, que en este encuentro, donde todo lo tuvieron relativamente fácil, pues la experiencia y la calidad de sus jugadores no dejó dudas en esta ocasión, donde a decir del goleador portugués, el mejor momento de esta Final se vivió en el segundo tiempo.
Para el encuentro del próximo sábado la situación no cambia, son once hombres que ya saben cómo pararse en una cancha neutral y todo lo que deben hacer para sacar adelante la encomienda.
Real Madrid cuenta con la ventaja de haber peleado el año pasado por la Orejona y con la confianza de lo que pueden lograr cuando su juego de conjunto aflora, para ponerle magia en la cancha.
EUROPA DE ROJO
Liverpool ya derrotó al Real Madrid en una Final por la supremacía de clubes en el Viejo Continente.
Un gol al 82' de Alan Kennedy fue suficiente para que el club inglés venciera 1-0 al cuadro blanco en la Final de la Copa de Campeones de Europa de 1980-81.
Fue el justo premio para unos Reds que apostaron siempre al futbol ofensivo y que desde el minuto 1 del cotejo disputado en el Parque de los Príncipes, en París, Francia, buscaron el arco rival.
Los Merengues fueron más cautos y llegaron poco al área, con débiles intentos, fácilmente controlados por el portero Ray Clemence.
El arquero Agustín Rodríguez, del club blanco, tuvo que exigirse pronto ante la variedad de llegadas que generó el equipo inglés.
Primero fue un disparo de Kennedy que implicó que Rodríguez se recostara sobre su izquierda para enviar el balón por un lado; luego un remate de Kenny Dalglish; el escocés controló en el área antes de pegarle de media vuelta.
Más tarde, el portero del Madrid secó a 2 tiempos un remate franco de Graeme Souness, desde los linderos del área.
El Liverpool llegaba con suma facilidad, pese a que en ocasiones se formaba una línea de cinco atrás, incapaz de frenar el futbol rápido y efectivo de su rival.
Los del Madrid pudieron cambiar la historia si, apenas al arranque del complemento, José Antonio Camacho hubiera marcado al llegar solo frente al portero, pero quiso bombear el esférico con un zurdazo por encima de Clemence, que terminó muy por arriba del travesaño.
Camacho se petrificó y volteó a todas partes, como buscando una respuesta, sin saber que ahí se había ido la máxima oportunidad del Madrid en esta Final.
Los Reds no dejaron de buscar el arco rival y encontraron la recompensa en un saque de banda por la izquierda.
El lateral inglés Kennedy recibió el balón pegado al área y lo bajó de pecho, para meterse entre 3 rivales, antes de sacar potente zurdazo al palo que cubría Rodríguez, quien fue incapaz de desviar el balón.
El futbolista británico salió corriendo hacia la cabecera detrás de esa portería, justo donde vibraban los fieles del club inglés, para festejar junto a sus compañeros.
El Liverpool todavía tuvo 2 ocasiones para ampliar la ventaja, pero ya se sabía monarca, ante un Real Madrid que nunca reaccionó.
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