¿En qué consiste el trasplante fecal?

(Agencia Informativa Conacyt)
La microbiota intestinal desempeña un papel importante en el equilibrio en la función del intestino, pues este estimula su desarrollo, tiene participación en la respuesta inmunológica además de formar parte del metabolismo de algunos medicamentos.

Desde la perspectiva de la nutrición, las bacterias intestinales tienen un rol más que importante, pues hay participación en la depuración de toxinas provenientes de la alimentación, en la síntesis de micronutrientes tales como la vitamina K, vitamina B12 y ácido fólico entre otras funciones.

Las alteraciones en el equilibrio de la microbiota intestinal son múltiples así como sus causas y esto trae como consecuencia el desarrollo de diferentes enfermedades que en el sector salud es difícil tratar o costear.

En este sentido la doctora Francisca Joly Gómez, gastroenteróloga y nutrióloga de la Universidad de París, expone a través de una serie de investigaciones derivadas del tema, un método que puede combatir varias de las enfermedades que se producen por las alteraciones en el equilibrio de la microbiota intestinal y es el trasplante fecal.

También es llamado trasplante de microbiota o trasplante de flora, se puede realizar y considerar en la actualidad como un tratamiento válido y una de las principales afecciones que este tratamiento atiende es la infección por Clostridium difficile.

Consiste en la obtención de microorganismos intestinales de la materia fecal de un individuo sano, quien sería el donante, para introducirlos en el tracto gastrointestinal de una persona con infección intestinal con el objetivo de restablecer la microbiota intestinal dañada.

La eficacia y tolerancia se comprueba a través de más de cuarenta estudios sobre distintas afecciones digestivas y extradigestivas.

Para realizar el trasplante se pueden emplear tres vías: sonda naso- duodenal, colonoscopía o enemas de limpieza y de acuerdo a la vía de administración, existen inherentes riesgos en cada técnica.

Sin embargo, las decisiones para indicar un tratamiento siempre se basarán en la influencia del equilibrio entre el beneficio y riesgo potencial para el paciente.