Una embarcación transporta inmigrantes rescatados. /EFE

La postura antiinmigrante del nuevo Gobierno de Italia ha provocado críticas por parte de España y Francia por su gestión del barco Aquarius de la organización francésa SOS Mediterráneo, que rescató a 629 inmigrantes en el Mediterráneo, y que ya prepara el rumbo al puerto de Valencia.
La negativa de Italia a recibir al Aquarius ha suscitado un cruce de reproches entre distintos países europeos, a los que Roma reclama el reparto de los migrantes que llegan desde África y la revisión del Protocolo de Dublín, que establece normas para ello.
Después que el Aquarius navegara a su suerte en el Mediterráneo por la negativa de Italia y Malta de recibirlo en sus puertos, España dio instrucciones para recibirlo en el país.
La Ministra de Justicia española, Dolores Delgado, afirmó que la asistencia a ese barco supone cumplir con la ley internacional pero al mismo tiempo afirmó que podrían existir responsabilidades penales internacionales por la actuación de Italia
Asimismo, el Presidente francés, Emmanuel Macron, denunció el "cinismo" y la "irresponsabilidad" de Italia en la gestión del barco y expresó su intención de hablar con las autoridades italianas, españolas y maltesas.
El Gobierno de Italia, una coalición entre el antisistema Movimiento 5 Estrellas y la ultraderechista Liga, ha dejado claro que no permitirá que las ONG sigan desembarcando en el país con migrantes rescatados en el mar.
Su vicepresidente Luigi di Maio, consideró "vergonzoso" que Francia y España "den lecciones" tras el rechazo al barco y adelantó que "nada será como antes" en materia migratoria.
"Francia y España han cerrado sus puertos desde hace tiempo (...) es vergonzoso que los representantes de estos países vengan a darnos lecciones de moral por pedir a nuestros socios europeos repartir los migrantes que llegarán en verano", aseguró a través de su cuenta de Facebook.
Reprochó también las "expulsiones en caliente" de España o el cierre de fronteras de Francia para los migrantes en pasos como los de las ciudades italianas de Ventimiglia y Bardonecchia (noroeste).
El otro vicepresidente, ministro del Interior y líder de la Liga, el ultraderechista Matteo Salvini, se sumó a las críticas a través de Twitter.
"España nos quiere denunciar, Francia dice que soy 'vomitivo'.

Quiero trabajar serenamente por todos pero con un principio: primero los italianos".
Hoy, Italia se prepara para el traslado del Aquarius a España al repartir a sus 629 migrantes en otras dos naves de la Marina del país.
El barco permanece desde el domingo en espera de instrucciones con los migrantes rescatados el fin de semana.
España propuso atracar la nave en Valencia, donde se les espera en cuatro días, la cual fue advertida por cooperantes de SOS Mediterranée y de Médicos Sin Fronteras como una travesía crítica e insegura pues el barco supera su aforo y, además, las condiciones meteorológicas estaban empeorando.
Los migrantes fueron repartidos en tres naves para llegar al puerto valencianos: el Aquarius, con 229 personas, y una de la Marina Italiana y la "Dattilo" de la Guardia Costera, que se repartieron los 400 restantes.
El grupo de migrantes, principalmente rescatados de Libia, cuentan con 123 menores no acompañados, 11 de ellos niños, y siete embarazadas.
Además, todos fueron informados que no llegarán a Italia sino a España, algo que agradecieron igualmente, pues temen volver a Libia, descrito como un infierno de violencia y traficantes de personas.
Todos han sido ya informados de que no llegarán Italia sino a la vecina España pero lo agradecieron igualmente, pues su verdadero temor es tener que regresar al país del que zarparon, Libia, descrito como un infierno de violencia y traficantes de personas.