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¿El cielo puede predecir el futuro?

A lo largo de la historia de la humanidad, en distintas latitudes y culturas del mundo se ha arraigado la creencia de que mediante el estudio de la ordenación
miércoles, 13 de junio de 2018
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A lo largo de la historia de la humanidad, en distintas latitudes y culturas del mundo, se ha arraigado la creencia de que mediante el estudio de la ordenación de los planetas y otros acontecimientos astronómicos podemos predecir el futuro.
Así lo plantea el doctor en Antropología simbólica y posdoctorado en Antropología ecológica, Ismael Arturo Montero García, quien afirma que dicha creencia se debe a que el tiempo biológico es un tiempo que tiene un grado de certidumbre muy amplio a diferencia del tiempo astronómico que es exacto.

Por lo tanto los fenómenos celestes le han servido a la humanidad para darle un orden a la vida misma.
“A partir de movimientos matemáticos y geométricos que se ven en el cielo se hacen interpretaciones de ordenación de la vida.

Los cielos con sus ciclos: el sol en las posiciones o los días en las fases de la luna, son de mayor certidumbre que el biológico, o sea de plantas y animales.

Se tiene mayor grado de certidumbre en los cielos por eso se piensa que en ellos está el orden de la vida”, asegura Montero García.
El especialista y miembro nivel I del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), afirma que mientras exista incertidumbre en la vida humana la buscaremos en donde nos parezca que hay mayor exactitud.
El doctor Montero cuenta que los chinos decapitaban a los astrónomos si no predecían un eclipse porque para ellos significaba que el emperador no tenía autoridad.
“El problema de los eclipses es que, aunque siempre suceden en un ciclo, a veces los vemos y a veces no por el movimiento de rotación de la tierra.

En el mundo antiguo decían: debe haber eclipse; y parecía que no había porque se veía del otro lado de la tierra no porque no hubiera sucedido” explica el investigador.
En concreto, concluye Arturo Montero, el cielo se vuelve sagrado en este sentido porque en él es capaz de hacerse una lectura: como es sincrónico y certero en ciertas fases y en los movimientos, se da una interpretación.

“Pero la lectura es simbólica y se vuelve mítica. Los seres humanos tratamos de asociarnos a esta sincronía para entender nuestra realidad”.
“De ahí viene esta astrología donde se considera que estamos amarrados a los cielos y que son éstos los que nos rigen.

Por eso cuando ocurre algo allá arriba: una conjunción planetaria, un eclipse, un cometa… ¡ups! Pensamos que se trata de señales favorables o adversas del futuro; y no es así”, advierte el investigador.

 

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