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Cd. de México (23 junio 2018).- Relatos de mujeres rohinyás atadas a árboles y violadas durante días por militares de Myanmar y de hombres arrojados a fosas comunes y rociados con gasolina fueron enviados a la Corte Penal Internacional (CPI).
Una coalición de organizaciones de Bangladesh envió una serie de documentos a los que tuvo acceso el diario británico The Guardian que recopilan los abusos contra la étnica rohinya luego de meses de persecuciones por parte del Gobierno y migraciones masivas.
La investigación, encabezada por el Fiscal Fatou Bensouda, resulta la primera vez en que un tribunal considera los abusos señalados como una limpieza étnica, ampliamente negados por el Gobierno de Myanmar.
Bensouda argumenta que la naturaleza fronteriza de la deportación forzada de la etnia, la cual ha llegado en migraciones masivas a las puertas de Bangladesh, provoca que entre en las competencias de la CPI.
Myanmar tiene hasta el 27 de julio para responder a las acusaciones y demostrarle a la corte no tener jurisdicción sobre el caso.
Es poco probable que la solicitud a la CPI sea bien recibida por el país.
El miércoles, una cuenta de redes sociales dirigida por la oficina del líder de Myanmar, Aung San Suu Kyi, describió como "molestas narrativas de odio" fuera del país que han alimentado las tensiones con las comunidades musulmanas y budistas en las que vive la etnia.
Más de 700 mil rohinyas han huido de su país desde agosto de 2017, luego que una campaña de violencia llevada a cabo por el Ejército arrasara con pueblos de la minoría.
Los hechos han sido descritos por organizaciones internacionales como la ONU como limpiezas con características de genocidio.
Un documento presentado ante la CPI por el Asian Legal Resource Centre (ALRC) relata la historia de Marwa, una niña de 10 años, cuya familia fue asesinada a tiros frente a ella.
Junto con otras jóvenes del pueblo, Marwa fue llevada a una escuela cercana donde fueron violadas en grupo en varias ocasiones.
En el mismo texto, Khurshida, de 20 años, relató que la mantuvieron cautiva junto con otras mujeres de la étnica, antes de ser desnudada y atada a los árboles para ser violada por días.
Cuando la joven perdió el conocimiento fue arrojada fuera del campamento por soldados que asumieron que estaba muerta.
Muchas organizaciones han argumentado que las agresiones de naturaleza sexual y de género omitidas contra los rohinyás son fundamentales para el caso y la CPI debe tenerlas en cuenta, pues anteriormente ha sido acusada por centrar la mayoría de sus esfuerzos en otras regiones del mundo como África y no Asia.
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