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¿Por qué es importante acariciar?

Las caricias entre personas que se atraen mutuamente entran al cuerpo a través de los receptores de la piel; los estímulos que generan llegan al cerebro y provocan
viernes, 6 de julio de 2018
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(EL UNIVERSAL)
Las caricias entre personas que se atraen mutuamente entran al cuerpo a través de los receptores de la piel; los estímulos que generan llegan al cerebro y provocan la liberación, entre otras sustancias, de oxitocina, la también llamada hormona del amor, el placer y la maternidad.

Pero el placer no solo está asociado a quien recibe la caricia, sino también a quien la da. La revista Current Biology publicó los resultados de un estudio, que por primera vez encontró evidencia de que el placer sensorial también es percibido por el acariciador.

Leonardo Palacios, profesor de neurología de la Universidad del Rosario, asegura que dar y recibir caricias, por naturaleza, es un comportamiento asociado mucho más al lenguaje femenino que al masculino.

“Aunque no es un tema de vida o muerte, las caricias sí son algo que los seres vivos reclaman para su bienestar.

Cuando estas expresiones de afecto no se reciben generan desapego y malestar, ya sea entre madre e hijo, en pareja e incluso con las mascotas. La ausencia de las mismas sugiere que algo anda mal”, dice Palacios.

Todo se debe a la oxitocina, una de las hormonas que se libera con las caricias, pero también en el parto, la lactancia, los abrazos, besos, en las relaciones sexuales y, con mayor poder, con el orgasmo.

La oxitocina es una molécula orgánica pequeña, con nueve aminoácidos. Se produce en el sistema nervioso central, más exactamente en el hipotálamo.

Desde allí pasa a la hipófisis, otra glándula del cerebro, que se encarga de almacenarla y liberarla cuando se necesita.

“Por eso es que las caricias y su poder sobre la oxitocina generan apego.

Hasta el punto de llegar a ser un factor de fidelidad y enamoramiento en humanos”, dice el neurólogo.

 

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