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Uno de los principales saboteadores de la vida sexual, es el tiempo o más bien, ¿Cómo se vive el tiempo?: ¿Con ansiedad y estrés o más bien con calma y naturalidad? Pues esta forma de experimentar algo tan cotidiano, también se traslada a la cama.
Si se vive en un intenso corre-corre diario, sin hacer pausas y no se concientiza esto, seguramente el coito será apurado y hasta mecánico.
Otros saboteadores:
• El desconocimiento del cuerpo: No saber cuáles son las zonas erógenas propias y tener pocas intenciones de descubrir la piel de la pareja, (bien sea por pereza, cansancio o aburrimiento) hacen que el recorrido de las caricias sea repetido, con pocas variaciones y no se le dé el protagonismo necesario a los juegos previos.
• Temores a embarazos e infecciones: Si no se usan métodos anticonceptivos seguros y de manera correcta, puede alterarse el disfrute, pues el miedo a modificar el proyecto de vida por un embarazo no planificado o por una infección de transmisión sexual, podría desconcentrar e incluso “empujar” a prácticas riesgosas, desacertadas y nada eróticas (como no usar condón y eyacular fuera de la vagina, o tener relaciones sexuales unos días específicos al mes.. son sólo algunos desafortunados ejemplos).
• Educación sexual: Si la información en sexualidad que se tiene desde el principio, está llena de mitos o culpas y no se ha modificado, se podría dejar de experimentar muchas sensaciones por pensar que son malas, sucias, dolorosas o inadecuadas, limitando el propio repertorio erótico o el de la pareja.
• Falta de comunicación: Es importante comentar y pedir lo que se necesita en la intimidad, para ello, claro está hay que conocerse bien para luego solicitar algún tipo de estimulación o práctica sexual a la otra persona, sin rodeos y de forma clara.
• Las redes sociales: Estos minutos, horas (o lo que se dedique al sexo) son intocables.
Olvidar un rato las redes sociales, celular, computadora, tablet, tele.. etc, es fundamental. Alejen factores distractores y enfóquense en el placer.
• Infidelidad: Sospechar o tener la seguridad que la pareja tiene a otra persona y no confrontar la situación, rompe la vida sexual.
“Darse cuenta” es el primer paso hacia el cambio.
“Sentir y no pensar” el siguiente.
Si en algún momento saboteaste tú mismo el disfrute, identifica qué se puede mejorar o platícalo con tu pareja; si tienen las herramientas, busquen alternativas para lograr cambios positivos.